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Voto de Zalmán:
7
6,8
24.468
Drama. Romance. Ciencia ficción
Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo lleva a hacer un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia. (FILMAFFINITY)
6 de julio de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
I Origins, de Mike Cahill, nos cuenta la historia de Ian, doctorando en biología molecular con una tesis sobre la evolución del ojo a través del árbol filogenético. Con ello, pretende demostrar --agarraos-- la inexistencia de Dios y la absurdez del Diseño Inteligente. Además de tan elevados objetivos, el joven Ian compagina sus estudios con las extravagancias propias de todo buen científico friki, como es el fotografiar ojos de desconocidos. Es estando en ello como a Sofi, una chica de ojos inusuales (ay, la bella Astrid Bergès-Frisbey...) de la que queda prendado (¿y quién no lo haría?).
Tras esta declaración de intenciones comienza una historia romántico-filosófica de gran paralelismo con "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" o "100 Days of Summer". Pero ojo, que no todo es lo que parece a simple vista. A eso de la mitad, el film da un giro de 180º y pasa a ofrecernos un producto más parecido a Life of Pi, donde no se sabe que es verdad y qué es ficción, pero manteniendo un tono reflexivo y espiritual. Y ambientado en la India, claro. No obstante, aunque las dos partes puedan parecer muy diferentes, toda la película se unifica por una misma idea: el encuentro entre ciencia y espiritualidad, y cómo la magia permea a veces en la vida de uno. Así, con el ritmo lento y la BSO suave tan típicas de esta clase de largometrajes, el señor Cahill nos introduce en una serie de reflexiones interesantes (¿cómo de seguros estamos de que nuestra vida es tan banal como creemos? ¿Tenemos realmente datos que refuten lo espiritual?). Y sin embargo...
Sin embargo, pese a la riqueza y la importancia del debate, creo que éste se ve en cierto modo empañado por los fallos de guión. Incoherencias, "porlacarismos" y deus-ex-machina varios que arruinan la suspensión de incredulidad y hacen al espectador pensar constantemente "ya, claro, mira qué casualidad". Fallos estos, además, que habrían sido relativamente fáciles de arreglar, y que por ello justo se hacen más imperdonables. El regusto final que deja es insípido.
No se puede negar, no obstante, que la idea base de la peli es fascinante, y que su visionado se disfruta. Aunque su desarrollo podría haber dado mucho más de sí, eso no quita que sus casi dos horas se hagan cortas y además abran debates. Por ello, es una peli para ver en grupo, pareja o trío, y discutir luego sobre ella. Especialmente entre "escépticos" y "mágicos", que se debe disfrutar más.
Tras esta declaración de intenciones comienza una historia romántico-filosófica de gran paralelismo con "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" o "100 Days of Summer". Pero ojo, que no todo es lo que parece a simple vista. A eso de la mitad, el film da un giro de 180º y pasa a ofrecernos un producto más parecido a Life of Pi, donde no se sabe que es verdad y qué es ficción, pero manteniendo un tono reflexivo y espiritual. Y ambientado en la India, claro. No obstante, aunque las dos partes puedan parecer muy diferentes, toda la película se unifica por una misma idea: el encuentro entre ciencia y espiritualidad, y cómo la magia permea a veces en la vida de uno. Así, con el ritmo lento y la BSO suave tan típicas de esta clase de largometrajes, el señor Cahill nos introduce en una serie de reflexiones interesantes (¿cómo de seguros estamos de que nuestra vida es tan banal como creemos? ¿Tenemos realmente datos que refuten lo espiritual?). Y sin embargo...
Sin embargo, pese a la riqueza y la importancia del debate, creo que éste se ve en cierto modo empañado por los fallos de guión. Incoherencias, "porlacarismos" y deus-ex-machina varios que arruinan la suspensión de incredulidad y hacen al espectador pensar constantemente "ya, claro, mira qué casualidad". Fallos estos, además, que habrían sido relativamente fáciles de arreglar, y que por ello justo se hacen más imperdonables. El regusto final que deja es insípido.
No se puede negar, no obstante, que la idea base de la peli es fascinante, y que su visionado se disfruta. Aunque su desarrollo podría haber dado mucho más de sí, eso no quita que sus casi dos horas se hagan cortas y además abran debates. Por ello, es una peli para ver en grupo, pareja o trío, y discutir luego sobre ella. Especialmente entre "escépticos" y "mágicos", que se debe disfrutar más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
No me gustan los protagonistas: ni Ian ni Karen.
Karen tiene un papel un papel secundario durante toda la película; simplemente está ahí. Cierto es que ayuda a Ian con los experimentos, que le da un hijo, etc., pero por sí misma no hace nada. De hecho, lo único importante que hace en toda la película es descubrir lo del ojo... para que luego sea él el que aparece dando la conferencia sobre el tema. ¡Pero qué leches, si lo hizo todo ella! Pero claro, con el rollo de que no le gusta el reconocimiento, que lo dice al principio, hasta ese protagonismo le quitan, quedando ella de puro fondo... Karen es el del guerrero, la esposa siempre fiel que aguarda al heroico varón y comprende que él debe lograr grandes cosas fuera de casa... mientras ella cose y cocina. Vaya aburrimiento de personaje.
Por el contrario, Sofi es mucho más interesante: tiene identidad propia y mucha iniciativa. Durante toda la primera mitad de la película se dedica a tirar del prota y a llevarle a hacer cosas más allá de su aburrida vida de ratón de laboratorio. Tan fuerte es su influencia que hasta después de muerta aún le afecta: es su recuerdo el que lleva a Ian a visitar la India para seguir con su investigación. Incluso aunque suceda a través de Karen, sucede porque ella sabe que Sofi aún era importante para él --le pilla masturbándose con fotos de ella--. Si la chica india hubiese tenido los ojos de otra persona, Ian no se habría movido. Y eso dice mucho en favor de Sofi.
Es más: creo que es culpa del protagonista no valorar positivamente la cierta infantilidad que Sofi tiene. Pero es que no sólo no la valora, sino que le repele, como confiesa tras la muerte de ella. Se asusta de pensar en tener que pasar toda la vida con ella. Y es que Sofi tenía su propia vida y se labraba su futuro: independiente al de él, aunque fueran paralelos. Y eso mismo era lo bonito, que no le necesitaba, que existía por sí misma. Sin embargo, él no lo ve así, sino que ve que ella no va a plegarse a él y a mimetizarle en todo... y elije en su lugar a Karen, quien sí lo hace. Karen, la que renuncia a todo logro propio para aportárselo a él. La que tiene "celos recesivos" y anima al marido a perseguir sus sueños mientras ella le espera como una buena chica. Lamentable.
Cierta conversación con Priya, la mujer de la India, nos da la clave de su personalidad: él aplaude que el Dalai Lama esté dispuesto a aceptar la ciencia en lugar de sus creencias, pero él mismo no está dispuesto a asumir la espiritualidad. Es decir, que es un fanático camuflado. No es de extrañar que dure años con la chica sin personalidad pero le agobie imaginar un futuro con la chica profunda.
Al final de la película da la impresión de que Ian cambia su visión... pero el final es tan sentimentalmente pornográfico que tampoco podemos estar seguros. Quedará a la opinión de cada uno, me supongo.
Karen tiene un papel un papel secundario durante toda la película; simplemente está ahí. Cierto es que ayuda a Ian con los experimentos, que le da un hijo, etc., pero por sí misma no hace nada. De hecho, lo único importante que hace en toda la película es descubrir lo del ojo... para que luego sea él el que aparece dando la conferencia sobre el tema. ¡Pero qué leches, si lo hizo todo ella! Pero claro, con el rollo de que no le gusta el reconocimiento, que lo dice al principio, hasta ese protagonismo le quitan, quedando ella de puro fondo... Karen es el del guerrero, la esposa siempre fiel que aguarda al heroico varón y comprende que él debe lograr grandes cosas fuera de casa... mientras ella cose y cocina. Vaya aburrimiento de personaje.
Por el contrario, Sofi es mucho más interesante: tiene identidad propia y mucha iniciativa. Durante toda la primera mitad de la película se dedica a tirar del prota y a llevarle a hacer cosas más allá de su aburrida vida de ratón de laboratorio. Tan fuerte es su influencia que hasta después de muerta aún le afecta: es su recuerdo el que lleva a Ian a visitar la India para seguir con su investigación. Incluso aunque suceda a través de Karen, sucede porque ella sabe que Sofi aún era importante para él --le pilla masturbándose con fotos de ella--. Si la chica india hubiese tenido los ojos de otra persona, Ian no se habría movido. Y eso dice mucho en favor de Sofi.
Es más: creo que es culpa del protagonista no valorar positivamente la cierta infantilidad que Sofi tiene. Pero es que no sólo no la valora, sino que le repele, como confiesa tras la muerte de ella. Se asusta de pensar en tener que pasar toda la vida con ella. Y es que Sofi tenía su propia vida y se labraba su futuro: independiente al de él, aunque fueran paralelos. Y eso mismo era lo bonito, que no le necesitaba, que existía por sí misma. Sin embargo, él no lo ve así, sino que ve que ella no va a plegarse a él y a mimetizarle en todo... y elije en su lugar a Karen, quien sí lo hace. Karen, la que renuncia a todo logro propio para aportárselo a él. La que tiene "celos recesivos" y anima al marido a perseguir sus sueños mientras ella le espera como una buena chica. Lamentable.
Cierta conversación con Priya, la mujer de la India, nos da la clave de su personalidad: él aplaude que el Dalai Lama esté dispuesto a aceptar la ciencia en lugar de sus creencias, pero él mismo no está dispuesto a asumir la espiritualidad. Es decir, que es un fanático camuflado. No es de extrañar que dure años con la chica sin personalidad pero le agobie imaginar un futuro con la chica profunda.
Al final de la película da la impresión de que Ian cambia su visión... pero el final es tan sentimentalmente pornográfico que tampoco podemos estar seguros. Quedará a la opinión de cada uno, me supongo.