Difícil misión la de JAMES MARSH para llevar a cabo un guion como el de la TEORIA DEL TODO. Un guion realizado por ANTHONY McCARTEN basado en el libro de JANE HAWKINS que retrata los 25 años que ésta pasó junto al profesor STEPHEN HAWKINS.

Enfrentarse a una historia de enfermedad-discapacidad a través de una relación amorosa y todo ello envuelto en el mundo de la ciencia, es una misión harto complicada. El director sale airoso del trance apoyándose en unas excepcionales interpretaciones pero la historia no acaba de levantar el vuelo. Es de agradecer que haya varias secuencias visualmente atractivas (fuegos artificiales, nube de café, fuego…) pero ni con ello ni con las extraordinarias interpretaciones ya mencionadas, la historia consigue despegar. Además, estando ante una situación tan delicada, la película carece de la emoción necesaria, siendo muy irregular en este punto y no llegando al culmen en ningún momento.

Eso sí, mención especial a las interpretaciones protagonistas. No soy muy dado a destacar actuaciones basadas en discapacidades (aunque no les resto valor) pero en esta ocasión EDDIE REDMAYNE realiza el papel de su vida. Ya cuando se mete en el papel del HAWKINS sin enfermar, el parecido, los gestos, la mirada, son de una similitud asombrosa. Cuando la enfermedad aparece, el trabajo es digno de alabar. Con un gesto, con una mirada, EDDIE es capaz de expresar el sentimiento, el dolor y la bondad del gran STEPHEN HAWKINS consiguiendo que nos resulte tan simpático como debe ser en realidad. Pero para que el resultado fuera completo, necesitaba una “pareja de baile” que estuviera a la altura y ahí es donde FELICITY JONES (JANE HAWKINS) brilla como si de una estrella del firmamento se tratara. Simplemente con observarla, sabemos porque momento de la relación está atravesando la pareja, sabemos del esfuerzo que JANE tuvo que realizar y de todo lo que tuvo que pasar. Cuando FELICITY está radiante, la película te roba una sonrisa y la luz aparece, cuando ella está triste, sabemos de la dureza de la situación y llega la oscuridad. SOBRESALIENTE para los dos.

En definitiva, LA TEORIA DEL TODO es una película agradable en la que destacan las actuaciones de sus protagonistas, en la que podemos observar la evolución positiva de la mente de HAWKINS (grandioso su concepción y progreso de su pensamiento universo-dios) acompañada de la evolución negativa de su físico, todo ello a través de las sensaciones de su pareja. Una historia que en mi humilde opinión resulta demasiado irregular, como demasiados claro-oscuros y que no llega a alcanzar la emoción esperada.