Tras muchos años de intentos frustrados por llevar la vida de Lincoln a la gran pantalla, el rey midas de Hollywood hacer su sueño realidad, aunque eso sí, sin Liam Neeson, el actor al que quería desde un principio para el papel. Su lugar ha sido ocupado por Daniel Day Lewis, el actor del 'método' por excelencia, un tipo que hace pocas películas, pero que cuando hace una se vuelca en sus personajes de un modo algo perturbador. Evidentemente, con 'Lincoln' no iba a ser menos. Como en él es costumbre, su interpretación está medida al detalle, sus gestos, su voz, sus andares... En fin, algo monstruoso.

Por su parte, Spielberg ha conseguido hacer un buen retrato de un político carismático (aunque quizá algo endulzado para la ocasión) que sigue siendo el presidente más recordado y querido de los Estados Unidos. El director demuestra que una buena película no tiene que estar reñida con su comercialidad, y por suerte, ésta vez ha pensado más en su 'yo' artístico que en su 'yo' productor. En el fondo, la cinta habla sobre la política y está compuesta por multitud de conversaciones sobre ella, y instantes como el del montaje paralelo en el que vemos lo que pasa en la sala dónde se está votando la enmienda que permitirá la abolición de la esclavitud mientras él espera en su despacho los resultados, son magníficas y son de esas escenas que conectan con todos los públicos, les interese más o les interese menos la historia que les están contando.

Y si antes he hablado de la maravillosa actuación de Daniel Day Lewis, no quiero olvidarme del resto del reparto, en especial una maravillosa Sally Field en el papel de su sufrida esposa o en el de Tommy Lee Jones como otro de los políticos que desean acabar con la plaga de la esclavitud cuanto antes (su escena en casa tras ser aprobada la enmienda es magistral). Tampoco quiero olvidarme de otros secundarios como un burlón James Spader, David Strathairn o Jared Harris, unos actores que cada vez que salen en la pantalla inundan de carisma la misma. Sus puntos más flojos son el poco desarrollo del personaje de Joseph Gordon Levitt, el hijo mayor del presidente en la función, o lo poco que tratan el fin de la guerra civil, un momento cumbre en la historia americana.

Imagino que rodar una cinta sobre política no habrá gustado mucho a su distribuidora, pero imagino que los más de 150 millones de $ que lleva recaudados en su país de origen les habrán hecho cambiar de parecer. Spielberg ha vuelto a demostrar que es único a la hora de contar historias. Larga vida al maestro.

Lo mejor: Daniel Day Lewis y la habilidad de Spielberg para aunar calidad y comercialidad.
Lo peor: Personajes que aportan poco como el del hijo mayor de Lincoln o que mucha gente vaya a dejarla pasar por su poco interés en el personaje.

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