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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
6
Drama Benito Freire es un buhonero que vive miserablemente en un ambiente dominado por la ignorancia y la superstición. Se dedica a la venta ambulante por los pueblos gallegos y padece severos ataques de epilepsia. Por la comarca empieza a extenderse el rumor de que es un hombre lobo y de que está poseído por un espíritu demoníaco. Y son, precisamente, las historias que de él se cuentan las que comienzan a hacerle enloquecer. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2006
21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
El licántropo, ese ser tan temido durante tiempos ajenos a los nuestros, objeto de leyenda entre los habitantes de la España más rural y tema de conversación durante aquellos años, dando paso a anécdotas y relatos de todo tipo, que permanecían en la memoria de los aldeanos, pasando de boca en boca.
Ese parece ser el punto de partida de la obra de Pedro Olea, que emprendiendo esa historia, y a raíz de un personaje principal harto arisco, a la par que discreto y callado, media su labor con pulcritud y destreza, componiendo una historia que, pese a la monotonía que puede llegar a adquirir en determinados momentos, no pierde el interés de sus formas más que en contados momentos.
De este modo, y tras un brillante epílogo, Olea nos introduce en las andanzas de Benito Freire, un vendedor ambulante y guia itinerante que va descubriendo sus facetas al espectador con sosegada calma, además de ir introduciéndole en sus particulares quehaceres diarios.

Sin dudas, la realización es uno de los pilares básicos de esta película, puesto que pese a sus patentes defectos, como la insistencia del director en los mismos aspectos de su labor constantemente, o lo pausada que se llega a tornar la propuesta en diversos minutos, haciendo que uno mismo llegue a bostezar levemente, el trabajo desempeñado por el cineasta bilbaino es sumamente atractivo gracias, en especial, a una espectral y turbadora banda sonora, que hace mella en determinados momentos con gran acierto, además de un manejo de la cámara meticuloso y sobrio, a través de la cual introduce el movimiento idoneo durante cada secuencia.
Tampoco hay que descuidar ese excelente cuadro que idea sobre la España profunda, esos recónditos parajes que esconden lo más intenso y acentuado de esas tierras alejadas del mundanal ruido de las grandes poblaciones, donde todo se vive con un fulgor especial. Además, el retrato sobre sus gentes es francamente memorable, siendo una de las partes más trabajadas de la obra.

A ello, hay que añadir una sobria actuación de José Luis López Vázquez, que consigue obrar un serio papel a raíz de un personaje suficientemente matizado como para que el espectador pueda sacar mínimo partido del mismo. Engimática y recóndita interpretación de Vázquez, con resultado gratificante.
Aun y así, otra de las pegas del film, es que descuida demasiado secundarios que se ven excesivamente desaprovechados, y cuyas relaciones con el protagonista debieran haber sido mejor trabajadas, ya que el partido que se saca de ellas es nimio.
Posiblemente, si se hubiese insistido menos en la reiteración de según que momentos y situaciones, y se hubiese intentado poner más empeño en sacar partido a los vínculos que mantiene la figura principal de este trabajo con sus más allegados, podría haber cobrado mayor verosimilitud una historia que interesa y llega, pero no logra profundizar o alcanzar un concepto más allá de la franqueable trivialidad del planteamiento inicial.
Recomendable.
Grandine
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