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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
4
Romance. Drama. Comedia Lo que comenzó como un juego de infancia entre Sophie y Julien, un juego de atrevidos retos, con el tiempo se ha convertido en una forma de vida. Sophie y Julien llevan ese juego hasta el límite, se burlan de todo y de todos y se hacen daño deliberadamente. Moderno cuento de hadas que relata una grotesca y hermosa relación de amor-odio. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2008
60 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como cada país, que posee ciertas cualidades adheridas a su cine desde inmemorables tiempos, u otras que se van adhiriendo con el paso del mismo, Francia posee las suyas, entre el intento de otorgar originalidad y variedad a su cine, sobretodo en el género dramático y de comedia, sobresale una característica que, en mi opinión, siempre ha tenido bastante que ver con el cine francés: La magia.
Y ahí reside uno de los principales valores de este film. La magia de la infancia, donde cualquier juego o norma sirve para distraer la mente, olvidar los pequeños problemas e, incluso, unir a dos personas. La magia de los mundos creados a partir de la nada, esos mundos que se extienden mucho más allá de lo inimaginable. La magia de dos amantes, con indecisiones, pruebas y obstáculos que deben superar. La magia de no caer en el olvido jamás, de separar a dos almas gemelas y volverlas a uni... perdón... ¿he dicho magia? No, no, eso terminó ya hace tiempo... Y es que, tras un primer tramo acertadísimo, brillante y cautivador, parece que las ideas que barajaba quien escribió tan bella historia, terminaron en un saco roto.
A partir de cierto momento, la narración se torna dispersa, los momentos más forzados que tiernos y la poca complicidad que llega a despertar una historia que, más que agridulce, se torna insípida y cargante con el paso de los minutos, empañan ligeramente el desenlace.

Cierto es que el montaje ayuda mucho al espectador a verse inmerso en el fabuloso mundo de los protagonistas, en el cual a partir de un sencillo juego se elabora una agradable y refrescante historia sobre la amistad y los diversos valores que pueden llegar a surgir entre una pareja.
Sin embargo, el guión se le termina yendo de las manos al señor Samuell que, aun y contando con unas intenciones geniales, acaba dotando de una frialdad y una aspereza demasiado patentes a los personajes y situaciones, que parecen moverse más alrededor de una simple premisa que del relato en sí, haciendo que el resultado concluya siendo hastiante y no pueda ser apreciado en su totalidad, debido al desmoronamiento final de la cinta.

Los intérpretes ponen su granito de arena, en especial un Guillaume Canet que, como de costumbre, está muy atinado, acompañado de la protagonista de la película, Marion Cotillard, con una actuación muy bien desarrollada y trenzada. Una pena que terminen sirviendo de tan poco por el embarullamiento de situaciones inverosímiles que se producen hacía el segundo tramo.
Por aplaudir intentos como este, que no quede, aunque es una verdadera pena haber desperdiciado una tan buena opción de regalar al espectador un pedacito más de la magia de Francia con la que, en ocasiones, ya nos suele obsequiar de vez en cuando Jeunet, entre muchos otros como Klaspich o Annaud.
Fallida, pero merece la pena darle una oportunidad.
Grandine
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