Es más mala que el hambre. No sólo el montajista se empeña en mostrarnos su incompetencia en el primer episodio cortando plano tras plano sin que podamos ver algo de interés, matando así la tensión, sino que, además, el realizador da muestras de ser bastante nulo y no para de menear la cámara constantemente, logrando que observemos que sí, ha visto mucho cine de terror de la última hornada, pero que no tiene ni puta idea de como manejar unos compases para que la tensión que se supone debe haber en pantalla, se traslade al espectador.

Luego ya viene el guionista, que es para darle de comer a parte. El tipo no se contenta con hacer que sus personajes rezumen la estupidez y simpleza mental que reflejaría cualquier concursante del Gran Hermano, sí, pero no deberían reflejar el resto de protagónicos, sino además se inventa chapuceras subtramas paralelas que lo único que recuerdan es que, además de la historia principal, existen otro par que se siguen desarrollando. Como si el espectador fuese idiota y fuese a obviar esos detalles, manda cojones. Porque una cosa es que nos muestres que acontece cuando el personaje de Riq huye intentando buscar resguardo, pero otra muy distinta es que, en una intentona por lograr un humor soez y estereotipado, nos enseñes como el productor y la pija tienen leves encontronazos que no le interesan a nadie. A nadie con dos dedos de frente, claro.

Vamos, que "Dead Set" no sólo se podría resumir como el gran bluff de la temporada, sino además también como una de las tonterías más gordas vistas en mucho tiempo que, por más que en algún episodio (el cuarto, básicamente) logre trasladar algo de desasosiego al respetable, no deja de ser un cúmulo de estupideces adosadas a una pantalla que nunca debieron salir a luz.
La única escena reseñable: El productor despellejando en el patio, y ni digo más.