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Voto de Grandine:
8
6,7
17.004
Acción. Thriller
Todo el mundo en Jakarta sabe que en los barrios bajos de la ciudad hay un edificio que sirve de refugio para los criminales más peligrosos de Indonesia. Algo así como una fortaleza del mal cuya leyenda crece día a día y a la que incluso la policía teme acercarse. Pese a ello, un grupo de fuerzas especiales de élite intentará derribar sus defensas y penetrar en sus entrañas. Pero la operación no sale según lo previsto, y los policías se ... [+]
5 de marzo de 2012
33 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sus primeras imágenes, poco sugerentes y ciertamente cutres, no hacían presagiar nada bueno, menos teniendo en cuenta que el precedente de su director (Merantau) pasó sin pena ni gloria. La cuestión, es que tras el lanzamiento de su trailer, el hype voló por los aires y cualquiera que tuviese reticencias acerca de una película de acción provinente, nada más y nada menos que de Indonesia, se las tuvo que guardar para sí mismo. La cuestión es que es particular el hecho de que cintas tan cercanas al Hong Kong de Johnnie To y John Woo entre otros, generen tanta desconfianza entre el espectador, y aunque en la mayoría de casos esa desconfianza está alimentada por productos bastante mediocres, nunca está de más darle un voto de confianza a una película de acción como las que se hacían antaño.
De todos modos, The Raid se aleja parcialmente de lo que viene dando últimamente oriente en el género: ni su trama es tan absurda y su contenido tan bobo como las cintas protagonizadas por Tony Jaa, ni las relaciones entre sus personajes llegan tan hondo como lo suelen hacer las pelis de Johnnie To cuando está en forma y, pese a esto último, tampoco se olvida de confeccionar una trama en la que, más allá de la mera acción, obtengamos algún tipo de conflicto que pueda darle algo de salsa al asunto. Por suerte, Evans siempre se aleja de los giros de guión facilones y burdos que suelen acontecer, desgraciadamente, en un cine que tan sencillo y directo como lo hace él, resulta más que satisfactorio. Lo cual no implica que el film no posea algún golpe de efecto lógico que encaje en ese ambiente tan suburbano y sucio, y le confiera un grado más de credibilidad que, tras las impresionantes secuencias de acción, sea capaz de mostrar más virtudes al espectador que unas coreografías que podría haber firmado el propio Donnie Yen y rematado el ya mentado en este artículo Tony Jaa. No por nada han surgido reseñas donde comparan a Iko Uwais, su protagonista, con estos dos talentos del cine de acción y artes marciales orientales. Ya que, dejando de lado unas dotes interpretativas que no se alejan mucho de lo que cabría esperar en una cinta de estas características, el actor (o no sabría si decir mejor coreógrafo) demuestra que puede ejecutar las más inverosímiles piruetas y los movimientos más imposibles para el disfrute de un espectador que ni en un solo momento pensará si realmente lo son o no.
De todos modos, The Raid se aleja parcialmente de lo que viene dando últimamente oriente en el género: ni su trama es tan absurda y su contenido tan bobo como las cintas protagonizadas por Tony Jaa, ni las relaciones entre sus personajes llegan tan hondo como lo suelen hacer las pelis de Johnnie To cuando está en forma y, pese a esto último, tampoco se olvida de confeccionar una trama en la que, más allá de la mera acción, obtengamos algún tipo de conflicto que pueda darle algo de salsa al asunto. Por suerte, Evans siempre se aleja de los giros de guión facilones y burdos que suelen acontecer, desgraciadamente, en un cine que tan sencillo y directo como lo hace él, resulta más que satisfactorio. Lo cual no implica que el film no posea algún golpe de efecto lógico que encaje en ese ambiente tan suburbano y sucio, y le confiera un grado más de credibilidad que, tras las impresionantes secuencias de acción, sea capaz de mostrar más virtudes al espectador que unas coreografías que podría haber firmado el propio Donnie Yen y rematado el ya mentado en este artículo Tony Jaa. No por nada han surgido reseñas donde comparan a Iko Uwais, su protagonista, con estos dos talentos del cine de acción y artes marciales orientales. Ya que, dejando de lado unas dotes interpretativas que no se alejan mucho de lo que cabría esperar en una cinta de estas características, el actor (o no sabría si decir mejor coreógrafo) demuestra que puede ejecutar las más inverosímiles piruetas y los movimientos más imposibles para el disfrute de un espectador que ni en un solo momento pensará si realmente lo son o no.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Su falta de pretensiones (ni en su banda sonora, ni en sus diálogos hay un atisbo de gravedad) y el maravilloso trabajo tanto en sus coreografías, como en su dirección y montaje (que confieren momentos portentosos gracias a su dinamismo, por un lado, y su notable competencia, por el otro) logran que The Raid se alce como una de las mejores películas de acción de los últimos años, donde tienen cabida desde secuencias de lo más crudas y dolorosas, hasta alguna que otra ligera pincelada de un humor ciertamente macarra, que da un poco de ligereza a tanta comunión de golpes y porrazos. Lo mejor de todo, sin embargo, se halla en su acción que, sin necesidad de ser estilizada, posee una contundencia y un ritmo lejos de cualquier producción hollywoodiense, y sabe enlazar escenas que no dan ni un atisbo de respiro a un espectador al que, a ratos, incluso le faltará el aire para continuar observando esos aturdidores encontronazos entre piernas y brazos. Además, Gareth Evans es lo suficientemente inteligente como para no saturar al público en ningún momento, y conociendo la importancia de saber manejar el tempo de una película y de sus puntos de mini-clímax, concede instantes de respiro que el respetable agradecerá, pues una vez The Raid arranca, es un torbellino de auténtica furia desbocada que sólo cesa en una conclusión muy digna, y un fundido a negro que termina dándole a uno un poco de la calma necesaria para reposar tras un impacto tan seco y asombroso. Para no perdérsela.