Subproductillo realizado por y para Dreamworks. Para unos tipos que, tras "Shrek" vieron muchos caminos abiertos, y al comprobar que no sabrían realizar algo con luz en décadas (a no ser que se aliasen con Aardman), decidieron repetir fórmula. Desconozco si fórmula en cuanto a estructura o contenido, pues todavía no he visto la uno, pero la cuestión es que el ogrecillo verde seguía apareciendo en pantalla, y eso ya serviría para que acudiesen fans acnerosos a darse porrazos en la entrada del cine. Así fue, claro.
Muy hábiles los de Dreamworks ahí, conociendo que si fracasas en todo lo demás, siempre te quedará un filón por explotar (y sino, que se lo digan a juguetito's Lucas), así que se empacharon de Shrek, y tras esta calandraca surgida del coco de algún freak con nulo talento pero montones de referencias cinéfilas en su cabeza, llegaron la tercera, y otra mangurrianería para TV, que hasta se han atrevido a sacar en DVD. Menuda jeta.

Así, "Shrek 2" lo único que constituye es un vago ejercicio donde el toma-y-daca de porretazos, persecuciones y demás se dan cita para construir un rancio espectáculo que no se libra de la desidia más pura ni tomándotela como mero entretenimiento. Porque una cosa es que se pueda ofrecer como clave para amenizar el film alguna que otra situación de ese tipo, pero desde el momento en que, enlazadas dos o tres secuencias de la misma calaña, ésta no da un sólo respiro hasta su conclusión, uno termina siendo vencido por el cansancio que produce tal sobresaturación de situaciones, cuyo único cometido es que los pequeños de la casa se lo pasen en grande. ¿Y a los demás qué? ¿Que nos den?

Desgraciadamente, donde más jugo se podría haber obtenido de la propuesta, en el campo de homenajes y simples o llanas parodias, la cinta presenta un esquema de lo más simplón, y aunque alguien quiera llegar a pensar que toda esa historia tan mínima y escasa que no cabría ni en un kleenex, es fruto del afán por obtener la complicidad del espectador más curtido, no es más que otra mera excusa para empaquetar rápido un guión nada imaginativo, y todavía menos inteligente.

Al final, ni el par de disparates en forma de gags cómicos, ni la sonrisa cómplice por ver a personajes famosos de nuestra infancia, media como clave para poder llegar a pensar que "Shrek 2" pueda constituir un entretenimiento con un mínimo de suficiencia como para poder ser visto sin pensar en el coñazo que estás observando... y es que resulta bien curioso ver a un gato con botas actuar como un vulgar ratero, pero, cuando la suma de famosetes se eleva al cubo del hastío, terminas maldiciendo a unos tipos con tan nula creatividad, y pasando del tema antes de su fin. En definitiva: Otra pérdida de tiempo colosal.