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Voto de msmoonriver:
8
6,5
11.598
Drama. Comedia
Biopic sobre Herman Mankiewicz, guionista de 'Ciudadano Kane', que repasa el proceso de rodaje de la obra maestra de Orson Welles, dirigida y estrenada en 1941. La película toma como base un guión escrito por Jack Fincher, padre de David Fincher, antes de morir en 2003. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a las críticas que ha tenido bien diversas, creo que todas coincidirán en que es una película totalmente necesaria para el espectador de hoy, especialmente para cualquier cinéfilo, ¿por qué? Porque muestra la cara no visible de la industria del cine reivindicando la labor del guionista.
Siempre se atribuye como propietario del filme a la directora o al director, y nada más lejos de la realidad: las historias perteneces a quienes las escriben, y parece que se nos olvida entre tantos nombres gigantes de actores y dirección.
Otro de sus temas reseñables, es que plasma muy bien el entresijo detrás de las creaciones: las negociaciones, los pactos no escritos o la intención sobre el espectador (“La gente que va al cine, deja su incredibilidad en la entrada. Y eso es una responsabilidad” Mankiewitz). Y es aquí donde pone el foco la verdadera crítica: se duda de la inteligencia media de las personas que van al cine, de manera que se les cree totalmente despojados de capacidad pensativa y por eso se le debe moralizar, en base a su conveniencia claro. Esto se personifica maravillosamente en los personajes de Hearst y Mayer, muy bien encarnados también por sus respectivos actores.
En cuanto a sus puntos remarcables, la escena sobre “El Quijote” me pareció increíble, así como perdurable.
No solo por su rodaje, que bien se asemeja a los planos de “Ciudadano Kane” (ya innovadores en su época), sino porque el mismo personaje se relata a sí mismo: él, poco lúcido (aparentemente), termina siendo el Quijote de la historia (con aires estéticos más Sancho Panceros), el que lucha contra los poderosos en pos de salvar a los olvidados. En su camino, encontrará su motivación en una bella y frágil dama (¿igual de idealizada que Dulcinea?) que parece necesitar ser socorrida. Al menos eso cree nuestro protagonista.
El diseño de vestuario es increíble, así como los escenarios, que nos transportan sin ápices de artificiosidad a la época dorada de Hollywood. Y en cuanto a las actuaciones, me atrevería a decir que Gary Oldman hace la interpretación de su vida; encarna genial la motivación de Mank y nos la transmite maravillosamente mediante un humor sarcástico que no deja títere con cabeza. Todas me han parecido bastante remarcables, aunque quizás han habido demasiados secundarios poco relevantes que no terminaban de cuadrar en la historia.
La única pega grande que tengo del filme, es haber tratado, en última instancia, de meter en el molde de bueno o de malo a según qué personaje; hubiera sido más interesante haber ahondado en los grises de cada uno. Aun así, hay personajes ingeniosamente descritos, como el de Amanda Seyfried.
Siempre se atribuye como propietario del filme a la directora o al director, y nada más lejos de la realidad: las historias perteneces a quienes las escriben, y parece que se nos olvida entre tantos nombres gigantes de actores y dirección.
Otro de sus temas reseñables, es que plasma muy bien el entresijo detrás de las creaciones: las negociaciones, los pactos no escritos o la intención sobre el espectador (“La gente que va al cine, deja su incredibilidad en la entrada. Y eso es una responsabilidad” Mankiewitz). Y es aquí donde pone el foco la verdadera crítica: se duda de la inteligencia media de las personas que van al cine, de manera que se les cree totalmente despojados de capacidad pensativa y por eso se le debe moralizar, en base a su conveniencia claro. Esto se personifica maravillosamente en los personajes de Hearst y Mayer, muy bien encarnados también por sus respectivos actores.
En cuanto a sus puntos remarcables, la escena sobre “El Quijote” me pareció increíble, así como perdurable.
No solo por su rodaje, que bien se asemeja a los planos de “Ciudadano Kane” (ya innovadores en su época), sino porque el mismo personaje se relata a sí mismo: él, poco lúcido (aparentemente), termina siendo el Quijote de la historia (con aires estéticos más Sancho Panceros), el que lucha contra los poderosos en pos de salvar a los olvidados. En su camino, encontrará su motivación en una bella y frágil dama (¿igual de idealizada que Dulcinea?) que parece necesitar ser socorrida. Al menos eso cree nuestro protagonista.
El diseño de vestuario es increíble, así como los escenarios, que nos transportan sin ápices de artificiosidad a la época dorada de Hollywood. Y en cuanto a las actuaciones, me atrevería a decir que Gary Oldman hace la interpretación de su vida; encarna genial la motivación de Mank y nos la transmite maravillosamente mediante un humor sarcástico que no deja títere con cabeza. Todas me han parecido bastante remarcables, aunque quizás han habido demasiados secundarios poco relevantes que no terminaban de cuadrar en la historia.
La única pega grande que tengo del filme, es haber tratado, en última instancia, de meter en el molde de bueno o de malo a según qué personaje; hubiera sido más interesante haber ahondado en los grises de cada uno. Aun así, hay personajes ingeniosamente descritos, como el de Amanda Seyfried.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No sé si logrará llevarse la estatuilla por mejor película o dirección. Pero por mejor guion original...pondría la mano en el fuego. Quizás ocurra por mera justicia poética, ya que tiene es una trama que despista, con flashbacks bastante desencaminados en el transcurso de la historia. Estos hacen que el principio sea confuso, pero el no adivinar el cauce de la historia es un arma de doble filo: o consigue mantener atento al espectador o lo desmotiva antes de que todo le empiece a cuadrar.
Estas memorias evidentemente tienen un sentido, mostrar las idas y venidas de ideas de la creatividad de Mank y encaminar la personalidad del protagonista, pero para el espectador, bien poco aportan algunas y por tanto, lían más que aclaran. Esto hace que sea una película difícil de seguir, y no porque se deban de poner los cinco sentidos para cuadrar encrucijadas de la trama, sino porque la falta de linealidad no está tratada con la maestría necesaria.
Por otro lado, uno de los principales tópicos que no terminan de ser entendidos al verla, es el no discernir entre la autoría del director sobre la del guionista, y el porqué cada cual es bien diferente:
Para esclarecer la labor de director y guionista: el primero se encarga del llamado guion técnico, donde se dan indicaciones para realizar la filmación y la edición. Mientras que el guionista se encarga del guion literal, el cual es reinterpretado por director y actores a su manera.
En “Mank”, Fincher senior se decanta porque Orson Welles (reconocido como coguionista del filme y director a su vez) quizá abusó demasiado de su autoría sobre “Ciudadano Kane” y se pone de parte de Herman Mankiewicz; solo a él le pertenece la historia y por ende el Óscar al mejor guion original (la única estatuilla con la que logró alzarse). No soy fan de esta forma de tratar al Welles, pues da la sensación de desmerecer enormemente su trabajo. El no pretender ser un filme objetivo le resta credibilidad, y es que la intención de que nos centremos más en los que trabajan en la sombra de las grandes obras la cumple, pero igual deberían de haber mostrado la verdadera labor de la dirección en general y de Welles en particular, quien hizo posible (a sus 24 añitos) el rodaje de semejante obra maestra, y no haber martirizado tanto a Mank (personaje hecho para gustar). Hubiera conseguido así ser una película (casi) a la altura de la ópera prima de Welles (¿o debería decir de Mank?).
Estas memorias evidentemente tienen un sentido, mostrar las idas y venidas de ideas de la creatividad de Mank y encaminar la personalidad del protagonista, pero para el espectador, bien poco aportan algunas y por tanto, lían más que aclaran. Esto hace que sea una película difícil de seguir, y no porque se deban de poner los cinco sentidos para cuadrar encrucijadas de la trama, sino porque la falta de linealidad no está tratada con la maestría necesaria.
Por otro lado, uno de los principales tópicos que no terminan de ser entendidos al verla, es el no discernir entre la autoría del director sobre la del guionista, y el porqué cada cual es bien diferente:
Para esclarecer la labor de director y guionista: el primero se encarga del llamado guion técnico, donde se dan indicaciones para realizar la filmación y la edición. Mientras que el guionista se encarga del guion literal, el cual es reinterpretado por director y actores a su manera.
En “Mank”, Fincher senior se decanta porque Orson Welles (reconocido como coguionista del filme y director a su vez) quizá abusó demasiado de su autoría sobre “Ciudadano Kane” y se pone de parte de Herman Mankiewicz; solo a él le pertenece la historia y por ende el Óscar al mejor guion original (la única estatuilla con la que logró alzarse). No soy fan de esta forma de tratar al Welles, pues da la sensación de desmerecer enormemente su trabajo. El no pretender ser un filme objetivo le resta credibilidad, y es que la intención de que nos centremos más en los que trabajan en la sombra de las grandes obras la cumple, pero igual deberían de haber mostrado la verdadera labor de la dirección en general y de Welles en particular, quien hizo posible (a sus 24 añitos) el rodaje de semejante obra maestra, y no haber martirizado tanto a Mank (personaje hecho para gustar). Hubiera conseguido así ser una película (casi) a la altura de la ópera prima de Welles (¿o debería decir de Mank?).