Después de una frase como esa que encierra el bestialismo hombre-oveja de un modo cómico, qué más puede decirse de esta película...

Pues que como entretenimiento para fans del cine gore/friki, no está nada mal. Ojo, no hay que tomérsela nada en serio, igual que la película tampoco hace consigo misma. No deja de ser una parodia de las películas de catátrofes genéticas en las que el hombre, en su afán por alterar la naturaleza para su propio beneficio (económico), altera el status quo de las leyes naturales (o divinas) y éstas se vuelven contra él dejando la tan manida moraleja de que jugar a ser dios tiene sus consecuencias.

La película está repleta de clichés y referencias a cientos de pleículas de todo pelaje, nunca mejor dicho, entre las que destacaré Critters (final abierto a secuelas), Hombre Lobo Americano En París (transformación hombre en monstruo), Aterriza Como Puedas (parkímetro sin parar), Piranha (manipulación genética) y cualquiera de George A. Romero (animales-zombies y laboratorio escondido). Hay más referencias, pero con las que he expuesto seguro que te haces una idea del tipo de película que vas a ver.

El sentido del humor no es ninguna maravilla, pero desengrasa la película bastante y la hace simpática. Es cierto que muchas escenas chirrían si se ven con ojos de realismo pero es que ese no es el objetivo, la intención es parodiar el cine de plagas apocalípticas y pasar un buen rato y al menos conmigo lo han conseguido.