Estamos ante una película que se podría definir como un espectáculo de magia, que entretiene y engaña al espectador. Entretiene con sus trucos a gran escala al mas puro estilo David Copperfield y engaña, al hacernos creer que cuatro magos que no son mas que creadores de ilusión, aparecen ante la pantalla como cuatro dioses que lo pueden todo.
En esta película se ha llevado ese término al máximo, estrujando su esencia hasta deformarla, para crear una cinta con grandes dosis de ilusión, que son reveladas poco después por sus protagonistas.
Da la sensación de que mas que cuatro ilusionistas, parece que nos encontramos ante los cuatro fantásticos de Marvel, pero sin poderes reales.

Podría haber sido mejor película, si los cuatro protagonistas no actuasen con tanta prepotencia, al fin al cabo son solo ilusionistas que engañan a la gente para hacerles ver lo que ellos quieren.

En cualquier caso, es una película que puede interesar a todo aquel que disfrute del ilusionismo a gran escala, combinado con pequeñas dosis de acción y misterio.