Cuando vi por primera vez esta serie en televisión pensé que los guionistas se habían vuelto locos. Porque cual es mi sorpresa cuando veo aparecer al protagonista, David Janer encapuchado y empuñando una espada japonesa, y yo me pregunto: ¿qué leches hace un maestro de escuela vestido de samurái en el siglo de oro español?. No tengo ni idea. Supongo será cosa de algún guionista friki que se le ocurrió la gran idea de mezclar dos conceptos tan antagónicos. El caso es que la serie ha sido un éxito. Así lo confirman las cuatro temporadas que lleva en antena, además de una película.

Quitando el rol un tanto extraño que se le da al protagonista; (recordemos que es un samurái español con plumas rojas). Si suena un poco raro, pero en fin que le vamos a hacer... tenemos a favor algo que le da vida a la serie y es la buena actuación de Javier Gutiérrez en el papel de Satur, el fiel criado que acompaña a su amo en cada una de sus aventuras; algo así como el Sancho Panza de Águila Roja, curiosa coincidencia.

Quizás se echa en falta un poco mas de argumento, pero en general es una serie para pasar un rato agradable, aunque yo creo que se tenían que haber replanteado el rol del misterioso samurái porque no pega ni con cola.