Una de las primeras películas del director Don Siegel (“Codigo del Hampa”, “Harry el Sucio”) enlatada en un claro formato de “Serie B”.
El regreso al idílico pueblo californiano de Santa Mira del joven Dr. Miles Bennell (Kevin MacCarthy) coincide con lo que parece una paranoia colectiva: muchos de sus pacientes dicen no reconocer a sus seres queridos. Todo se complica cuando uno de sus mejores amigos encuentra un cuerpo con un asombroso parecido de sí mismo. El misterio se desvela cuando el joven médico y su amada (Dana Wynter) descubren que los cuerpos surgen de unas extrañas vainas que replican a los ciudadanos de Santa Mira mientras estos duermen.

La invasión alienígena es simplemente un paisaje donde los personajes transitan. En el fondo, se está retratando a la propia sociedad norteamericana de los cincuenta. Una sociedad cerrada, sometida a la amenaza comunista, al fascismo recintemente vencido en la vieja Europa o al racismo galopante dentro de sus fronteras. La resolución del conflicto es una oda al individualimo amerciano, donde un simple ciudadano -un médico de una pequeña ciudad- se convierte en el primer frente de la lucha por la supervivencia y quien conseguirá revelar de que la amenza extraterreste no es una alucinación.