Argumento de sobras conocido. Eliot Ness forma la banda de Los Intocables (que en realidad eran 11) con el único objetivo de frenar la corrupción existente y poner punto y final a la carrera delictiva de Capone.
Película con más aciertos que fallos en su haber, lo que hace que la sigamos con interés y agrado. De Palma hace un trabajo excelente en cuanto a la psicología de los personajes (el encuentro de Malone y Ness es realmente prodigioso), gracias a ello nos adentramos, como uno más, en ese turbio Chicago de los años 30. La ambientación, puesta en escena y fotografía son espléndidas. La fuerza visual de las imágenes es, en esta película, un gran acierto. Más que nunca es ésta una película 'para ser vista'. Labor minuciosa y plausible del director en cada secuencia, aunque, a veces, se pase de minucioso y, fabulosa interpretación de Costner y Connery.
El gran error de la cinta es introducirle toques de humor que rayan lo caricaturesco. El humor siempre es bien recibido, pero la caricatura, en un argumento tan serio y bien definido como este, es un enorme dislate. No es sólo que De Niro componga un Capone de barraca de feria, es que De Palma transforma cada secuencia del gángster y su banda en un carnaval grotesco con música chirriante que acaba exasperando al espectador y que casi acaba con la película.
Afortunadamente ésto no lo consigue porque nos ha atrapado ya con la extraordinaria composición de personajes, la fuerza y riqueza visual de las imágenes y una música 'made in Morricone' que, por cierto, de una manera descarada, anticipaba ya su banda sonora más dulce, reflexiva y seductora: la de "Cinema Paradiso".
Me gustaría añadir una cosa más: estoy seguro que esta película, sin la mascarada de De Niro y su banda, hubiera sido una maravillosa OBRA MAESTRA.