Mi aporte es una simple palabra: condicionada. Condicionada por su concepto televisivo, por sus actores y por una política algo inherente al final y al cabo. Qué pudo haber sido si al menos una de estas condiciones desaparecerían, no lo sé, probablemente estaríamos ante una obra de antes y después. La cosa es que lo concreto ya fue escrito, filmado y producido.
A pesar de todo y con ello, es la serie de acción y drama carcelario que necesitaba Latinoamérica: es de lejos una de las mejores adaptaciones del fascinante cine de poder, guetos y violencia a este terreno, llevando la buena práctica de mostrar personajes tan carismáticos como amorales. Está casi al nivel de cualquier otra serie acerca del tema recurrente o tópico, teniendo en cuenta que ninguna se libra de los exagerados altibajos de calidad; también es un claro legado de esas series anteriores (más que nada de Orange is the new black, de la cual parece buscar ser su contra parte menos sana, menos inteligente y menos chistosa).