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Voto de Ferdydurke:
5
6,6
11.400
Comedia. Drama
Provincia de Buenos Aires, fines del 2001. Un grupo de amigos y vecinos pierde el dinero que había logrado reunir para reflotar una vieja cooperativa agrícola. Al poco tiempo, descubren que sus ahorros se perdieron por una estafa realizada por un inescrupuloso abogado y un gerente de banco que contaban con información de lo que se iba a desencadenar en el país. Al enterarse de lo sucedido, este grupo de vecinos decide organizarse y ... [+]
15 de abril de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El videoclub. Dinamita. Acovachado.
Tiene casi todos los aciertos y/o virtudes del cine argentino y también sus fallos, carencias o debilidades, que se pasan de listos o acabados, que rematan demasiado, la faena o el gol, que lo dejan todo arreglado y concluido, eso sería lo malo, dulzones o demagogos, y lo bueno, mucho o todo el rato, la, sobre todo eso por encima de todas las cosas, inteligencia, la diversión o entretenimiento, el humor, la liviandad, la humanidad, la sensibilidad, y lo malo de nuevo, pues la mentira o añagaza, la trampa, el amaño argumental, el maniqueísmo, a veces la simpleza, el pensar casi exclusivamente en al público agradar/felar (lo cual es de una gran generosidad y riqueza/pobreza), y lo mejor otra vez, la gracia, el desparpajo, la solera, la viveza, la inventiva, el cachondeo, la picaresca, que saben tocar como nadie las teclas del alma, detectar y masajear nuestras partes más blandas y gustosas o delicadas.
El pueblo unido jamás será vencido.
Las películas de Campanella.
Y se goza, se pasa pipa y bomba, de rechupete, de chuparse los dedos y (todo) lo otro, todo el tiempo sin descanso por cómo bullen, brillan, piensan, sienten y resuelven las cosas, por su mirada, por su manejo del idioma como un bello chicle sin tanto peso, pese a que cuando se quiere poner seria o sentenciosa o reflexiva no vale nada, es falsaria, vaga y tahúr, tonta.
Tiene casi todos los aciertos y/o virtudes del cine argentino y también sus fallos, carencias o debilidades, que se pasan de listos o acabados, que rematan demasiado, la faena o el gol, que lo dejan todo arreglado y concluido, eso sería lo malo, dulzones o demagogos, y lo bueno, mucho o todo el rato, la, sobre todo eso por encima de todas las cosas, inteligencia, la diversión o entretenimiento, el humor, la liviandad, la humanidad, la sensibilidad, y lo malo de nuevo, pues la mentira o añagaza, la trampa, el amaño argumental, el maniqueísmo, a veces la simpleza, el pensar casi exclusivamente en al público agradar/felar (lo cual es de una gran generosidad y riqueza/pobreza), y lo mejor otra vez, la gracia, el desparpajo, la solera, la viveza, la inventiva, el cachondeo, la picaresca, que saben tocar como nadie las teclas del alma, detectar y masajear nuestras partes más blandas y gustosas o delicadas.
El pueblo unido jamás será vencido.
Las películas de Campanella.
Y se goza, se pasa pipa y bomba, de rechupete, de chuparse los dedos y (todo) lo otro, todo el tiempo sin descanso por cómo bullen, brillan, piensan, sienten y resuelven las cosas, por su mirada, por su manejo del idioma como un bello chicle sin tanto peso, pese a que cuando se quiere poner seria o sentenciosa o reflexiva no vale nada, es falsaria, vaga y tahúr, tonta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Mejor que se hubiera quemado a lo bonzo el maloso. Y mejor sin las últimas bobas frases y sin el añadido de que donaron el dinero sobrante, vale, por supuesto, ya sabemos que son o eran giles/buenos, de lo mejor si cabe.
Lo de la secretaria y las plantas es muy malo todo ese tramo y los personajes tontos lo son demasiado, obvios, caricaturescos, de tebeo, pero qué capacidad tan maravillosa par hacer/crear/recrear una historia ridícula e imposible de forma tan espectacular circense pirotécnica reconciliadora calmante anestésica, fuegos artificiales, maestros, envidia, supina, recogen la tradición yanqui más comercial banal y acerada plena y la pasan o aliñan o dan una vuelta salsa mezcla con el cine italiano de humor y tentetieso con todo su sarcasmo y ternura como banderas.
El pueblo (el cine) más vivo/despierto y más falsario/trampero, admirables y temibles, humanos, demasiado humanos, los más queridos, los mejores, corre.
Darín va sobrado, es el hijo flojo, se ha quitado un peso de encima, de Luppi, no interpreta, para qué, eso solo lo hacen los malos actores, los que se esfuerzan, la naturalidad/facilidad como ocaso/coso, el hijo es muy soso y los demás son muy buenos, o no tanto, seguro.
Lo de la secretaria y las plantas es muy malo todo ese tramo y los personajes tontos lo son demasiado, obvios, caricaturescos, de tebeo, pero qué capacidad tan maravillosa par hacer/crear/recrear una historia ridícula e imposible de forma tan espectacular circense pirotécnica reconciliadora calmante anestésica, fuegos artificiales, maestros, envidia, supina, recogen la tradición yanqui más comercial banal y acerada plena y la pasan o aliñan o dan una vuelta salsa mezcla con el cine italiano de humor y tentetieso con todo su sarcasmo y ternura como banderas.
El pueblo (el cine) más vivo/despierto y más falsario/trampero, admirables y temibles, humanos, demasiado humanos, los más queridos, los mejores, corre.
Darín va sobrado, es el hijo flojo, se ha quitado un peso de encima, de Luppi, no interpreta, para qué, eso solo lo hacen los malos actores, los que se esfuerzan, la naturalidad/facilidad como ocaso/coso, el hijo es muy soso y los demás son muy buenos, o no tanto, seguro.