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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
2
Romance. Drama La apacible pero anodina vida de Francesca Johnson (Meryl Streep), un ama de casa que vive en una granja con su familia, se ve alterada con la llegada de Robert Kincaid (Clint Eastwood), un veterano fotógrafo de la revista National Geographic, que visita el condado de Madison (Iowa) para fotografiar sus viejos puentes. Cuando Francesca invita a Robert a cenar, un amor verdadero y una pasión desconocida nacerá entre ellos. (FILMAFFINITY)
8 de julio de 2021
8 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viva Italia.
A más canas, más ganas.
Desde que amanece apetece.
Cenizas y otras brizas o brisas.
Un perro feroz blanco, no amarillo. Ni con los colores acertamos.
Una trepa insatisfecha. Un vendedor de crecepelo sin escrúpulos. La pareja perfecta.
Casi como una porno (menos sutileza y humor hay en esta); ella, ya antes siquiera de verlo, solo con olerle a la distancia se sube por las paredes, como los vampiros con la sangre, posteriormente en cada mirada arrobada, licuada de deseo que le echa, tiene uno o varios orgasmos consecutivos y arracimados, placer perpetuo, ese derrumbe, gran estremecimiento, por ti, Roberto, yo me muero.
¿Quieres que te acompañe, quieres un té helado, quieres la cena, quieres un café, quieres un coñac, quieres tal vez que te la... y que después con tu yo... y que más tarde me la... ? ¿Qué más quieres, cariño, señor mío? ¿Captas las indirectas, te cuesta un poco, eres tal vez torpe o ya me desnudo al trote? Es solo por preguntar, no me mires mal, por educación, hospitalidad, una banalidad.
Ella se creía que iba a Jólivud y se encontró en Iowa, rodeada de vacas y cencerros, repleta de maíz y borregos, también muchos cerdos. Con lo bien que estaba en su amada Italia, su patria.
A él todo le parece bien (los africanos son gente muy maja, los sueños rotos son estupendos, el paso del tiempo, maravilloso, la soledad, muy amorosa, el mundo, un sueño, puro asombro, eso que me llevo... ), le da igual ocho que ochenta, hay que vestir el muñeco, un artista de medio pelo.
Y la que montan entrambos por unos tristes y vulgares cuernos, madre del amor hermoso, que no somos nuevos, que ya tenemos unos cuantos años, recato, dignidad, sobriedad, elegancia, esas cosas tan necesarias se os olvidaron un poco, por favor os lo pido a todos, follar no está nada mal, la verdad, pero ya está, ya pasó, hay que dejarlo estar, a otra cosa, para qué enredar más si va a escampar.
Peor que el manido chiste de no es lo que parece, espera que te cuente y explique, son los de Madison puente, ni el de Landa ni el de Wicki, este que ahora mismo me estoy cepillando en nuestra santa cama o lecho conyugal no es un pícaro de siete suelas ni yo una mujer desesperada tan calenturienta, solamente estábamos disfrutando de la certeza, pasa una vez en la vida, para que lo sepas y aprendas de un poeta, cateto, simple, aburrido, limpio, querido marido mío.
O como el otro chiste viejo en el que se dice que las mujeres ven la peli porno entera con la sana esperanza de que al final se casen el semental y la jaca. Pues sí, mucho mejor todavía, aquí se aman. Que me emociono, para.
La musiquita babosa pringosa sentimental tan bonica remató la faena, todo sea para parar el golpe, que aquello parezca casi perfecto, que se pueda tragar el medicamento.
El contrapunto de los hijos es casi lo único medio salvable a ratos, sobre todo al principio, cuando el hijo nada entiende y mucho se ofende, arquetipo masculino, tonto, muy básico, y la hija más comprende, la vida ancha, arquetipo femenino, todo le vale. Graciosa reacción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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