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Voto de Ferdydurke:
2
7,6
12.312
Drama. Romance
Un elegante playboy y una bella cantante de un club nocturno se conocen a bordo de un lujoso transatlántico y surge entre ellos un apasionado romance. Aunque ambos están comprometidos (ella es la amante de un magnate y él se va a casar con una rica heredera), establecen un pacto antes de abandonar el barco: encontrarse en el Empire State Building en un plazo de seis meses si siguen sintiendo lo mismo el uno por el otro. (FILMAFFINITY)
26 de octubre de 2021
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Champán rosa. Esperando a Godot o a la carroza, es lo mismo, la cosa. El que espera desespera. La silla.
Esta(ba)n completamente locos, de atar, enfermos peligrosos, menudo delirio, cuánta desgracia y derrengamiento, cuánto desenfreno y desafuero, tontuna, delirio y tormento, disparate y tropiezo, depravación sin medida ni arrepentimiento, y luego prohíben las drogas y no dejan tomar LSD, para qué, y a cambio permiten hacer esta película psicodélica, viva zaratustra, lisérgica, qué mundo, qué pasa, qué gente, qué vida, qué público, toda esa zarabanda que no barahúnda absurda.
¿Por qué abuela y no madre si él calzaba 53 y ella dice que le contemplan 82, se están riendo de nosotros como tan claramente parece o esa mueca es tan solo siniestra? ¿Por qué tanta mala baba? ¿Qué les hemos hecho si somos buenos?
¿Por qué tiene un chichón, bollo o huevo en el centro de la frente perenne, quién o con qué cojones le han atizado tan fuerte al pobre si tanto mal tampoco se merece? ¿Fue un marido/esposa cornudo/a, un amante despechado/a, una casa de empeños, un marchante de arte el que le propinó el hostiazo que le dejó marcado para siempre?
¿Por qué ella dice que ha pasado el mejor día de su vida (sic) en casa de una vieja que no conoce de nada y que es la abuela, en realidad como mucho madre, si la hubiera, de un tipo al que trata hace dos noches, si solo medio canta o reza de aquella manera? ¿Qué vida tuvo hasta entonces? ¿Estuvo internada en un campo de concentración si acaso, tal vez creció en un polígono no tan industrial hispano?
¿De dónde sacaron a ese cura, por qué, pero esto qué coño es? ¿Por qué, señor, nos castigas con tanta saña y mandas además para ello un eminente tuyo emisario de primera mano, para que nos vigile quizás más de cerca, si ella era por otra parte una gran casquivana que vivía muy amancebada, en eterno pecando nefando, perpetua concupiscencia, conviviendo, encamada, cohabitando también carnalmente, ayuntada sin estar ni siquiera casada con un masculino prospecto, sin pasar por el áureo aro del sagrado matrimonio, qué bárbara María Magdalena?
¿Por qué él es un pintamonas?
¿Por qué los ricos son tan buenos y dadivosos si a ellos no los quieren, quieren a otros, solo les sacan los dineros y les ponen los cuernos?
Un gigoló en claro proceso de descomposición moral y física, qué vergüenza, se lía con una concubina de pasado escabroso y futuro yermo, felona, mucho me pirra.
¿Qué pasará?
Comedia fantástica (ciencia ficción) de trasfondo guasón/socarrón, la mar de cachondo. O engendro clínico, de camisa de fuerza, muy paródico/sórdido.
Él en ese asunto del amor (por lo menos del hetero que aquí como que vemos) tan engorroso o farragoso no está o se le ve precisamente cómodo, se retuerce, algo le pica por dentro y no apunta mucho a tremendo deseo, llámame loco, hace gestos raros, se pone en posiciones extrañas, se contorsiona, es errático y esquivo, por lo menos raro, parece que esté pisando huevos, los suyos, los susodichos o propios seguramente. Ella es muy elegante, sensible e inteligente, quizás excesivamente teniendo en cuenta todo lo que a su alrededor se mal menea, un psiquiátrico ambulante, parada y fonda, un crucero vital tan aberrante, mucho monstruo al retortero.
Una mezcla psicotrónica del Douglas Sirk más enfermizo con las películas de la Marisol primera tan pura y verdadera, buena.
Esos niños y esas canciones salidas de la nada que yo ya me muero y no me confieso, puestas por el de nueva york ayuntamiento para gran y masivo jaleo.
Esta(ba)n completamente locos, de atar, enfermos peligrosos, menudo delirio, cuánta desgracia y derrengamiento, cuánto desenfreno y desafuero, tontuna, delirio y tormento, disparate y tropiezo, depravación sin medida ni arrepentimiento, y luego prohíben las drogas y no dejan tomar LSD, para qué, y a cambio permiten hacer esta película psicodélica, viva zaratustra, lisérgica, qué mundo, qué pasa, qué gente, qué vida, qué público, toda esa zarabanda que no barahúnda absurda.
¿Por qué abuela y no madre si él calzaba 53 y ella dice que le contemplan 82, se están riendo de nosotros como tan claramente parece o esa mueca es tan solo siniestra? ¿Por qué tanta mala baba? ¿Qué les hemos hecho si somos buenos?
¿Por qué tiene un chichón, bollo o huevo en el centro de la frente perenne, quién o con qué cojones le han atizado tan fuerte al pobre si tanto mal tampoco se merece? ¿Fue un marido/esposa cornudo/a, un amante despechado/a, una casa de empeños, un marchante de arte el que le propinó el hostiazo que le dejó marcado para siempre?
¿Por qué ella dice que ha pasado el mejor día de su vida (sic) en casa de una vieja que no conoce de nada y que es la abuela, en realidad como mucho madre, si la hubiera, de un tipo al que trata hace dos noches, si solo medio canta o reza de aquella manera? ¿Qué vida tuvo hasta entonces? ¿Estuvo internada en un campo de concentración si acaso, tal vez creció en un polígono no tan industrial hispano?
¿De dónde sacaron a ese cura, por qué, pero esto qué coño es? ¿Por qué, señor, nos castigas con tanta saña y mandas además para ello un eminente tuyo emisario de primera mano, para que nos vigile quizás más de cerca, si ella era por otra parte una gran casquivana que vivía muy amancebada, en eterno pecando nefando, perpetua concupiscencia, conviviendo, encamada, cohabitando también carnalmente, ayuntada sin estar ni siquiera casada con un masculino prospecto, sin pasar por el áureo aro del sagrado matrimonio, qué bárbara María Magdalena?
¿Por qué él es un pintamonas?
¿Por qué los ricos son tan buenos y dadivosos si a ellos no los quieren, quieren a otros, solo les sacan los dineros y les ponen los cuernos?
Un gigoló en claro proceso de descomposición moral y física, qué vergüenza, se lía con una concubina de pasado escabroso y futuro yermo, felona, mucho me pirra.
¿Qué pasará?
Comedia fantástica (ciencia ficción) de trasfondo guasón/socarrón, la mar de cachondo. O engendro clínico, de camisa de fuerza, muy paródico/sórdido.
Él en ese asunto del amor (por lo menos del hetero que aquí como que vemos) tan engorroso o farragoso no está o se le ve precisamente cómodo, se retuerce, algo le pica por dentro y no apunta mucho a tremendo deseo, llámame loco, hace gestos raros, se pone en posiciones extrañas, se contorsiona, es errático y esquivo, por lo menos raro, parece que esté pisando huevos, los suyos, los susodichos o propios seguramente. Ella es muy elegante, sensible e inteligente, quizás excesivamente teniendo en cuenta todo lo que a su alrededor se mal menea, un psiquiátrico ambulante, parada y fonda, un crucero vital tan aberrante, mucho monstruo al retortero.
Una mezcla psicotrónica del Douglas Sirk más enfermizo con las películas de la Marisol primera tan pura y verdadera, buena.
Esos niños y esas canciones salidas de la nada que yo ya me muero y no me confieso, puestas por el de nueva york ayuntamiento para gran y masivo jaleo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Él no ha trabajado en toda su puta vida jaja, un bendito, un elegido, y de repente, de un día para otro, se pone manos a la obra, creemos en el amor ciego y obrero, del que te parte el lomo, sangre, sudor y fuego, pintor de brocha gorda, como artístico no parece que hila muy fino, nada menos, al andamio que me subo con la bota de vino y a decirle cuatro bellas y floridas, muchos requiebros, cosas a las que pasen por debajo de nosotras más hermosas mozas. De hecho, los dos tan perdidamente enamorados protagonistas de esta edificante, conmovedora y hermosa historia ya se pusieron previamente, adelantaron acontecimientos, hicieron cálculos, a discutir sesudamente al trascendental respecto con algún denuedo, muy en serio, que si el gran haragán, vago importante y de altos vuelos maleante, ese gandul o enorme jeta, sacacuartos y expolia abuelas, increíble parásito o de alto copete puto sería por un casual y para de una vez por todas variar algo parecido a un hombre hecho y derecho, si un palo al agua por fin pegaría o algo haría para, como dios manda y es deber de todo macho que se precie, que para algo es el patriarca, el rey de la casa, el que tiene todos los privilegios y ventajas, ninguna obligación y todos los derechos, poder mantenerla a ella, a su pobre esclava, a su señora, para tenerla como a la reina de saba, que no se manche las manos mi parienta, que ni el viento la toque a mi santa, que no coja el metro ni por las mañanas madrugue o corra. Vivan el capitalismo, el marxismo, el liberalismo y el feminismo de última ola, que sigan surcando los mares todos juntos como primos o hermanos, ea.
¿Por qué en los folletones más estrepitosos aman tanto las tragedias y las sillas de ruedas, los accidentes más chuscos y repentinos a última hora si la vida a secas ya te vapulea de veras, sin necesidad de intervención diabólica ni divina, por pura inercia, la fuerza abrumadora y aburrida de las coas, de manera tediosa y mecánica, muy necia, desganada, desgarrada y burocráticamente, como si nada, con tanta pereza, impersonalmente, bastante, constantemente, sin pausa ni prisa, gota malaya, a puerta gayola, si no hay que añadirle ningún colorante al jodido invento, se basta y sobra solo?
Epílogo: Justo el día en el que ella por fin se recupera, levántate y anda, él, con la emoción y las prisas del momento, ese gran evento o acontecimiento, con las ganas locas de ir a celebralo como mandan los cánones y a punto de comprarle un ramito de rosas rojas, le cae encima un ladrillo del séptimo piso, desde el mismo infierno, de los de no te menees que le parte hasta el güito, la crisma, el alma, y se queda, si no es otra es uno, sin útiles piernas, las patas quebradas y en casa, fueron las malditas vértebras que no pudieron soportar el ladrillazo o gran golpe desde las afueras, por lo que es internado en un hospital sin que ella ni se entere ni lo sepa, no había móvil, hay que entenderlo, no iba a hacer señales de humo con las orejas, por lo que al correr de los días ella se convierte en un mar de lágrimas, dando pena a la tristeza, y cree o barrunta que él, se reconcome pensando, dale al hurgue, que se ha largado con otra mucho más ricachona, hasta que un día, ya en París, otra escala más en la excursión con los niños del coro por todo el mundo enseñando su arte, esa triunfal gira que anonada, sube a la torre eiffel y allí está él, sentado y con una mantita, más solo que la una, rumiando su desgracia, pensando en el paso del tiempo, el ser y la nada, ella le mira y lo entiende al instante, no fue traición, fue solo malentendido, incomunicación, confusión o desgobierno, es un paralítico, no un sátiro, y se ponen a hablar como si todo comenzara siempre desde cero, de nuevo, decíamos ayer...
¿Qué pasará? ¿Cogerán el primer barco que pase sin rumbo fijo o el segundo vuelo a Mogadiscio? ¿Serán por fin felices o se los llevará por delante un maremoto, un terremoto, una plaga de langostas, una insurreción carlista o maoísta?
Veremos.
¿Por qué en los folletones más estrepitosos aman tanto las tragedias y las sillas de ruedas, los accidentes más chuscos y repentinos a última hora si la vida a secas ya te vapulea de veras, sin necesidad de intervención diabólica ni divina, por pura inercia, la fuerza abrumadora y aburrida de las coas, de manera tediosa y mecánica, muy necia, desganada, desgarrada y burocráticamente, como si nada, con tanta pereza, impersonalmente, bastante, constantemente, sin pausa ni prisa, gota malaya, a puerta gayola, si no hay que añadirle ningún colorante al jodido invento, se basta y sobra solo?
Epílogo: Justo el día en el que ella por fin se recupera, levántate y anda, él, con la emoción y las prisas del momento, ese gran evento o acontecimiento, con las ganas locas de ir a celebralo como mandan los cánones y a punto de comprarle un ramito de rosas rojas, le cae encima un ladrillo del séptimo piso, desde el mismo infierno, de los de no te menees que le parte hasta el güito, la crisma, el alma, y se queda, si no es otra es uno, sin útiles piernas, las patas quebradas y en casa, fueron las malditas vértebras que no pudieron soportar el ladrillazo o gran golpe desde las afueras, por lo que es internado en un hospital sin que ella ni se entere ni lo sepa, no había móvil, hay que entenderlo, no iba a hacer señales de humo con las orejas, por lo que al correr de los días ella se convierte en un mar de lágrimas, dando pena a la tristeza, y cree o barrunta que él, se reconcome pensando, dale al hurgue, que se ha largado con otra mucho más ricachona, hasta que un día, ya en París, otra escala más en la excursión con los niños del coro por todo el mundo enseñando su arte, esa triunfal gira que anonada, sube a la torre eiffel y allí está él, sentado y con una mantita, más solo que la una, rumiando su desgracia, pensando en el paso del tiempo, el ser y la nada, ella le mira y lo entiende al instante, no fue traición, fue solo malentendido, incomunicación, confusión o desgobierno, es un paralítico, no un sátiro, y se ponen a hablar como si todo comenzara siempre desde cero, de nuevo, decíamos ayer...
¿Qué pasará? ¿Cogerán el primer barco que pase sin rumbo fijo o el segundo vuelo a Mogadiscio? ¿Serán por fin felices o se los llevará por delante un maremoto, un terremoto, una plaga de langostas, una insurreción carlista o maoísta?
Veremos.