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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
3
Drama José, periodista y locutor de radio, realiza un programa diario bajo el título 'Solos en la madrugada', que ha conseguido una enorme audiencia nacional. Casado y separado de Elena, José tiene dos hijos, a los que casi no ve. Entonces conoce a Maite, más joven que él, extrovertida y de mentalidad más liberal de lo que él quisiera. El choque emocional de su relación con estas dos mujeres hará cambiar a José, cuya visión pesimista de la ... [+]
19 de febrero de 2022
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucha teta y ni una triste polla o un miserable coño, me temo que ni siquiera un culete asoma, qué vergüenza de sábana puritana castradora, tan pudorosa y conservadora, ya puestos, queríamos verlo todo, nos dejaron a medias, qué mierda de libertad es esa de solo cintura para arriba, partida, quedó incompleta la lección de anatomía, que me devuelvan la entrada, los amantes también charlan desnudos cuando se tercia, mientras se tocan incluso sus cosas, ay madre mía, a veces.
Las dos Españas, la de Almodóvar (Pepi, Luci, Bom) y la de Garci, este sermón o montón. La tercera vía, la mejor, qué duda cabe, sería la de Colomo con sus tigres de papel (aquí, en la radiofónica, de hecho, y está fechada un poco después, hay una escena muy parecida a la de Fernando, la del reencuentro amatorio con la ex). Pedro con los años se volvería más pacato, se iría acomodando, se le esfumaría todo el sentido del humor y huiría despavorida la tímida transgresión, suele pasar, a la vejez, con la alforja llena, viruelas, y ahora es ya un santurrón, otro pelma de cuidado, de aúpa, más oficial que el boletín del estado, ese dato, un papa, solo le falta la fumata blanca, todo se andará, a no tardar. José Luis casi lo contrario, aunque en verdad volvió por sus fueros, dejó atrás veleidades oportunistas/aperturistas y se refugió en la/su exquisita nada. Colomo, el más atrabiliario, majo, simpático y chapucero, dando tumbos, entre Pinto y Valdemoro, una de cal y muchas de arena o al revés y viceversa, sin ideológica coartada ni monserga lerda, el más verdaderamente independiente porque tampoco lo pretende y el más valioso o digno por lo tanto, el menos, lógicamente, así funcionan las cosas, laureado o premiado o querido/reconocido/apreciado, lo normal en estos casos artístico pericolosos.
Sacristán es una muy mala persona, a los hechos me remito, además de nunca enterarse de nada, o solo a un tipo o ser muy vil y degradado, qué repelús, qué asco, se le puede ocurrir tirar a la basura una ristra de porras o churros así por las buenas, como si tal cosa, peor que talar un millón de árboles del Amazonas, ay, qué ricos, sin probar ni siquiera un bocado, ni una mijita, pecado de lesa gravedad moral gastronómica y humana espiritual, que dios nunca le perdone, que lo pague con sangre, al potro de tortura, dale garrote, un espanto ese ignominioso gesto, casi que estoy a un tris de cagarme en todos sus muertos, por la boca ya echo espuma y muere el pez, se me salen los ojos de las órbitas y me explota el cerebelo junto al bulbo raquídeo.
Nunca come, solo bebe y fuma, así de bien se conserva ahora a sus casi cien años de poca soledad, de tanta animada compañía, y lo que te rondaré morena, por ahí vamos o andamos, caminito de Jerez. En salmuera.
¿María Casanova la pobre, qué cruz, no repite aquí declaración de amor/papel, muy similar al que perpetró con todo el corazón y su buen hacer en Viva la clase media o el recuerdo me pervierte/confunde y no doy nunca una ni, yo también o tampoco, pie con bola?
Acaba con una perorata o sermón de la montaña que ni el cura más atorrante/sádico se atrevería, qué desgracia de España la nuestra, así no levantaremos jamás del suelo la cabeza.
La película podría titularse más bien Las insólitas confesiones de un clérigo de capital que se nos pierde en un malhadado cruce de caminos, esa encrucijada intrincada o El púlpito, la emocionante, apasionante y oscura historia de un prelado salvaje por el lado bestia de la vida.
En verdad, es la historia de un tipo que odia el presente, no digamos nada de lo que amenaza o viene, el retrato de un reaccionario, lo cual per se no tiene por qué ser, valga el redundar, malo necesariamente, depende de todo, del qué y el cómo, que cuando tiene sexo con alguna andova o jamona, como si fuera una delicada damisela que ha perdido la honra, cree que eso implica algo, significa o equivale a una especie de afectivo o moral contrato, que supone una gran lealtad y un real compromiso, que no solo es un juego placentero de cuerpos o pieles, apenas un contumaz ejercicio gimnástico, un intercambio saleroso de fluidos, chacras o sales minerales, justo lo contrario, que no se da cuenta de que los tiempos han cambiado y ya son otras las reglas del juego, en la superficie por lo menos, y de que está o se ha quedado en permanente e irrisorio fuera de juego, para el arrastre, da mucha pena. Duda, a un clavo ardiendo se agarra a ver si cuela, estira el chicle, se deja caer, da palos de ciego, clama al cielo.
La película no puede ser más artificial y forzada ni más verborreicamente exagerada, tiene el síndrome de Tourette, esa diarrea llena de sílabas, mucha disentería palabrera junta, los silencios están infravalorados cuando son los que en realidad dan sentido a la cháchara, si hay solo de esta, se convierte en una abstrusa e informe masa, infinita y huera, pierde todo su posible sentido o fuerza, se vuelve (más si cabe) cansina y tonta, el monólogo autocomplaciente y vanidoso de un pedante al que la gusta mucho oírse, se corre solo, se masturba compulsivamente como un mono con un diccionario nuevo, venga.
Ese puñetero afán por querer parecer civilizados y estudiados, leídos y entendidos, cultos y sofisticados, nuevos ricos, es ridículo cuando se hace ley, religión, secta, cuando deviene exaltación del propio mundo viciado y endogámico, cuando se quiere dar a entender que uno, a pesar de todo, sabe/vale un huevo, es la hostia, se le salen las pistonudas ocurrencias por las orejas, el magín le echa humo, ese solipsismo poco enmascarado (habla siempre de sí mismo aunque sea en tercera persona) es de mal gusto, causa en el que lo ve anonadado un incómodo apuro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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