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Voto de Ferdydurke:
7
7,2
7.213
Drama
Kolia vive en un pueblito a orillas del mar de Barents, al norte de Rusia. Tiene un taller de mecánica al lado de su casa, donde vive con su joven esposa y su hijo, fruto de una relación anterior. El alcalde del pueblo está decidido a apropiarse de la casa y del taller de Kolia a toda costa. Primero intenta comprar el terreno, pero Kolia no está dispuesto a vender. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro que el maligno se ha hecho con los mandos del transatlántico ruso; lo ha transformado en una apisonadora inclemente y abismal, en una máquina de producir tristeza infinita. Esta película nos lo deja muy claro. Todos los poderes se han entregado con fruición a la corrupción más salvaje. Las tres cabezas de la pérfida hidra son la político-policial (el alcalde y sus secuaces), la judicial (observamos espantados el recitado mecánico y terrible de las implacables sentencias) y la eclesiástica (ese siniestro pope del lado de la injusticia), un trío del terror, una fuerza ominosa y desaforada.
No ha lugar para los débiles, serán aplastados como pulgas y nunca más se sabrá de ellos.
La narración, el nudo dramático, se reduce a la pelea de una familia (marido, esposa y adolescente) por mantener sus posesiones frente a la ciega voracidad del cacique-alcalde. El cuarto en discordia es un abogado venido de Moscú (la acción se sitúa en el Norte) que les intentará ayudar y que será el desencadenante y motor de la historia, el último tornillo que se suelta antes de la caída, la gota que colma un vaso ya muy lleno de agua sucia.
Bellamente filmada, impregnada de una fría pena, de una desolación apabullante. Muestra una hermosa zona agreste, salvaje, frente al mar de Barents, depauperada, llena de vidas embrutecidas por el alcohol y la falta de esperanza.
No ha lugar para los débiles, serán aplastados como pulgas y nunca más se sabrá de ellos.
La narración, el nudo dramático, se reduce a la pelea de una familia (marido, esposa y adolescente) por mantener sus posesiones frente a la ciega voracidad del cacique-alcalde. El cuarto en discordia es un abogado venido de Moscú (la acción se sitúa en el Norte) que les intentará ayudar y que será el desencadenante y motor de la historia, el último tornillo que se suelta antes de la caída, la gota que colma un vaso ya muy lleno de agua sucia.
Bellamente filmada, impregnada de una fría pena, de una desolación apabullante. Muestra una hermosa zona agreste, salvaje, frente al mar de Barents, depauperada, llena de vidas embrutecidas por el alcohol y la falta de esperanza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Son personajes límite; los dos (el matrimonio) están al borde del precipicio, soportan la vida a duras penas. La infidelidad de ella será la "excusa" definitiva que les permitirá, por fin, lanzarse al vacío y descansar de una maldita vez de la pesada carga de seguir peleando en una guerra perdida hace mucho tiempo, ni se sabe cuándo. Cada uno lo hará a su manera; ella (más "mala" y con carácter), con una cruel traición, un dolor insoportable y un suicidio inevitable, él (más simple y débil), embotado, superado y sin capacidad de respuesta, dejándose ir, entregándose al sistema para que este termine su labor y le destruya definitivamente. El hijo quedará en tierra de nadie, con esa extraña y desesperada pareja que hace el papel de "testigo", apáticos, crispados y turbios, de la tragedia anunciada.
Historia que comienza con pesadez, pero una vez que coge aire es imparable y demoledora.
El final es soberbio; esa misa, esos coches ricos, esa gente satisfecha y con la conciencia debidamente purificada.
Historia que comienza con pesadez, pero una vez que coge aire es imparable y demoledora.
El final es soberbio; esa misa, esos coches ricos, esa gente satisfecha y con la conciencia debidamente purificada.