Interesante película basada en la novela del, un tanto maldito, escritor escocés Alexander Trocchi (famoso por su turbulenta vida, su adicción a la heroína y especialmente por el "Libro de Caín").
En este caso, asistimos a un viaje alucinado, pesadillesco, por los ríos de Glasgow en una barcaza agónica, como animal moribundo, anacrónico. De fondo un cadáver, el de una mujer ahogada; la muerte absurda, sórdida, como contexto cruel que da el tono a la turbia esencia de esta historia desasosegante y extrema.
Trío principa: Joe, Ella y Les. El protagonista y el matrimonio que le da cobijo y trabajo.
Película oscura, deprimente y desalmada; con querencia por lo abyecto y degradado, con especial ahínco en el ámbito sexual; llena de traiciones, miserias, infidelidades y polvos terminales (penosos y crispados; a poder ser al aire libre, entre la mugre y la furia; un erotismo bizarro, enfermo y desesperado).
Una visión del mundo pesimista, poblada por seres necios y miserables, rodeados de injusticia y terror, sin sentido, y sin salida.
Este joven sería una especie de arquetipo, un hombre en blanco, el primero, tabla rasa, un "extranjero" (inevitable pensar en Camus); superviviente nato que se deja llevar sin prejuicios ni moral, complejo, impasible y despiadado; que se convierte en amante a tiempo completo casi como modo de vida, profesional, pasando de mujer a mujer y de bajeza en bajeza.
A partir del protagonista, emerge el retrato de una sociedad atroz, la desoladora Escocia recién salida de la Segunda Guerra Mundial, depauperada, entre la pobreza, la indigencia moral y la falta de esperanza.
Bien contada, con una elegancia macabra; seca, rapaz y brutal; en su parquedad y esencialidad brilla; falla en su tremendismo a veces inverosímil (el personaje de Mortimer, la chica de la playa, de tan forzado casi causa risa, por boba y estrepitosa).
Buen ejercicio de estilo; entre el "existencialismo obrero" y la posguerra más paupérrima, se erige como una radiografía espesa, clínica, de un tiempo espantoso y de un personaje turbio (desclasado y sin escrúpulos, escritor y "muerto de hambre"), de una época sin referencias ni verdades.
Los actores están soberbios: Ewan y Tilda especialmente. Y la película se desliza implacablemente hacia la oscuridad, hacia esa niebla herida, con pulcritud desquiciada, de mal agüero, fea y rasposa.