Hipocampo nervudo. A troche y moche. Feo. Mil pequeños dolores.
Hable con ella. Tambores lejanos o de guerra.
Ponte los quevedos y lee esto, presto, es de mucho provecho, casi tanto como el pesto, ese buen acompañamiento:
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
las doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito.
Dice dos o tres cosas, tal vez cuatro, quizás cinco, es verano:
- La fuerza de la palabra es capaz de todo, puede con todo, es imparable, arrasadora, siempre triunfante, gana todas las batallas, derriba todas las puertas amuralladas, los corazones, inunda todas las almas, excita al muerto, calma al vivo, bebe vino, derrite y hiela, es bella, valiente, independiente, no tiene freno ni medida, es fuego, la luna, argentina, opalina.
- El poeta no se come una rosca, una máquina de soltería, virgen eternamente, ve la vida desde fuera, es un espectador privilegiado, sus acciones son más bien soñadas, todas esas batallas imaginarias, sus actos hacia dentro, el resto es invento, esos de millares o cientos de duelos en realidad incruentos, juegos, fachada, sueño, la sociedad no le quiere, su verdad hiere/duele, su fealdad es solo aparente, su libertad molesta, las mujeres ni le ven ni le entienden, tampoco le sienten, aunque lo tengan delante de sus narices u hocicos, desnudo y doliente, están siempre a otras cosas, mucho más importantes, le dejan con dos dedos de frente, ausente, el poder le persigue, no puede, los mediocres le envidian, todos son pequeños, él es el único gigante.
- Esta película/obra original de Rostand/Hércules de Bergerac es un canto a, propaganda de sí mismo, de su bello oficio, del autor a su excelentísima persona, a sus palabras anchas, esa metralleta que alardea, se convierte en símbolo y mito a través de su texto, en leyenda, romanticismo del yo hipertrofiado, el gusano y la mariposa, experimento autoinmolado, holocausto del yo, el que se ama más allá, esa llama que nunca se a/paga, de la muerte y nada, de la física presencia, se eleva, vuela, trasciende, crece, finge, arde.
- Todo es, finalmente, un monstruoso malentendido, una contradicción infinita, un error sin parangón toda la creación, un gran socavón, con perdón, ni el más mínimo sentido, una mascarada animada, vana, farsa marrana, un lío, de tres pares de narices, un juego sucio/ciego, todos salen perdiendo, ni se ama a quien se debe ni a tiempo, todos siempre mueren, nadie sabe quién en verdad habla ni en realidad escucha nunca al otro, mónadas y sus monadas tan monas, falsas apariencias, engaños, enojos, ilusiones, manejos, añagazas, apaños, trampantojo, cuento, burla, espejo roto, falansterio, me hinco de hinojos y me saco los ojos, soliloquios, monólogos ensimismados que flotan en el vacío, solipsismo, onanismo, pamema, pantomima, pandemia, me mimo, mama.
Orgía, bacanal, huracán verbal, jungla/selva. Éxtasis, apoteosis. Hemistiquios, alejandrinos, cesura.