Mátame, camión.
Oligofrenia.
Desde el mismo principio se establece un duelo a muerte en, venga, OK Corral, entre las máquinas y los hombres por el cetro mundial universal de la más profunda imbecilidad y al final empatan por goleada o pierden todos, quizás unos más que otros, nunca se sabe, no hay manera, merecen la más cruel extinción, ambas, entrambos, a cual más tonta cada especie (sí, las máquinas lo son aunque os duela, cabrones, fascistas, racistas).
Es como un manual de comportamiento a la inversa, de cómo hacer todo mal, al revés siempre, todo el rato, sin descanso, de no tomar, realizar, tener, tanto unos como otras, nunca jamás un sola decisión, acción o comportamiento que obedezca al sentido o la razón, a voleo, a lo que salga, por Antequera, pero se inclina la balanza hacia el lado más débil (o fuerte) constantemente, hacia el de la perfecta idiocia, no hay otra.
¿Cosas buenas? Laura Harrington (una Diane Lane menor), no la interpretación ni el personaje, por supuesto, el cielo verde que te quiero verde, AC DC no digamos nosotros que no, el asshole (antes se traducía o tradujo como maricón, tomado como insulto, ahora vaya a usted a saber cómo sería la cosa, tal vez rompeolas o margarita se llama mi amor o la canción de primavera serían las acepciones más correctas al ser vertidas en nuestra santa lengua) de King que aquí como director se luce de lo lindo (dirige mucho mejor que escribe en este caso hermoso, seguramente debería haberse dedicado a esto, es decir, a dirigir guiones de otros, se equivocó de profesión, pobre, un error de cálculo al principio y toda la vida por el sumidero), para los restos se corona, dejó huella, legado, en todo lo alto, (después de este coso, no hay más, para qué, imposible, fin de ciclo, cruzó el Rubicón del séptimo arte, punto de no retorno) y alguna subnormalidad incalificable que te haga especial gracia (tú eliges, hay como cien mil) y ya, a descansar.
Dos tipos de hombres, el haces el amor como un héroe y el miserable que te mueres, dos tipos de mujeres, la enamorada del héroe, dulce y pizpireta, el descanso del guerrero, y la insoportable asesinable, la profesional tocacojones, la tortura del guerrero, o tres, el hombre masa mosquito y la mujer cielito lindo vulgar como la camarera lerda tan adorable encantadora.
Solo un tipo de máquina, la más cazurra.