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Voto de Ferdydurke:
7
27 de agosto de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película con un mal final.
Historia delicada, sensible e inteligente que cuenta el despertar de un funcionario de la cultura. Escritor casado de vida rutinaria se enamora perdidamente de una azafata más joven que él. La película es la crónica de esa infidelidad. Contada con minuciosidad y mimo, con una mirada atenta a los detalles y con grandes secuencias de suspense hitchcockiano en las que el protagonista teme ser descubierto. Se profundiza con elegancia en la vida de este hombre tímido, gris y apagado que parece encontrar en la azafata toda la pasión y la libertad que le falta en su mediocre y aburrida vida.
La historia también sirve para hacer una mofa, un escarnio suave del mundo de la cultura (en especial el de provincias) y, de paso, de la clase media (pacata, hipócrita y ramplona) con sus costumbres mortecinas.
El escritor es un zombi, preso de una vida que a duras penas soporta, y que aprovecha el affaire para intentar escaparse, sin darse cuenta de que ya no es posible, su recorrido hace tiempo que terminó.
En realidad, la historia amorosa es solo la primera capa (el cebo que atrapa la atención del espectador), bajo la que se esconde el interés profundo de la película: desmontar, analizar y hacer sangre de un tipo de vida convencional y burguesa de la que el protagonista es el máximo exponente. Vida castradora y asfixiante que ahoga y de la que, una vez dentro, es imposible salir con vida.
Exhaustiva disección de un hombre ridículo, superfluo, torpe, que sabe mucho pero no se entera de nada, zarandeado por dos mujeres más conscientes, que cree ser feliz y esconde una profunda desesperación y desconcierto.
Historia delicada, sensible e inteligente que cuenta el despertar de un funcionario de la cultura. Escritor casado de vida rutinaria se enamora perdidamente de una azafata más joven que él. La película es la crónica de esa infidelidad. Contada con minuciosidad y mimo, con una mirada atenta a los detalles y con grandes secuencias de suspense hitchcockiano en las que el protagonista teme ser descubierto. Se profundiza con elegancia en la vida de este hombre tímido, gris y apagado que parece encontrar en la azafata toda la pasión y la libertad que le falta en su mediocre y aburrida vida.
La historia también sirve para hacer una mofa, un escarnio suave del mundo de la cultura (en especial el de provincias) y, de paso, de la clase media (pacata, hipócrita y ramplona) con sus costumbres mortecinas.
El escritor es un zombi, preso de una vida que a duras penas soporta, y que aprovecha el affaire para intentar escaparse, sin darse cuenta de que ya no es posible, su recorrido hace tiempo que terminó.
En realidad, la historia amorosa es solo la primera capa (el cebo que atrapa la atención del espectador), bajo la que se esconde el interés profundo de la película: desmontar, analizar y hacer sangre de un tipo de vida convencional y burguesa de la que el protagonista es el máximo exponente. Vida castradora y asfixiante que ahoga y de la que, una vez dentro, es imposible salir con vida.
Exhaustiva disección de un hombre ridículo, superfluo, torpe, que sabe mucho pero no se entera de nada, zarandeado por dos mujeres más conscientes, que cree ser feliz y esconde una profunda desesperación y desconcierto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se les va la mano con el final; era innecesaria la vulgaridad, la grosería del asesinato (además de grotesco e inverosímil ver a la mujer con la escopeta); bastaba con que hubiera vuelto a casa o, por el contrario, que se hubiese quedado solo; el personaje ya estaba muerto, no hacía falta matarlo.