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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
7
Drama "Paradies" narra tres historias sobre tres mujeres, tres vacaciones y tres amores. La primera mujer viaja a Kenya en busca de turismo sexual. Fuera del amor de Jesús, la segunda mujer trata de devolver el catolicismo al pueblo austríaco. Y la tercera, la mujer más joven, pierde su inocencia en un vasto campamento de pérdida de peso. Primera parte de una trilogía de Seidl sobre el "Amor", la "Fe" y la "Esperanza". (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2013
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Valiente y honesta película sobre turismo sexual. En este caso, una cincuentona austriaca en Kenia.
Relato demoledor sobre las peripecias de esta mujer. Vemos sin anestesia sus patéticas andanzas sexuales con los keniatas; la lucha, el intercambio comercial entre las que tienen el dinero y los que ponen el cuerpo. Ella quiere amor (una relación imposible con un negro joven y guapo sin poner dinero), ellos no tienen límite en su ambición económica (siempre quieren más). Hay ricas y pobres pero no hay buenos y malos; las dos partes se benefician y sufren; y todos se comportan de forma sórdida y desalmada.
El turismo sexual femenino es un hecho que, aunque casi todo el mundo sabe que existe, se cuenta poco, es casi un tabú. Lo valioso de esta historia es que se muestra sin exageraciones ni concesiones; ni se regodea en la abyección (quizás un poco al final) ni cede a sentimentalismos, blanduras o disimulos. La mirada es implacable, objetiva y veraz. Solo se permite cierto humor; un escarnio comprensivo y compasivo con las miserias de unos y otros.
Lo original es tratar un asunto escabroso sin juzgar ni esconder, huyendo de idealismos, dramones o tremendismos. No es necesario que los keniatas sean ladrones, violentos o criminales; así como tampoco ellas tienen que ser especialmente crueles o terribles. Lo que nos cuentan es más creíble; no hace falta retorcer la realidad, es suficiente con mostrarla.
La forma también es importante: el ritmo es pausado y las escenas se toman su tiempo; se le permite al espectador observar (ni se le ahorra nada ni se le muestra demasiado); y se impone un tono naturalista, casi de documental; un realismo ecuánime y penetrante.
Destacaría un plano alucinante (brillante y preciso): vemos a los europeos tomando el sol en tumbonas y enfrente de ellos a los africanos esperando de pie; les separa una cuerda custodiada por policías.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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