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Voto de Ferdydurke:
1
7,5
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Drama
Mississippi, años 60. Skeeter (Emma Stone) es una joven sureña que regresa de la universidad decidida a convertirse en escritora. Su llegada altera la vida de la ciudad e incluso la de sus amigos porque se ha propuesto entrevistar a las mujeres negras que se han pasado la vida al servicio de las grandes familias sufriendo todas las formas de discriminación racial. (FILMAFFINITY)
18 de diciembre de 2022
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué malas y/o tontas son las mujeres (blancas, por supuesto), qué perras, si lo tenemos dicho, el diablo en el cuerpo, el pecado en la carne impreso, un peligro público, hay que ver, cuando se juntan o ponen a ello, se concentran en la tarea y sacan lo mejor de sí mismas, cuidado que dan miedo, colección aterradora de brujas como en aquella de Huston Anjela, aquelarre, siempre.
Cuento de navidad, de terror, horror, de Blancanieves y la reina tan siniestra que parece como que quiere pasar por realismo o ser naturalista y al que se le sale por los bordes la manipulación grosera, el sentimentalismo terrorista (más allá del porno), el subrayado constante obsesivo, la simplificación burda lerda, la caricaturización de viñeta, el maniqueísmo pueril y la denuncia burra obscena que alterna la comedia y el drama con menos gloria que pena y que resulta tan entretenido o interesante como una boda cualquiera, es decir, muchísimo, mucho, mama chicho me toca.
Ella tiene los ojos más grandes y enormes que el cuerpo, Emma, ella lo hace muy bien, Viola, ella todavía mejor, la gorda cocinera de nombre... Octavia, fenómena.
Cuento de navidad, de terror, horror, de Blancanieves y la reina tan siniestra que parece como que quiere pasar por realismo o ser naturalista y al que se le sale por los bordes la manipulación grosera, el sentimentalismo terrorista (más allá del porno), el subrayado constante obsesivo, la simplificación burda lerda, la caricaturización de viñeta, el maniqueísmo pueril y la denuncia burra obscena que alterna la comedia y el drama con menos gloria que pena y que resulta tan entretenido o interesante como una boda cualquiera, es decir, muchísimo, mucho, mama chicho me toca.
Ella tiene los ojos más grandes y enormes que el cuerpo, Emma, ella lo hace muy bien, Viola, ella todavía mejor, la gorda cocinera de nombre... Octavia, fenómena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
A Emma le preocupa tantísimo su "auténtica" o putativa madre que realmente de lo que le sucede o sucedió a la pobre no le interesa o se entera, pregunta de verdad, hasta que prácticamente la de Nueva York a meter su propia historia personal le obliga y ya no le queda otra, lo mismo que mucha preocupación por las negras, pero hasta casi el último momento es tan amiga de las otras, de las nazis, hasta un novio pintón le buscan y ella se presta o acepta, se aprovecha, por lo que ella sería una de las SS que a última hora cambia de bando, se pasa al bueno, al de las judías, y por un motivo egoísta, por hacer carrera literaria y huir de allí como de la peste, ya que ella está muy por encima de esa gente (nada tiene que ver con su pringosa vulgaridad de madres casadas sin luces, ella es libre e independiente como, tal vez, solo pueden ser los sin tomate macarrones), y claro, así saca su libro (el Norte, como siempre, demócrata, de Kennedy, esa foto del mesías que tiene Viola junto a todos los santos, junto al recuerdo de su hijo querido, amante de los negros como Lincoln, versus el sur paleto blanco confederado esclavista basurero republicano, eso).
Presentan a la de la caca como la mujer más peleona, rebelde, contestataria, cachonda, valiente, arrojada, luchadora, guerrera y tremenda del mundo que coge el palo y tentetieso a la primera cuidado con ella cómo se las gasta, y le endiñan como de pasada o fondo, sí, justo a ella misma, el asunto de los malos tratos, como que se liaron con los personajes y las historias, al b le dieron el h y al j la x y así no hay manera, no atinaron demasiado en este malhadado caso.
Presentan a la rubia/pelirroja tonta/buena Jessica a la que todo el mundo desprecia u orilla y en cambio al chaval o pareja se la refanfinfla, nada le afecta o importa, en una sociedad opresiva en la que todo está mirado al dedillo, con la lupa, no sé..., como que todo eso diríamos que no está muy bien desarrollado ni explicado.
Nos cuentan la relación de Emma con ese noviete que bueno, vale, te lo tragas, no hay más remedio, paciencia y buenos alimentos, cuando de repente, cuando ya habías hecho tú todo el ímprobo esfuerzo para pechar con ello, te dicen que no, que ahora me enfado y ya no te ajunto, que esto no lo soporto, me planto, me bajo, que ahí te quedas más sola que la una para vestir santos, nena, yo me abro.
Me quiero quedar para ayudaros ahora que la cosa se va a poner la mar de fea, no, no te quedes, de mí, de nosotras mejor vete, ah, vale, pues me largo pitando, con viento fresco, aquí más no se hable que para eso piernas tengo, unos principios me adornan y también otros de repuesto, por si acaso, me habéis a la primera convencido.
Y la madre de Emma que pasa de una conducta abyecta (sacrifica o por lo menos salvajemente denigra/humilla a una persona, se supone que algo querida, con la que había tenido trato tan directo y cercano durante decenas de años por unas miradas de una ridícula señorona) con la criada y continuamente reprobatoria del comportamiento de su hija a montarla gorda, numerito mediante, con la Jessica y soltarle a su hija un montón o ristra de piropos de no te menees que encajan con todo lo anterior como un reguetón en un cementerio, pero claro...
Y esa última escena con la niña pequeña pidiendo a la criada/madre verdadera que no se vaya es peor que la china tortura, es de una crueldad cinematográfica moral de echarse a temblar, supina, como para fiarte de estos de Jólivud, sal corriendo y no mires atrás, qué gente, qué catadura que tienen.
Y los abortos, y la historia del hijo muerto, y lo del baño..., en fin, o te quemas a lo bonzo o def con 1 y aprietas de una vez por todas el botón definitivo y a tomar por culo, que se vaya todo, sí, eso, justo, exacto, a la puta, reverenda, como decía o dijera Gabo, mierda.
Presentan a la de la caca como la mujer más peleona, rebelde, contestataria, cachonda, valiente, arrojada, luchadora, guerrera y tremenda del mundo que coge el palo y tentetieso a la primera cuidado con ella cómo se las gasta, y le endiñan como de pasada o fondo, sí, justo a ella misma, el asunto de los malos tratos, como que se liaron con los personajes y las historias, al b le dieron el h y al j la x y así no hay manera, no atinaron demasiado en este malhadado caso.
Presentan a la rubia/pelirroja tonta/buena Jessica a la que todo el mundo desprecia u orilla y en cambio al chaval o pareja se la refanfinfla, nada le afecta o importa, en una sociedad opresiva en la que todo está mirado al dedillo, con la lupa, no sé..., como que todo eso diríamos que no está muy bien desarrollado ni explicado.
Nos cuentan la relación de Emma con ese noviete que bueno, vale, te lo tragas, no hay más remedio, paciencia y buenos alimentos, cuando de repente, cuando ya habías hecho tú todo el ímprobo esfuerzo para pechar con ello, te dicen que no, que ahora me enfado y ya no te ajunto, que esto no lo soporto, me planto, me bajo, que ahí te quedas más sola que la una para vestir santos, nena, yo me abro.
Me quiero quedar para ayudaros ahora que la cosa se va a poner la mar de fea, no, no te quedes, de mí, de nosotras mejor vete, ah, vale, pues me largo pitando, con viento fresco, aquí más no se hable que para eso piernas tengo, unos principios me adornan y también otros de repuesto, por si acaso, me habéis a la primera convencido.
Y la madre de Emma que pasa de una conducta abyecta (sacrifica o por lo menos salvajemente denigra/humilla a una persona, se supone que algo querida, con la que había tenido trato tan directo y cercano durante decenas de años por unas miradas de una ridícula señorona) con la criada y continuamente reprobatoria del comportamiento de su hija a montarla gorda, numerito mediante, con la Jessica y soltarle a su hija un montón o ristra de piropos de no te menees que encajan con todo lo anterior como un reguetón en un cementerio, pero claro...
Y esa última escena con la niña pequeña pidiendo a la criada/madre verdadera que no se vaya es peor que la china tortura, es de una crueldad cinematográfica moral de echarse a temblar, supina, como para fiarte de estos de Jólivud, sal corriendo y no mires atrás, qué gente, qué catadura que tienen.
Y los abortos, y la historia del hijo muerto, y lo del baño..., en fin, o te quemas a lo bonzo o def con 1 y aprietas de una vez por todas el botón definitivo y a tomar por culo, que se vaya todo, sí, eso, justo, exacto, a la puta, reverenda, como decía o dijera Gabo, mierda.