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Voto de Ferdydurke:
4
4,7
2.824
Fantástico. Drama
Estamos en Yakarta, donde un grupo de estudiantes extranjeros se despide de su profesor de filosofía, que los somete a un último y perverso test. En pleno Apocalipsis nuclear, solo diez de los veinte alumnos pueden acceder al búnker: ¿qué harán para salvar el pellejo? (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mayoría de la gente... tiene... miedo al armagedón... en... Yakarta.
Utilitarismo racional, lógico y generoso que pone por encima de todo el bien común, la supervivencia de la raza humana o hedonismo cortoplacista, autocomplaciente, memo, lleno de presunta absurda superioridad moral, víctima propiciatoria, la cabeza en pepitoria, estéril, blando, melifluo, egoísta y kamikaze al que le importa una mierda el resto del mundo, el futuro de la especie, ahí me las den todas, que sacrifica por un par de poemas y una canción, ni siquiera un plato de lentejas, no es casualidad, de hecho, que esa actitud o modo de vida sea presentada como muy parecida a aquel futuro indolente y lerdo del tiempo en sus manos con Rod Taylor y H.G. Wells de fondo, los Elois (no confundamos con la Eloise sus pechos goma dos de Tino Casal ni tampoco con la nueva Eloísa de Rousseau ni con la de Paraclet abadesa o ni hablar con la que estaba tan ricamente debajo de un almendro por poner un ejemplo), nada menos.
Vida o muerte. Lucha o resignación. Leones por corderos. Todos quieren ser los campeones.
Utilitarismo racional, lógico y generoso que pone por encima de todo el bien común, la supervivencia de la raza humana o hedonismo cortoplacista, autocomplaciente, memo, lleno de presunta absurda superioridad moral, víctima propiciatoria, la cabeza en pepitoria, estéril, blando, melifluo, egoísta y kamikaze al que le importa una mierda el resto del mundo, el futuro de la especie, ahí me las den todas, que sacrifica por un par de poemas y una canción, ni siquiera un plato de lentejas, no es casualidad, de hecho, que esa actitud o modo de vida sea presentada como muy parecida a aquel futuro indolente y lerdo del tiempo en sus manos con Rod Taylor y H.G. Wells de fondo, los Elois (no confundamos con la Eloise sus pechos goma dos de Tino Casal ni tampoco con la nueva Eloísa de Rousseau ni con la de Paraclet abadesa o ni hablar con la que estaba tan ricamente debajo de un almendro por poner un ejemplo), nada menos.
Vida o muerte. Lucha o resignación. Leones por corderos. Todos quieren ser los campeones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es evidente que la película apuesta por la parca, por la rubia pecosa, qué mala, la de la guadaña, es una obra, por tanto, mortuoria, tanatoria, nos remitimos a los hechos, satánica, necrófila, terrorífica, estúpida, en clara sintonía con el tiempo nuestro que vivimos agónico, fatalista, condenado de antemano, perdido, rendido, vencido, sentenciado, manso, retorcido, suicida, anémico, asesino.
El tiempo de los asesinos.
La clave, evidente, obvia, salta a la vista y las mientes, está o se produce cuando la perversa lideresa dice explícitamente que ella llama a la muerte, que la recibe con los brazos abiertos, como al maná, como a la mama. Sí, esa es su la idea/religión/filosofía, el fin es mi único amigo, el Dios al que reza, diablo, Abaddón el exterminador.
El resto son dimes y diretes tontorrones superficiales ferolíticos al estilo yanqui filosófico, grandes hits o highlights, acertijos, crucigramas, trileros, tahúres, sudokus, con el único interregno o intervalo garrulo humoroso grumoso del tipo ese gran panoli que en la isla desierta se folla a todas, una a una, noche a noche, esa carga, condena, aciaga, cadena perpetua, a galeras, pobre hombre, qué más quisieran, ellas.
Vaya sorpresa, al final estaban liados amancebados el maestro y Margarita está linda la mar, me sacas de una duda o como en la Ilíada, Helena de Troya, dos hombres y un destino, Bustamante y Álex que en paz descanse, por sexo, como Eva, por meterla, ese era en verdad el problema, la cusa, el origen de tanta afrenta, la jodienda, eterna.
El club de los cinco/El experimento Milgram/El hoyo.
Érase una vez un arpista yermo, ya no tenía ovarios, que sueña que el mundo se acaba mientras compone la música del silencio más bella.
El tiempo de los asesinos.
La clave, evidente, obvia, salta a la vista y las mientes, está o se produce cuando la perversa lideresa dice explícitamente que ella llama a la muerte, que la recibe con los brazos abiertos, como al maná, como a la mama. Sí, esa es su la idea/religión/filosofía, el fin es mi único amigo, el Dios al que reza, diablo, Abaddón el exterminador.
El resto son dimes y diretes tontorrones superficiales ferolíticos al estilo yanqui filosófico, grandes hits o highlights, acertijos, crucigramas, trileros, tahúres, sudokus, con el único interregno o intervalo garrulo humoroso grumoso del tipo ese gran panoli que en la isla desierta se folla a todas, una a una, noche a noche, esa carga, condena, aciaga, cadena perpetua, a galeras, pobre hombre, qué más quisieran, ellas.
Vaya sorpresa, al final estaban liados amancebados el maestro y Margarita está linda la mar, me sacas de una duda o como en la Ilíada, Helena de Troya, dos hombres y un destino, Bustamante y Álex que en paz descanse, por sexo, como Eva, por meterla, ese era en verdad el problema, la cusa, el origen de tanta afrenta, la jodienda, eterna.
El club de los cinco/El experimento Milgram/El hoyo.
Érase una vez un arpista yermo, ya no tenía ovarios, que sueña que el mundo se acaba mientras compone la música del silencio más bella.