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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
8
Drama De madrugada, dos putas de mediana edad vuelven a sus cuchitriles. No están cansadas de trabajar. Están cansadas de no hacerlo. Una tiene problemas con una hija adolescente y un marido travestido. La otra tiene que enfrentare a la soledad. Pero esa noche van a ir a celebrar la victoria en el ring de dos luchadores enanos. En el hotel, para desvalijar a los hombres, los narcotizan con gotas oftalmológicas. Pero están tan asustadas y ... [+]
28 de noviembre de 2015
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El matrimonio perfecto, el más grande y querido, ataca de nuevo. Arturo y Paz, Ripstein y Garciadiego. Él pone la cámara, ella, la escritura. Y siempre es o debería ser un regalo, una fiesta de guardar, un día señalado.
Tramas mínimas que sirven de excusa para lamentos sin fin; desahogos, quejas y letanías; confesiones, diatribas y agonías.
El corazón de su mundo lo encontramos en la lengua recreada, inventada, puesta de largo, otra vez. Suma maestra de diálogos, monólogos y exabruptos; filtrado perfecto de un idioma que en sus manos y sus voces parece despertar, renacer de entre los muertos del día a día y del horror del discurso oficial tan consabido.
Mundos opresivos y desesperados en los que pobres criaturas agonizan entre penas sin cuento. El canto del cisne de un enjambre de perdedores sin nombre. Corte de los milagros mexicana que nos muestra la derrota en todas sus formas. Sin concesiones ni buenos modos. A muerte.
Y, a pesar de todo, con piedad y sabiduría; con una retranca infinita; un jugoso sentido del humor que derriba a golpes de inteligencia cualquier atisbo de impostura, pedantería o demagogia. Son víctimas, pero no inocentes; o lo son, pero no buenos, o quizás sí, pero a su manera pícara y desolada. Sobreviven, pelean, se hablan y se miran, se juntan y se, más o menos, entienden.
Caída de máscaras (valga la "parajoda" en este caso tan mascarado) de una sociedad y un mundo que emerge poderoso y luminoso en su cruel sordidez.
Lo humano sin disimulos ni falsas esperanzas, mirado a la cara, reducido a lo esencial, al instinto y la fragilidad, al dolor y la inutilidad.
Fatalismo ineludible que cubre como una capa de polvo las vidas de estos pobres desgraciados dejados de la mano de Dios; arrojados a la nada; obligados a luchar por las migas, por las miserables babas del diablo.
La verdad de las verdades. De putas y liliputienses. De tarugas y enanos.
La historia que nos ocupa muestra a dos "viejas fregadas" (sexoservidoras, valga el sano cachondeo) que se cruzan en el destino de dos retacos de cuidado (chaparros, no más). Vemos sus vidas y meneos con minuciosidad jocunda y disparatada, tan tierna como triste.
El resultado es un pequeño milagro. De acontecer anodino y prescindible, pero de enorme fuerza, libertad y certeza. Cine así, por raro y personal, este de verdad sí es necesario.
¡ Y viva, también, Patricia Reyes Spíndola! Bendita de entre todas las mujeres
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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