Media votos
4,2
Votos
2.763
Críticas
2.763
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ferdydurke:
5
6,9
74
Drama
La historia de la librería Lagun de San Sebastián es una muestra de valor democrático y lucha por la libertad. Desde su fundación en 1968 por María Teresa Castells, José Ramón Rekalde e Ignacio Latierro, sufrió la represión franquista. Ya en democracia, llegaron desde el entorno etarra las agresiones continuas, incluso un incendio provocado, que pretendían silenciar ese oasis de libertad. Pero los impulsores de Lagun no estuvieron ... [+]
1 de octubre de 2020
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está muy bien hacer documentales como este, en los que se reivindique a la gente que se portó tan bien en tiempos tan difíciles, a aquellos que fueron valientes y arrostraron tantos riesgos, que se comportaron de forma digna y justa a pesar de un contexto tan cobarde y asesino y necio, es necesario, honrado, muy bueno, pero, eso creo, no es suficiente, es el primer paso, no debe ser el último ni quedarnos tan fácilmente satisfechos, queda todo cojo, incompleto, sabe a poco, superficial, hasta en cierto modo y más claramente al final muy equívoco, ya que al enemigo, al verdugo, al miserable con toda su barbarie se le convierte en una especie de fantasma, un mal vago, difuso, caótico, estúpido, irracional, absurdo, y sí, pero no, fue otra cosa, muchas más cosas, ese mal no fue un ente abstracto ni loco, o no solo eso, fue carne con ojos, gente muy concreta con nombres y poder, no actuó en solitario ni por nada, por el placer de hacer daño luchando por una causa imposible, decir eso sería no nombrar toda la verdad, reducir demasiado el foco, conformarse con muy poco, ese grupo de terror fue ayudado, alentado, consentido, permitido y justificado por muchos, desde el principio y en mayor o menor medida durante todo su trayecto, tantos, pero muy especialmente por los poderes públicos y económicos del momento, los verdaderos y grandes responsables de tanto asesinato, ya que pudieron evitarlo y no lo hicieron, no hace falta hablar del PNV en el País Vasco o de la dejación bochornosa e interesada de responsabilidades del PSOEPP, no me chilles que no te veo, más los primeros que gobernaron más años, en el estado que no hicieron nada o muy poco o que cuando actuaron fue para empeorarlo todo, qué decir del GAL, esa grotesca chapuza criminal que se resolvió judicialmente de aquella vergonzosa manera (aquí siempre se tapa todo, nuca llega la mierda al cuello, se suele utilizar a algún chivo expiatorio y los que verdaderamente mandan o toman las decisiones quedan limpios de polvo y paja, siguen haciendo acopio).
Se sabía quienes eran, donde vivían, cuales eran sus familias, amistades, de donde sacaban su dinero, lo que hacían, solo había que mirar un poco, preocuparse, perseguirles definitivamente, meterles presos a todos, tirar la llave, cerrarles el grifo del dinero, pero sobre todo ir a por los que estaban por encima de los soldados chusqueros, de los mercenarios o buscavidas, o hasta incluso, todo cabe, hasta de algún idealista, quién sabe, que se pudiera creer tanta grosera y cazurra mentira, y nada, todo eso no se hizo, o se hizo muy poco, tarde y mal, se miró en el mejor de los casos para otro lado, cuando no se les ayudó directamente, todo eso durante cuarenta años, y tanto espanto continuado e ignominioso hay que denunciarlo, hay que dar los nombres de los gerifaltes que allí estuvieron, explicar sus verdaderos actos, no sacarles solo aquel día que salieron a hacer la penosa comedia tras la pancarta hipócrita, investigarlos, documentarlos, llevarlos a juicio, si se puede, tanto dolor, injusticia, sufrimiento, negligencia y villanía no pueden caer en saco roto ni morir en el olvido, no deberían quedar impunes. Pero no se hace, como mucho en algún texto que nadie ha leído y que no interesa meter en el debate público, ya se sabe que si quieres guardar un secreto, hay que publicarlo en un complejo libro, o escríbelo para todos los públicos que ahí quizás sí tengas mucho éxito.
Se dice al final que mataron por nada, que no consiguieron nada, pues yo diría que podría ser perfectamente justo lo contrario, el nacionalismo, que compartía fines y mucha ideología y hasta simpatía y a veces incluso amistad y familia con los terroristas, lleva 40 años de más o menos velada y acompañada dictadura democrática, como estuvo el PSOE en Andalucía hasta hace nada, y cada vez está más afianzado y con más poder, hasta la margen izquierda hace un minuto obrera e inmigrante es ahora de derechas y aranista, no hubo mayor xenófobo que el tal Sabino, que sigue incólume como estandarte o de cómo la memoria histórica-democrática es también casualmente selectiva, y el brazo político de ETA, Bildu, el hijo de Batasuna, la madre de todo esto, es un partido que comparte o tiene el poder también en muchas partes y está completamente asumido y considerado muy respetable, maravillosamente democrático. ¿Cómo es posible que eso se permita, que un partido con ese pasado tan reciente y monstruoso campe así a sus anchas, sin ningún disimulo, hasta orgullosamente? Pues eso, que no mataron porque eran unos simples locos, tampoco para conseguir una Euskal Herria ridículamente mitológica y puerilmente inventada, no, eso es mala literatura, sentimental y cursi, atrozmente escrita, eso solo se lo podían creer los más imbéciles, ingenuos o gente que disfrutara solo como observadora inmoral de los horribles hechos, no, actuaron para conseguir las cosas corrientes y molientes de todos los días, el poder, el control de la sociedad, el dinero, todo muy real y concreto y presente, ni zarandajas ni invenciones, lo más prosaico, vulgar y necesario, por lo que se mueve todo el mundo, unos con más capacidad y malas artes que otros pero muy en general no de ese asesino modo, en resumen, la rapiña, a manos llenas, y todo eso, más o menos, bastante más que menos, lo consiguieron, y eso es lo que hay que contar, señalar y denunciar, seguir en la pelea, no darnos abrazos engañosos, salvo que claro, los intereses sean otros y aquí paz y después gloria, lo cual me suena, está pasando, siempre pasa.
Hasta se podría decir de manera no demasiado retorcida ni cínica que tristemente murieron de éxito, que lo dejaron porque ya no era necesario tanto esfuerzo y riesgo, mancharse las manos, ya tenían lo que querían, por eso entregaron las armas, para qué vas a seguir luchando por algo que ya tienes, que has logrado y que se mantiene solo, con el feliz asentimiento de todos, tan tranquilos y de acuerdo.
Se sabía quienes eran, donde vivían, cuales eran sus familias, amistades, de donde sacaban su dinero, lo que hacían, solo había que mirar un poco, preocuparse, perseguirles definitivamente, meterles presos a todos, tirar la llave, cerrarles el grifo del dinero, pero sobre todo ir a por los que estaban por encima de los soldados chusqueros, de los mercenarios o buscavidas, o hasta incluso, todo cabe, hasta de algún idealista, quién sabe, que se pudiera creer tanta grosera y cazurra mentira, y nada, todo eso no se hizo, o se hizo muy poco, tarde y mal, se miró en el mejor de los casos para otro lado, cuando no se les ayudó directamente, todo eso durante cuarenta años, y tanto espanto continuado e ignominioso hay que denunciarlo, hay que dar los nombres de los gerifaltes que allí estuvieron, explicar sus verdaderos actos, no sacarles solo aquel día que salieron a hacer la penosa comedia tras la pancarta hipócrita, investigarlos, documentarlos, llevarlos a juicio, si se puede, tanto dolor, injusticia, sufrimiento, negligencia y villanía no pueden caer en saco roto ni morir en el olvido, no deberían quedar impunes. Pero no se hace, como mucho en algún texto que nadie ha leído y que no interesa meter en el debate público, ya se sabe que si quieres guardar un secreto, hay que publicarlo en un complejo libro, o escríbelo para todos los públicos que ahí quizás sí tengas mucho éxito.
Se dice al final que mataron por nada, que no consiguieron nada, pues yo diría que podría ser perfectamente justo lo contrario, el nacionalismo, que compartía fines y mucha ideología y hasta simpatía y a veces incluso amistad y familia con los terroristas, lleva 40 años de más o menos velada y acompañada dictadura democrática, como estuvo el PSOE en Andalucía hasta hace nada, y cada vez está más afianzado y con más poder, hasta la margen izquierda hace un minuto obrera e inmigrante es ahora de derechas y aranista, no hubo mayor xenófobo que el tal Sabino, que sigue incólume como estandarte o de cómo la memoria histórica-democrática es también casualmente selectiva, y el brazo político de ETA, Bildu, el hijo de Batasuna, la madre de todo esto, es un partido que comparte o tiene el poder también en muchas partes y está completamente asumido y considerado muy respetable, maravillosamente democrático. ¿Cómo es posible que eso se permita, que un partido con ese pasado tan reciente y monstruoso campe así a sus anchas, sin ningún disimulo, hasta orgullosamente? Pues eso, que no mataron porque eran unos simples locos, tampoco para conseguir una Euskal Herria ridículamente mitológica y puerilmente inventada, no, eso es mala literatura, sentimental y cursi, atrozmente escrita, eso solo se lo podían creer los más imbéciles, ingenuos o gente que disfrutara solo como observadora inmoral de los horribles hechos, no, actuaron para conseguir las cosas corrientes y molientes de todos los días, el poder, el control de la sociedad, el dinero, todo muy real y concreto y presente, ni zarandajas ni invenciones, lo más prosaico, vulgar y necesario, por lo que se mueve todo el mundo, unos con más capacidad y malas artes que otros pero muy en general no de ese asesino modo, en resumen, la rapiña, a manos llenas, y todo eso, más o menos, bastante más que menos, lo consiguieron, y eso es lo que hay que contar, señalar y denunciar, seguir en la pelea, no darnos abrazos engañosos, salvo que claro, los intereses sean otros y aquí paz y después gloria, lo cual me suena, está pasando, siempre pasa.
Hasta se podría decir de manera no demasiado retorcida ni cínica que tristemente murieron de éxito, que lo dejaron porque ya no era necesario tanto esfuerzo y riesgo, mancharse las manos, ya tenían lo que querían, por eso entregaron las armas, para qué vas a seguir luchando por algo que ya tienes, que has logrado y que se mantiene solo, con el feliz asentimiento de todos, tan tranquilos y de acuerdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Puede ser, eso me temo. En cualquier caso, habría que ir por ahí, recorrer ese camino, hacer ese tipo de documentales, no vale solo con estos, que en este sentido no sirven para nada y que hasta confunden, ya que hablan de este asunto horrísono, de tanta matanza, como si hubiera sido un mal sueño, una especie de pesadilla de la que finalmente hemos despertado y ahora ya nos abrazarnos como hermanos y casi salimos a la calle a celebrarlo, y otra vez no, se hizo todo de día, a pleno sol o con mucha lluvia, con pasamontañas de los matarifes pero el resto, los que realmente cuentan, con la cara muy descubierta y saliendo en la tele a contar el cuento.
Y además, cuando despertamos, el monstruo seguía todavía allí, ahora más fuerte, grande y perezoso, más gordo y satisfecho, con más poder, sin necesidad ya de ejército, se basta solo, con estar ahí pastoreando a las ovejas con su mirada llena de mezquindad y pragmatismo.
Sí, no puede haber nada más simbólico y evidente que el hecho de que fueran a por una librería y que quemaran libros, pero ellos para qué querían esos si ya tenían los suyos, muchos de los cuales son ahora tan oficiales, muy institucionales.
No es nada baladí ni casual que se diga varias veces que la Ertzaintza no intervino en determinadas circunstancias, hizo clara dejación de responsabilidades, fue corrupta y negligente. ¿Por qué? ¿Quién estaba al mando? ¿Por qué hubo esa ominosa pasividad? ¿Por qué tanta mala intención sin respuesta ninguna? Ahí cabe un buen documental, y aunque las respuestas son obvias, no se suelen dar, se suele hablar de cualquier cosa menos de eso, y sería muy interesante, necesario, ponerles cara, dar datos, fechas, actuaciones, explicaciones, que se relacione lo uno, el crimen más vil, con lo otro, con los que tenían la obligación de impedirlo y no lo hicieron. Pues como esta, todas las demás cuestiones que aquí no se tratan y que se echan de menos porque fueron la raíz del problema, la causa de que el número de muertes llegara casi a las mil sin que casi nunca nadie moviera un dedo.
O en qué cabeza cabe que hubiera energúmenos que jaleaban asesinatos y amenazaban alegremente a otros ciudadanos en lugares públicos repetidamente en el tiempo. Si eso se permitía tan ricamente, no hace falta tener mucha imaginación para nombrar lo demás, para contar el resto.
Y además, cuando despertamos, el monstruo seguía todavía allí, ahora más fuerte, grande y perezoso, más gordo y satisfecho, con más poder, sin necesidad ya de ejército, se basta solo, con estar ahí pastoreando a las ovejas con su mirada llena de mezquindad y pragmatismo.
Sí, no puede haber nada más simbólico y evidente que el hecho de que fueran a por una librería y que quemaran libros, pero ellos para qué querían esos si ya tenían los suyos, muchos de los cuales son ahora tan oficiales, muy institucionales.
No es nada baladí ni casual que se diga varias veces que la Ertzaintza no intervino en determinadas circunstancias, hizo clara dejación de responsabilidades, fue corrupta y negligente. ¿Por qué? ¿Quién estaba al mando? ¿Por qué hubo esa ominosa pasividad? ¿Por qué tanta mala intención sin respuesta ninguna? Ahí cabe un buen documental, y aunque las respuestas son obvias, no se suelen dar, se suele hablar de cualquier cosa menos de eso, y sería muy interesante, necesario, ponerles cara, dar datos, fechas, actuaciones, explicaciones, que se relacione lo uno, el crimen más vil, con lo otro, con los que tenían la obligación de impedirlo y no lo hicieron. Pues como esta, todas las demás cuestiones que aquí no se tratan y que se echan de menos porque fueron la raíz del problema, la causa de que el número de muertes llegara casi a las mil sin que casi nunca nadie moviera un dedo.
O en qué cabeza cabe que hubiera energúmenos que jaleaban asesinatos y amenazaban alegremente a otros ciudadanos en lugares públicos repetidamente en el tiempo. Si eso se permitía tan ricamente, no hace falta tener mucha imaginación para nombrar lo demás, para contar el resto.