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Voto de Ferdydurke:
6
7,4
53.435
Romance. Drama
Ana y Otto cuentan su apasionada y secreta historia de amor que se extiende desde los ocho años hasta los veinticinco. Todo empieza en 1980, cuando dos niños, a la salida de un colegio, echan a correr por distintos motivos. Desde ese día, las vidas de Ana y Otto formarán un círculo que se cerrará en Finlandia, al borde del Círculo Polar. (FILMAFFINITY)
2 de septiembre de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De tu ventana a la mía. La geometría del amor.
Dice Nancho Novo al principio hablando con su hijo que es bueno que haya diferentes estaciones, verano invierno, calor frío, porque es necesario el contraste, sin el cual no podemos apreciar realmente nada, sin comparación o punto de referencia estamos vacíos perdidos, dando manotazos en el espacio hueco, a punto de caramelo, vagando sin sentido ni rumbo.
En esta película todo es poético, la vida es un (infinito palpitante panteísta, Terrence Malick) milagro, Emir Kusturica (mucho más cachondo atrabiliario y carnavalero el bosnio fallero casi valenciano, Berlanga centroeuropeo no tan austrohúngaro, gitano músico), rima, magia, encandila, subyuga, encanto, vibrante energía sinergia.
Nada es prosaico, tosco, desapercibido o desangelado, es la dictadura de lo bonito o relamido, la tiranía del sobresignificado, del artificio lírico. No existe, por lo tanto, el citado contraste, ni el azar sin más, tal cual. Se niega. Es hipersensible, histéricamente hermosa, en ese sentido quizás agota.
Pero también es cálida, delicada, fluye con luz, es amable, querible, juguetona preciosa, y, sobre todo, es un prodigio el modo en el que se unen las piezas, modelo para armar, del intrincado puzle o rompecabezas, muñecas rusas finlandesas laponas, capas de cebolla con patatas, andamos en círculo, hacer fácil lo difícil, un artefacto narrativo, juguete chulo, encaje de bolillos, aquel ritmillo, complejo traducido al esperanto, la vulgata, el idioma universal del entretenimiento llevadero, la historia de las historias, el cuento de nunca acabar, superficie, el final es el principio que a su vez es el meollo o cogollo, todos los nombres son el mismo repetido y todos los personajes parecido, mezcla de Vacas y Lucía y el sexo, Bajo Ulloa sin gótico siniestro, vascos como extrañeza, el extranjero, danza de la muerte y de la vida, el deseo y el miedo, en sincronía, el tiempo se espachurra o elimina comprime (el mayor don o poder que tiene un creador es el de suspender la muerte, el segundero, parar el tiempo), se impone una especie de presente eterno en el que estallan el pasado y el futuro, ley de acordeón, en un discurrir que se enrosca sobre sus propias ascuas, sobre su propio corazón magullado herido tan rojo, más que nunca.
Su amargura dulce melancólica es suave como la noche y tiene chispazos de humor que muchas veces arreglan compensan ciertos imposibles desaguisados obvios, rizos demasiado rizados, arabescos, barroco tonto, new age, Paulo Coelho al acecho.
Es una pequeñita joya.
Dice Nancho Novo al principio hablando con su hijo que es bueno que haya diferentes estaciones, verano invierno, calor frío, porque es necesario el contraste, sin el cual no podemos apreciar realmente nada, sin comparación o punto de referencia estamos vacíos perdidos, dando manotazos en el espacio hueco, a punto de caramelo, vagando sin sentido ni rumbo.
En esta película todo es poético, la vida es un (infinito palpitante panteísta, Terrence Malick) milagro, Emir Kusturica (mucho más cachondo atrabiliario y carnavalero el bosnio fallero casi valenciano, Berlanga centroeuropeo no tan austrohúngaro, gitano músico), rima, magia, encandila, subyuga, encanto, vibrante energía sinergia.
Nada es prosaico, tosco, desapercibido o desangelado, es la dictadura de lo bonito o relamido, la tiranía del sobresignificado, del artificio lírico. No existe, por lo tanto, el citado contraste, ni el azar sin más, tal cual. Se niega. Es hipersensible, histéricamente hermosa, en ese sentido quizás agota.
Pero también es cálida, delicada, fluye con luz, es amable, querible, juguetona preciosa, y, sobre todo, es un prodigio el modo en el que se unen las piezas, modelo para armar, del intrincado puzle o rompecabezas, muñecas rusas finlandesas laponas, capas de cebolla con patatas, andamos en círculo, hacer fácil lo difícil, un artefacto narrativo, juguete chulo, encaje de bolillos, aquel ritmillo, complejo traducido al esperanto, la vulgata, el idioma universal del entretenimiento llevadero, la historia de las historias, el cuento de nunca acabar, superficie, el final es el principio que a su vez es el meollo o cogollo, todos los nombres son el mismo repetido y todos los personajes parecido, mezcla de Vacas y Lucía y el sexo, Bajo Ulloa sin gótico siniestro, vascos como extrañeza, el extranjero, danza de la muerte y de la vida, el deseo y el miedo, en sincronía, el tiempo se espachurra o elimina comprime (el mayor don o poder que tiene un creador es el de suspender la muerte, el segundero, parar el tiempo), se impone una especie de presente eterno en el que estallan el pasado y el futuro, ley de acordeón, en un discurrir que se enrosca sobre sus propias ascuas, sobre su propio corazón magullado herido tan rojo, más que nunca.
Su amargura dulce melancólica es suave como la noche y tiene chispazos de humor que muchas veces arreglan compensan ciertos imposibles desaguisados obvios, rizos demasiado rizados, arabescos, barroco tonto, new age, Paulo Coelho al acecho.
Es una pequeñita joya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Aki no es capicúa (Palíndromos) y tampoco pasa nada, no importa una mierda, no hay que hacerse la picha un lío, Todd Solondz no es muy lindo.
Qué guapos y delgados estaban todos, da igual quién cómo te pongas, de frente o de lado.
Sobre héroes y tumbas.
Otto y la moto de Maroto/Ana parte la pana.
Obviamente solo se trata de miradas, a poco que te fijas todo son casualidades, maravillas infierno, tirar del hilo, buscar tres pies al gato negro, claro, pero hay que descansar un poco de uno mismo, de ser tan especial, para variar, un elegido, para dejarse ir con la corriente, el disimulo, el bulto.
Dos finales, todo o nada, como en la película de Gallo, Buffalo '66, del mismo año que esta, ¿gran causalidad?, ¿amor puro?, ¿sombras en el paraíso?
Qué guapos y delgados estaban todos, da igual quién cómo te pongas, de frente o de lado.
Sobre héroes y tumbas.
Otto y la moto de Maroto/Ana parte la pana.
Obviamente solo se trata de miradas, a poco que te fijas todo son casualidades, maravillas infierno, tirar del hilo, buscar tres pies al gato negro, claro, pero hay que descansar un poco de uno mismo, de ser tan especial, para variar, un elegido, para dejarse ir con la corriente, el disimulo, el bulto.
Dos finales, todo o nada, como en la película de Gallo, Buffalo '66, del mismo año que esta, ¿gran causalidad?, ¿amor puro?, ¿sombras en el paraíso?