Las ovejas bailaban el minueto, perrea, perrea. Infierno infernal, de nieve, el, bola.
Es demasiado tonta (hasta) para ser demasiado tonta, se pasa. Lo mejor es la secuencia de las elecciones que parece casi un trozo hermoso vibrante jocundo de un capítulo de los Simpson, gran piropo, (yo) acoso.
Liviana, infantil, aburrida, simpática, querible, todo lo que pudiera tener de perturbador, siniestro, interesante, bello, Lynch, zascandil, subrepticio, dinamitero, escandaloso, subversivo es sustituido o sublimado o en el muy mejor de los casos sugerido insinuado cambiado por un vodevil a la carrera boba tontorrón y naíf descafeinado destinado pensado para una posible clientela pacata de seis años, es decir, la edad del público mayoritario en estos casos, y en los otros, y en todos, la juventud (eterna) nos les adorna, es solo un estado de ánimo, el cuerpo es una carcasa cárcel, pellejo, hay viejos, senectud, moribundos, tan perversos que parecen niños de teta y viceversa, almas de cántaro de baba o'riley de noventa, claro, sabiduría del pueblo, ella.
Ni te cases ni te embarques, máquina soltera sola. Las rubias no son tan tontas como parecen o te indica la más rabiosa empírica experiencia, jalona, adorna, tiene el pelo sedoso y no levanta un palmo del suelo. En el pecado llevas la penitencia.
Es la narración triste fiestera de la liberación de una hija subyugada sometida por el tirano padre, su ominoso yugo, un retorcido complejo de electra que explota, confeti, somos los campeones, we are the champions, my friend.
Y es la historia del intercambio de una arpía por otra camina o revienta, cadena condena perpetua, cien, dial, para una misma desgracia, afrenta, herida en sal, todos los matrimonios acaban mal, infelicidad, gran el Stan, el rosario, la aurora.