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Voto de Ferdydurke:
2
6,8
10.605
Drama. Romance
Carmen es una adolescente gitana que vive en el extrarradio de Madrid. Como cualquier otra gitana, está destinada a vivir una vida que se repite generación tras generación: casarse y criar a tantos niños como sea posible. Pero un día conoce a Lola, una gitana poco común que sueña con ir a la universidad, dibuja graffitis de pájaros y es diferente. Carmen desarrolla rápidamente una complicidad con Lola, y ambas tratarán de llevar hacia ... [+]
29 de junio de 2020
14 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más es más. Los gitanos son de excesos, les gusta la cantidad, la enormidad, la vida, vivida, si es mucho, mejor que poco. Mucho de todo, comida, carnes morenas, que me come el tigre, colores, gente, fiestas, cantes, bailes, bodas, alegría, sufrimiento, celebraciones, Dios, fe, joyas, el juego de los abalorios completo, todos juntos y apretujaos, siempre en comunidad, arrejuntaos, teniendo hijos, celebrando casamientos, partiéndome la camisa, esa camisita que es la única que tengo.
La película es un poco lo contrario, lo menos, rala, consabida, habitual, conocida, esmirriada, anoréxica, a dieta, blancuzca, relamida.
Es tan banal, obvia, tópica y previsible, tan conducida y evidente, tan superficial y trivial que resulta terriblemente aburrida, tan inane e intrascendente que es desconsoladora.
Hasta la inevitable y pirotécnica parte final indispensable en estos casos con su inevitable crisis y espero que esperanzadora catarsis, en la que hay que echar toda la carne en el asador, es tan tosca, burda y gruesa, un tremendismo tan de medio pelo, que es todo muy descorazonador, te deja un poco hecho polvo ese ridículo tramo, desde que la madre por fin entiende, posesiones y exorcismos mediante que no hay cuerpo por muy jotero que sea que lo aguante, todo da un poco de vergüenza ajena que te deja el alma doblada, medio muerta, sin ganas de nada, apesadumbrado, que te ha pasado por encima un camión de la basura y no has dicho nada, ni te has enterado, casi que ni lo has notado o dado cuenta.
Es todo bastante lamentable, la dramatización es inverosímil, los personajes son planos, salvo Lola un poco, que está algo mejor construida, no como su amada, de un comportamiento tan poco creíble e inconsistente, el resto apenas siente, solo como autómatas reaccionan; pero bueno, tampoco duele ni agrede, esos pájaros y ese mar, vivan las metáforas, ese naturalismo naif que se relame mirando a dos niñas grandes tan bonitas tampoco molesta a nadie. Dios, perdónalos, no saben lo que hacen.
Hemos llegado a un punto en el que es casi imposible distinguir el cine de la publicidad del gobierno (de cualquier gobierno), es todo tan oficial, correcto y domado, tan limado y maqueado y dirigido que en lugar de arte parece propaganda estatal. Es imposible diferenciar una campaña publicitaria de una película que mucho agasajan.
La película es un poco lo contrario, lo menos, rala, consabida, habitual, conocida, esmirriada, anoréxica, a dieta, blancuzca, relamida.
Es tan banal, obvia, tópica y previsible, tan conducida y evidente, tan superficial y trivial que resulta terriblemente aburrida, tan inane e intrascendente que es desconsoladora.
Hasta la inevitable y pirotécnica parte final indispensable en estos casos con su inevitable crisis y espero que esperanzadora catarsis, en la que hay que echar toda la carne en el asador, es tan tosca, burda y gruesa, un tremendismo tan de medio pelo, que es todo muy descorazonador, te deja un poco hecho polvo ese ridículo tramo, desde que la madre por fin entiende, posesiones y exorcismos mediante que no hay cuerpo por muy jotero que sea que lo aguante, todo da un poco de vergüenza ajena que te deja el alma doblada, medio muerta, sin ganas de nada, apesadumbrado, que te ha pasado por encima un camión de la basura y no has dicho nada, ni te has enterado, casi que ni lo has notado o dado cuenta.
Es todo bastante lamentable, la dramatización es inverosímil, los personajes son planos, salvo Lola un poco, que está algo mejor construida, no como su amada, de un comportamiento tan poco creíble e inconsistente, el resto apenas siente, solo como autómatas reaccionan; pero bueno, tampoco duele ni agrede, esos pájaros y ese mar, vivan las metáforas, ese naturalismo naif que se relame mirando a dos niñas grandes tan bonitas tampoco molesta a nadie. Dios, perdónalos, no saben lo que hacen.
Hemos llegado a un punto en el que es casi imposible distinguir el cine de la publicidad del gobierno (de cualquier gobierno), es todo tan oficial, correcto y domado, tan limado y maqueado y dirigido que en lugar de arte parece propaganda estatal. Es imposible diferenciar una campaña publicitaria de una película que mucho agasajan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pobres gitanos. Utilizamos su primitivismo milenario, esencial, ay, ese atraso consuetudinario, oy (viven los pobres sumidos en el analfabetismo, rodeados de ominosa religión, espantosa heterosexualidad y opresiva familia, qué miedo, cuánto sufrimiento), para restregarles nuestro fascinante progreso e imparable avance, nuestra indiscutible superioridad moral e inapelable supremacía cultural.
Esperemos por el bien de todos que algo se les pegue y así abandonen sus bárbaras tradiciones tan abominables y ancestrales para poder abrazar de una vez por todas nuestro saludable amor triunfante. A ver si se liberan, dejan de ser tan cavernícolas y lamentables y logran ser tan increíblemente felices y plenos como nosotros.
Eso espero y deseo. Que nuestra inevitable condescendencia y lógico paternalismo, lo hacemos por ellos, les sirva de algo, de espejo en el que mirarse y mejorar. Nosotros les hemos enseñado el camino, ahora les toca a ellos seguirlo.
Ánimo muchachos, buena gente. Si quieres, puedes.
Esperemos por el bien de todos que algo se les pegue y así abandonen sus bárbaras tradiciones tan abominables y ancestrales para poder abrazar de una vez por todas nuestro saludable amor triunfante. A ver si se liberan, dejan de ser tan cavernícolas y lamentables y logran ser tan increíblemente felices y plenos como nosotros.
Eso espero y deseo. Que nuestra inevitable condescendencia y lógico paternalismo, lo hacemos por ellos, les sirva de algo, de espejo en el que mirarse y mejorar. Nosotros les hemos enseñado el camino, ahora les toca a ellos seguirlo.
Ánimo muchachos, buena gente. Si quieres, puedes.