Media votos
4,2
Votos
2.774
Críticas
2.773
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ferdydurke:
3
7,6
18.439
Drama. Comedia. Romance
Una joven de familia acomodada lleva a casa, para presentárselo a sus padres, a su novio, un médico negro con el que tiene la intención de casarse. A pesar de ser personas de ideas liberales, sus padres se sienten muy confundidos, especialmente el padre, que teme que un matrimonio interracial no traiga más que problemas a su hija. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2022
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Panal de miel a la canela. Maleficios y triquiñuelas.
- Papá, Mamá, os voy a presentar a este hombre, es más, me voy a casar inmediatamente con él, con Dios..., pero paint it, black.
- Oh, no, estupefacción, horror, es terrible, estamos aturdidos y acojonados, jamás lo imaginamos, menuda depravación y abominación, nos agarramos los machos, cuánta a espuertas desgracia nos amenaza con tanta mala baba.
- Vale, os cuento ahora mismo con todo lujo de detalles, tiene el atleticismo y la determinación moral de Michael Jordan, la grandeza espiritual de Luther King, la creatividad salvaje de Basquiat, la capacidad intelectual de Ralph Ellison, las agallas de Malcolm X, la pasión de Charlie Parker, la genialidad de Miles Davis, es, en resumidas cuentas también un superhéroe, una pantera negra, Denzel Washington un poco antes de tiempo, versión mejorada, para que os hagáis una idea pequeña de esto, a lo que me enfrento.
- Ah, bien, vale, nos lo tenemos que pensar muy mucho, hija, incluso yo como padre y trasto viejo pellejo acabado tuyo que soy no estoy en absoluto de acuerdo, creo que no te conviene, supone una tremenda irresponsabilidad, no doy crédito, lo pasarás la mar de mal, llanto y crujir de dientes, el futuro será, eso, muy negro, horrorosos problemones al acecho, ya no te ajunto, me enfurruño y encrespo, hago muchos pucheros.
- Papá, Mamá, os voy a presentar a esta mujer, es más, me voy a casar con ella, es la Virgen María..., pero deslucida, blancuzca, desteñida, traslúcida, paliducha.
- Oh, hijo, terrorífico, qué espantosa noticia y sorpresa, nos dejas en bragas, descompuestos, helados, petrificados, con mal cuerpo, jarro de agua fría, espeluznados, rotos por fuera y por dentro.
- Vale, os explico, es apasionada, inteligente, bonita, valiente, generosa, tiene la mejor familia del mundo, es joven, mucho más que yo, lúcida, delicada, dura, resplandeciente y reluciente, delicada, fuerte, una inmejorable posición económica y social, me ama locamente, es inocente, sabia, voluntariosa, decidida, sexualmente arrebatadora y desinhibida, bondadosa...
- Ah, bueno, yo, hijo mío, estoy totalmente en contra, es una tremenda majadería, a quién se le ocurre...
Vaya, es una obra simpática y graciosa, muy de los sesenta, muy bien pensante y tierna y delirante, cuando los negros, los pobres todavía penaban, qué atraso, no habían alcanzado la magna categoría de afroamericanos y la heterosexualidad, qué tristes tiempos tan monótonos y monocordes, era innegociable, la única posible medida, el pan nuestro de cada día dánosle hoy, la reina de los mares.
Pero es todo muy forzado, pueril y falso, también la estructura teatral con ese macguffin ultimátum y la prisa loca por coger aviones de repente, dale con irse a Ginebra a salvar el mundo, en apenas horas y padres que aparecen de la nada como caídos del cielo y todo a la carrera dramáticamente impuesto para que haya algún mareo y emoción, para que salten las posibles chispas de la función, intento vano, torpe u obvio hasta por el mismo meollo o asunto o problema, y es que no lo hay de veras, es de pega, trampa para cazar leones, no existe, la película se esfuerza por crear un conflicto que a la vez constantemente niega y que en verdad es puro humo, mala broma, porque para que haya algo que pensar o dudar o cuestionar, tiene que haber sus más y sus menos, sus pros y sus contras, en la balanza de la justicia tiene que andar la cosa cerca del 50% por ambas partes contratantes o muy contendientes, no del 99% versus 1%, y aquí no hay nada que elegir ni discutir ni nadie que no fuera completamente retrasado o loco o enfermo o muy idiota, oligofrénico, hubiera dudado sobre algo ante lo que no hay o se niega cualquier posible debate o confrontación de ideas o pareceres, imposible ya que es todo tan evidente y está tan descompensado, es tan beneficioso, descarado y claro y ventajoso y dichoso, me ha tocado el más gordo de la lotería y algo creo que lo celebro, no te imaginas cómo o cuánto.
- Oye, amigo, te doy diez mil millones de dólares ahora mismo, sin IVA ni nada que declarar a hacienda, por tu cara bonita, porque me inspiras los mejores sentimientos, por nada, bueno, sí, te exijo, más bien te suplico que me permitas a cambio decirte en toda la cara... córcholis, ahí queda eso.
- Espera un poco, no te precipites ni me atosigues tanto, dame tiempo, es muy duro, una encrucijada moral, no lo veo nada claro, algo borroso, en blanco y negro, dame tiempo, déjame respirar, pesado, egoísta, mala persona, intrusivo, me has ofendido, por quién me has tomado, arduas jornadas de reflexión yo necesito, me voy a meditar para variar.
- Pues subo la apuesta u oferta, un chalet en Torrevieja y un viaje a la luna gratis y una isla en Hawái para ti solo y todas las acciones de Black Rock y te lamo las botas...
- Uy, no sé yo, me pones en muchos aprietos, mierda, qué jodidamente difícil está esto, es una puta encerrona, un mierda de emboscada, qué día mas duro, que difícil decisión, qué agotador, creo que me inmolo.
Todo lo cual, la falsedad artificial, ridícula e inverosímil de la película se demuestra o confirma completamente al final, en esa homilía que ni el cura se atrevería a tanto de tan chusca y pelma se encuentra la prueba irrefutable de que todo era una chufla, fuegos fatuos, pirotecnia boba, de que no estaba abierta ni pretendía plantear en realidad nada, estaba todo cerrado a cal y canto desde el principio, antes incluso, excusa para monserga, bobería, timo de la estampita, la leche caliente con colacao y galletitas hechas por la abuela antes de dormir una vez más como un bebé, con la conciencia a prueba de bombas, virginal, siempre sin manchar.
- Papá, Mamá, os voy a presentar a este hombre, es más, me voy a casar inmediatamente con él, con Dios..., pero paint it, black.
- Oh, no, estupefacción, horror, es terrible, estamos aturdidos y acojonados, jamás lo imaginamos, menuda depravación y abominación, nos agarramos los machos, cuánta a espuertas desgracia nos amenaza con tanta mala baba.
- Vale, os cuento ahora mismo con todo lujo de detalles, tiene el atleticismo y la determinación moral de Michael Jordan, la grandeza espiritual de Luther King, la creatividad salvaje de Basquiat, la capacidad intelectual de Ralph Ellison, las agallas de Malcolm X, la pasión de Charlie Parker, la genialidad de Miles Davis, es, en resumidas cuentas también un superhéroe, una pantera negra, Denzel Washington un poco antes de tiempo, versión mejorada, para que os hagáis una idea pequeña de esto, a lo que me enfrento.
- Ah, bien, vale, nos lo tenemos que pensar muy mucho, hija, incluso yo como padre y trasto viejo pellejo acabado tuyo que soy no estoy en absoluto de acuerdo, creo que no te conviene, supone una tremenda irresponsabilidad, no doy crédito, lo pasarás la mar de mal, llanto y crujir de dientes, el futuro será, eso, muy negro, horrorosos problemones al acecho, ya no te ajunto, me enfurruño y encrespo, hago muchos pucheros.
- Papá, Mamá, os voy a presentar a esta mujer, es más, me voy a casar con ella, es la Virgen María..., pero deslucida, blancuzca, desteñida, traslúcida, paliducha.
- Oh, hijo, terrorífico, qué espantosa noticia y sorpresa, nos dejas en bragas, descompuestos, helados, petrificados, con mal cuerpo, jarro de agua fría, espeluznados, rotos por fuera y por dentro.
- Vale, os explico, es apasionada, inteligente, bonita, valiente, generosa, tiene la mejor familia del mundo, es joven, mucho más que yo, lúcida, delicada, dura, resplandeciente y reluciente, delicada, fuerte, una inmejorable posición económica y social, me ama locamente, es inocente, sabia, voluntariosa, decidida, sexualmente arrebatadora y desinhibida, bondadosa...
- Ah, bueno, yo, hijo mío, estoy totalmente en contra, es una tremenda majadería, a quién se le ocurre...
Vaya, es una obra simpática y graciosa, muy de los sesenta, muy bien pensante y tierna y delirante, cuando los negros, los pobres todavía penaban, qué atraso, no habían alcanzado la magna categoría de afroamericanos y la heterosexualidad, qué tristes tiempos tan monótonos y monocordes, era innegociable, la única posible medida, el pan nuestro de cada día dánosle hoy, la reina de los mares.
Pero es todo muy forzado, pueril y falso, también la estructura teatral con ese macguffin ultimátum y la prisa loca por coger aviones de repente, dale con irse a Ginebra a salvar el mundo, en apenas horas y padres que aparecen de la nada como caídos del cielo y todo a la carrera dramáticamente impuesto para que haya algún mareo y emoción, para que salten las posibles chispas de la función, intento vano, torpe u obvio hasta por el mismo meollo o asunto o problema, y es que no lo hay de veras, es de pega, trampa para cazar leones, no existe, la película se esfuerza por crear un conflicto que a la vez constantemente niega y que en verdad es puro humo, mala broma, porque para que haya algo que pensar o dudar o cuestionar, tiene que haber sus más y sus menos, sus pros y sus contras, en la balanza de la justicia tiene que andar la cosa cerca del 50% por ambas partes contratantes o muy contendientes, no del 99% versus 1%, y aquí no hay nada que elegir ni discutir ni nadie que no fuera completamente retrasado o loco o enfermo o muy idiota, oligofrénico, hubiera dudado sobre algo ante lo que no hay o se niega cualquier posible debate o confrontación de ideas o pareceres, imposible ya que es todo tan evidente y está tan descompensado, es tan beneficioso, descarado y claro y ventajoso y dichoso, me ha tocado el más gordo de la lotería y algo creo que lo celebro, no te imaginas cómo o cuánto.
- Oye, amigo, te doy diez mil millones de dólares ahora mismo, sin IVA ni nada que declarar a hacienda, por tu cara bonita, porque me inspiras los mejores sentimientos, por nada, bueno, sí, te exijo, más bien te suplico que me permitas a cambio decirte en toda la cara... córcholis, ahí queda eso.
- Espera un poco, no te precipites ni me atosigues tanto, dame tiempo, es muy duro, una encrucijada moral, no lo veo nada claro, algo borroso, en blanco y negro, dame tiempo, déjame respirar, pesado, egoísta, mala persona, intrusivo, me has ofendido, por quién me has tomado, arduas jornadas de reflexión yo necesito, me voy a meditar para variar.
- Pues subo la apuesta u oferta, un chalet en Torrevieja y un viaje a la luna gratis y una isla en Hawái para ti solo y todas las acciones de Black Rock y te lamo las botas...
- Uy, no sé yo, me pones en muchos aprietos, mierda, qué jodidamente difícil está esto, es una puta encerrona, un mierda de emboscada, qué día mas duro, que difícil decisión, qué agotador, creo que me inmolo.
Todo lo cual, la falsedad artificial, ridícula e inverosímil de la película se demuestra o confirma completamente al final, en esa homilía que ni el cura se atrevería a tanto de tan chusca y pelma se encuentra la prueba irrefutable de que todo era una chufla, fuegos fatuos, pirotecnia boba, de que no estaba abierta ni pretendía plantear en realidad nada, estaba todo cerrado a cal y canto desde el principio, antes incluso, excusa para monserga, bobería, timo de la estampita, la leche caliente con colacao y galletitas hechas por la abuela antes de dormir una vez más como un bebé, con la conciencia a prueba de bombas, virginal, siempre sin manchar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Antes se habían esforzado de mala manera para que la cosa colase un poco entre el público teniendo que agarrarse al clavo ardiendo del racismo obsesivo compulsivo de la criada, nunca sirvas a quien sirvió, que la verdad es que tiene cierta siniestra gracia la tipa, esto parece una sucursal de Harlem, como salida de una cínica sitcom, a la cazurrería absurda/grotesca, esa cerrilidad digna de mejor causa, del cartero negro, vaya elemento, y a la posible o segura hipocresía monstruosa del liberal que en verdad es un burgués reaccionario, para así alegrar la función y tratar de crear desesperadamente alguna tensión, pero a duras penas, muy tristemente, de forma muy primaria y elemental.
Los actores son estupendos, qué decir de la Hepburn o el Tracy, incluso Poitier o la menos conocida Beah Richards, está bien hecha en general, aunque haya algún movimiento de cámara, ¿zoom?, disparatado, pero bien escrita y contada, la mar de entretenida.
Pon un cura en tu mesa o en tu casa, en tu cama o vida y échate ya a dormir, a descansar, mucho mejor que un psicólogo, psiquiatra o psicoanalista, vade retro, en ese cambio, nos vale como símbolo definitivo, está reflejada toda la inmensa decadencia, la raza degenera, de la civilización occidental, todo lo que hemos perdido o nos hemos dejado por el camino, todo lo que va de Ford a Allen, de la épica pura a la angustia sorda, del placer y la epifanía de la aventura a la neurosis ensimismada, de la libertad peleada a brazo partido, defendida a muerte, al amor irrefrenable y cobarde a las cadenas bien prietas, cuanto más, mucho mejor, de la mano de hostias a la autolesión, del whisky al prozac, de montar a caballo sobre la pradera verde a la bici estática encerrado en tres metros cuadrados, del peligro real al miedo a todo lo imaginado, de pegarle tiros a todo lo que se mueve a los romos videojuegos, de casarte rápidamente con la chica más bonita de Oklahoma a estar opinando en twitter, sentando cátedra muy apasionadamente, con el corazón en la boca, sobre la morrocotuda transfobia, de dormir al raso sin ningún problema a estar en casa encerrado, otra cuarentena, cagado de miedo, de mirar las estrella a olerte el ombligo, de morirte demasiado joven a estar eternamente muerto, en fin, un poco de todo eso, estaba todo controlado, a buen recaudo, la estaban peinando, por muy ateo o agnóstico que seas nunca hay que echar al enemigo de casa, aliados hasta en el mismo infierno.
También hay que señalar que es otra película que hoy sería también imposible de hacer ya que parece que habla de racismo, claro, cómo no, pero lo aplica en todas las direcciones, por lo que finalmente es como si lo negara, como si todos se anularan al chocar unos contra otros, al ser tan similares las reacciones/razones/motivaciones de ambos padres y madres, simétricas en el sí y en el no, como si diera completamente igual el color y fuera más cuestión de sexo, de comprensión, de resignación, de ganas de mandar, de amor o no, de pasión o deseo, de acabamiento, de egoísmo, de generosidad.
De hecho, el cura blanco es el menos racista o más comprensivo desde el mismo principio, hasta por puro instinto, y la más racista y borde e insistente al respecto y al contrario es la mujer negra, enloquecida, que ni entiende ni a razones atiende, lo dicho, que siente a su tal vez compañero de raza como un intruso o rival, como un trepa y un caradura, hoy, por lo tanto, no se podría estrenar esta tampoco, el comité censor de la nueva moral y las más rectas costumbres la tendría que harto retocar antes de darle la consiguiente bendición clerical, la bula papal, a mamar.
Los actores son estupendos, qué decir de la Hepburn o el Tracy, incluso Poitier o la menos conocida Beah Richards, está bien hecha en general, aunque haya algún movimiento de cámara, ¿zoom?, disparatado, pero bien escrita y contada, la mar de entretenida.
Pon un cura en tu mesa o en tu casa, en tu cama o vida y échate ya a dormir, a descansar, mucho mejor que un psicólogo, psiquiatra o psicoanalista, vade retro, en ese cambio, nos vale como símbolo definitivo, está reflejada toda la inmensa decadencia, la raza degenera, de la civilización occidental, todo lo que hemos perdido o nos hemos dejado por el camino, todo lo que va de Ford a Allen, de la épica pura a la angustia sorda, del placer y la epifanía de la aventura a la neurosis ensimismada, de la libertad peleada a brazo partido, defendida a muerte, al amor irrefrenable y cobarde a las cadenas bien prietas, cuanto más, mucho mejor, de la mano de hostias a la autolesión, del whisky al prozac, de montar a caballo sobre la pradera verde a la bici estática encerrado en tres metros cuadrados, del peligro real al miedo a todo lo imaginado, de pegarle tiros a todo lo que se mueve a los romos videojuegos, de casarte rápidamente con la chica más bonita de Oklahoma a estar opinando en twitter, sentando cátedra muy apasionadamente, con el corazón en la boca, sobre la morrocotuda transfobia, de dormir al raso sin ningún problema a estar en casa encerrado, otra cuarentena, cagado de miedo, de mirar las estrella a olerte el ombligo, de morirte demasiado joven a estar eternamente muerto, en fin, un poco de todo eso, estaba todo controlado, a buen recaudo, la estaban peinando, por muy ateo o agnóstico que seas nunca hay que echar al enemigo de casa, aliados hasta en el mismo infierno.
También hay que señalar que es otra película que hoy sería también imposible de hacer ya que parece que habla de racismo, claro, cómo no, pero lo aplica en todas las direcciones, por lo que finalmente es como si lo negara, como si todos se anularan al chocar unos contra otros, al ser tan similares las reacciones/razones/motivaciones de ambos padres y madres, simétricas en el sí y en el no, como si diera completamente igual el color y fuera más cuestión de sexo, de comprensión, de resignación, de ganas de mandar, de amor o no, de pasión o deseo, de acabamiento, de egoísmo, de generosidad.
De hecho, el cura blanco es el menos racista o más comprensivo desde el mismo principio, hasta por puro instinto, y la más racista y borde e insistente al respecto y al contrario es la mujer negra, enloquecida, que ni entiende ni a razones atiende, lo dicho, que siente a su tal vez compañero de raza como un intruso o rival, como un trepa y un caradura, hoy, por lo tanto, no se podría estrenar esta tampoco, el comité censor de la nueva moral y las más rectas costumbres la tendría que harto retocar antes de darle la consiguiente bendición clerical, la bula papal, a mamar.