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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
6
Ciencia ficción. Drama. Animación La necesidad de dinero, lleva a una actriz (Robin Wright) a firmar un contrato según el cual los estudios harán una copia de ella y la utilizarán como les plazca. Tras volver a la escena, será invitada a un congreso, que se desarrolla en un mundo que ha cambiado completamente. Basada en una novela de Stanislaw Lem, se trata del retrato de un mundo que se dirige inevitablemente hacia la irrealidad.
3 de septiembre de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa e interesante película. Mitad "real", mitad dibujos.
Robin Wright es la reina de la función (hace de sí misma), Keitel es su mentor; gran escena la que comparten, él con el brillante relato, ella con su exhibición interpretativa.
Estrella venida a menos (se insiste en sus malas elecciones; en verdad es una buena actriz que ha alternado aciertos con equivocaciones, pero siempre dejando un sello de elegancia, sobriedad y bella frialdad; una sutil y poderosa presencia que mejoraba las películas) a la que ofrecen la oportunidad de vender su alma a cambio de la inmortalidad (cinematográfica) y el anonimato público.
Comienza como una amenaza, una antelación pesimista de los tiempos venideros, el fin del cine tal y como lo conocemos. Sigue con un colorín absurdo, alucinógeno y un tanto aburrido. Deviene en futuro Matrix, la droga o la vida, la ficción o la miseria. Todo ello salpicado por los amores familiares, el niño truncado, dolido y querido, y la hija independiente y rebelde.
Cierra con una reflexión triste y hermosa sobre la frágil y penosa condición humana, siempre huyendo, deseando, anhelando, condenada a querer ser lo que no es (ser otro, otra cosa), a imaginar todo y conseguir poco, a no conocer límites mentales y estar atrapada en una realidad siempre corta, atroz a veces, trágica siempre.
No es gran cosa, flojea, se cae a ratos, se muere de a pocos, pero merece la pena como rareza valiente, extraña melancolía, tierno homenaje al amor materno, canto al fin de unos tiempos, los nuestros, amenazados de muerte (como siempre, nuestra esencia es sentir la llegada del apocalipsis a cada rato), con drogas más potentes cada vez, en constante duda: la verdad o el sueño, asumir o huir, seguir o escapar, aceptar o crear...
Herida abierta y eterna, el hombre, nunca terminado ni concreto, siempre en formación, en construcción...
Ferdydurke
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