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Voto de Ferdydurke:
3
2006
Mark V. Olsen (Creador), Will Scheffer (Creador) ...
6,5
1.559
Serie de TV. Drama
Serie de TV de 53 episodios (2006-2011). Bill Henrickson (Bill Paxton), dueño de una cadena de almacenes de artículos para el hogar, se desvive por satisfacer las necesidades financieras y emocionales de sus tres esposas: Barb (Jeanne Tripplehorn), Nicki (Chloë Sevigny) y Margene (Ginnifer Goodwin). Las tres viven en casas contiguas y unidas por un enorme patio interior con piscina y jardín. Ninguna trabaja fuera de casa y comparten a ... [+]
25 de julio de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Santo Job rodeado de mujeres que quieren su bien pero que no dejan de torturarle; con pasión y constancia.
Utah, actualidad. Matrimonio polígamo pero políticamente correcto, ilegales pero guapísimos y buenísimos (aunque tengan sus más y sus menos, se quieren muchísimo).
La acción se divide entre la ciudad (donde vive la familia protagonista) y la comunidad mormona (Juniper Creek), atrasada y siniestra, que vive aislada, en medio de la nada, con pobreza y fanatismo. La vida de Bill, sus tres mujeres y sus hijos.
Las dos primeras temporadas aguantan bien el tipo, aciertan en la mirada; mezcla entretenida de humor inteligente y observación minuciosa de los entresijos de la agitada (y numerosísima) familia, pesan más los aciertos que los indudables fallos, los sinsentidos y espantos de los mormones fundamentalistas; se impone el cuidado ámbito doméstico al disparate de la comunidad marginal. A partir del final de la segunda, se pierden los papeles y se entra en barrena; las tres últimas son la apoteosis de la chapuza televisiva; guiones aberrantes, personajes grotescos, situaciones absurdas, sucedidos truculentos y enfermizos...; un sinfín de majaderías ofensivas y ominosas. Se entra en una infame espiral de errores, exageraciones y estupideces. Se utiliza la vieja táctica de añadir escabrosidades y enormidades para intentar disimular la inanidad general, para atraer la atención del espectador más bruto y sin criterio. Solo tiene el interés de saber qué nueva burrada hilarante se les ocurrirá. Nada tiene sentido, los personajes se contradicen a sí mismos cada cinco minutos, las tramas y los conflictos se repiten una y otra vez y no hay coherencia ni un mínimo de credibilidad. Solo aguantan el chaparrón los actores, demasiado esfuerzo para tan poco resultado, para un material literario tan deleznable.
Se pretende tratar la poligamia con respeto y cariño y, al mismo tiempo, criticar con saña los usos y costumbres más cazurros y arcaicos (el casamiento obligatorio y contra natura de las adolescentes, especialmente), la ignorancia y el fundamentalismo. Se apuesta por una familia moderna, acosada por los dos extremos, la comunidad ortodoxa y la iglesia mormona oficial, representante máxima del poder corrupto e injusto. El tratamiento es maniqueo; hay demasiado contraste entre el talante y la humanidad de Bill y el resto, nos lo muestran como una especie de superhéroe quijotesco, siempre en lucha con los diferentes representantes del mal, los Grant (padre e hijo) son diabólicos las 24 horas del día.
El mayor hallazgo, lo único bueno, está en lo familiar, en sus dimes y diretes, en sus luchas de poder y envidias, en sus enrevesadas y complejas relaciones, en su frágil y riquísimo equilibrio, en sus actrices, brillantes; desde la cargante, la pasiva-agresiva, la juiciosa y paciente Barb hasta la dulce, cariñosa, infantil y bondadosa Margene, con la malvada deliciosa Nicki, todo manipulación, mentira, rencor y vulnerabilidad; lo malo es que también eso lo agotan a fuerza de insistencia en el mismo modelo narrativo: calma-crisis-reconciliación..., calma-crisis... Todo se destruye para volverse a construir al final de cada capítulo; demasiado susto para nada. Hay demasiado morbo innecesario, demasiada vuelta y revuelta, mucho culebrón de serie z y poco rigor. Asesinatos, embarazos y tragedias al por mayor, no hay respiro, todo son barbaridades y memeces.
Utah, actualidad. Matrimonio polígamo pero políticamente correcto, ilegales pero guapísimos y buenísimos (aunque tengan sus más y sus menos, se quieren muchísimo).
La acción se divide entre la ciudad (donde vive la familia protagonista) y la comunidad mormona (Juniper Creek), atrasada y siniestra, que vive aislada, en medio de la nada, con pobreza y fanatismo. La vida de Bill, sus tres mujeres y sus hijos.
Las dos primeras temporadas aguantan bien el tipo, aciertan en la mirada; mezcla entretenida de humor inteligente y observación minuciosa de los entresijos de la agitada (y numerosísima) familia, pesan más los aciertos que los indudables fallos, los sinsentidos y espantos de los mormones fundamentalistas; se impone el cuidado ámbito doméstico al disparate de la comunidad marginal. A partir del final de la segunda, se pierden los papeles y se entra en barrena; las tres últimas son la apoteosis de la chapuza televisiva; guiones aberrantes, personajes grotescos, situaciones absurdas, sucedidos truculentos y enfermizos...; un sinfín de majaderías ofensivas y ominosas. Se entra en una infame espiral de errores, exageraciones y estupideces. Se utiliza la vieja táctica de añadir escabrosidades y enormidades para intentar disimular la inanidad general, para atraer la atención del espectador más bruto y sin criterio. Solo tiene el interés de saber qué nueva burrada hilarante se les ocurrirá. Nada tiene sentido, los personajes se contradicen a sí mismos cada cinco minutos, las tramas y los conflictos se repiten una y otra vez y no hay coherencia ni un mínimo de credibilidad. Solo aguantan el chaparrón los actores, demasiado esfuerzo para tan poco resultado, para un material literario tan deleznable.
Se pretende tratar la poligamia con respeto y cariño y, al mismo tiempo, criticar con saña los usos y costumbres más cazurros y arcaicos (el casamiento obligatorio y contra natura de las adolescentes, especialmente), la ignorancia y el fundamentalismo. Se apuesta por una familia moderna, acosada por los dos extremos, la comunidad ortodoxa y la iglesia mormona oficial, representante máxima del poder corrupto e injusto. El tratamiento es maniqueo; hay demasiado contraste entre el talante y la humanidad de Bill y el resto, nos lo muestran como una especie de superhéroe quijotesco, siempre en lucha con los diferentes representantes del mal, los Grant (padre e hijo) son diabólicos las 24 horas del día.
El mayor hallazgo, lo único bueno, está en lo familiar, en sus dimes y diretes, en sus luchas de poder y envidias, en sus enrevesadas y complejas relaciones, en su frágil y riquísimo equilibrio, en sus actrices, brillantes; desde la cargante, la pasiva-agresiva, la juiciosa y paciente Barb hasta la dulce, cariñosa, infantil y bondadosa Margene, con la malvada deliciosa Nicki, todo manipulación, mentira, rencor y vulnerabilidad; lo malo es que también eso lo agotan a fuerza de insistencia en el mismo modelo narrativo: calma-crisis-reconciliación..., calma-crisis... Todo se destruye para volverse a construir al final de cada capítulo; demasiado susto para nada. Hay demasiado morbo innecesario, demasiada vuelta y revuelta, mucho culebrón de serie z y poco rigor. Asesinatos, embarazos y tragedias al por mayor, no hay respiro, todo son barbaridades y memeces.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final es, también, lamentable y ridículo. Lo matan porque sí, porque tocaba; es de broma, de chiste de mal gusto, que sea su vecino pasmado el justiciero, es la confirmación del disparate. A eso hay que unirle la sandez cansina del asunto de la sacerdotisa y el remate esperpéntico de Margene convertida en misionera.
La hermana de mi hermano, que es mi padre, se ha casado con la abuela de mi tío, que es un Dr. Mengele sin control. Lo celebramos mediante el rito que señala el libro de los mormones, que ha sido robado por el hijo homosexual del falso profeta, con la colaboración inestimable de una secta mexicana liderada por un hombre sin brazo, una mujer con corbata y unos seres del averno feísimos y aburridísimos. Durante la fiesta se produce una balacera terrible que provoca que se descubra que el congresista estaba liado con el fiscal serbio que a su vez tenía un hijo secreto con una quinceañera que había estudiado con Einstein en una vida anterior. Mientras tanto, vemos al marido inyectarse Viagra para satisfacer las necesidades de sus hermanas esposas que están tomando la píldora que les recetó el Dr. Mengele que...
La hermana de mi hermano, que es mi padre, se ha casado con la abuela de mi tío, que es un Dr. Mengele sin control. Lo celebramos mediante el rito que señala el libro de los mormones, que ha sido robado por el hijo homosexual del falso profeta, con la colaboración inestimable de una secta mexicana liderada por un hombre sin brazo, una mujer con corbata y unos seres del averno feísimos y aburridísimos. Durante la fiesta se produce una balacera terrible que provoca que se descubra que el congresista estaba liado con el fiscal serbio que a su vez tenía un hijo secreto con una quinceañera que había estudiado con Einstein en una vida anterior. Mientras tanto, vemos al marido inyectarse Viagra para satisfacer las necesidades de sus hermanas esposas que están tomando la píldora que les recetó el Dr. Mengele que...