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Voto de Ferdydurke:
5
6,2
6.212
Drama
Bobby Garfield ve como el pasado irrumpe en su vida cuando la muerte de un amigo de la infancia le hace volver a la ciudad donde creció. Allí le asaltan los recuerdos de su undécimo verano, marcado por la llegada de un nuevo inquilino, Ted Brautigan, que llenó el vacío que le supuso la defunción de su padre. Ted, un hombre misterioso que al tiempo fascinaba y perturbaba a Bobby, le ofrece un trabajo: leerle el periódico, pues su vista ... [+]
17 de enero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leer. Anillo del dedillo.
Podría ser Raíces profundas esotérica, Destino oculto para niños, Cuenta conmigo con diosecillo de por medio y muchos diábolos trajeados rampando asolando, el mal y el bien siempre peleando, podría ser muchas más y al final es ninguna ya que las diferentes tramas no están muy bien engarzadas entre sí ni lo suficientemente desarrolladas aunque la película, a su humilde pequeño modo, esté bien resuelta y en su primera mitad sobre todo tenga momentos de buena escritura o de creación de situaciones con interés y sentido, no tanto más adelante que se apelmaza atora y quizás menos todavía en su parte final demasiado alargada, forzada y tan triste bella como por los pelos cogida, almibaradamente amarga, elegíacamente facilona.
Es un cuentecico con chicha pero sin fuste, desleído (a pesar de tanto escritor o libro, horizontes perdidos, Dickens, Ben Johnson que aquí, inmensa pena, no mucho corre, Pasternak), en el que hay una mala, la madre*, una hada marica buena como todas, corazón salvaje, Coover, Hopkins, tres pimpollos, dos sobre todo, es comparsa el otro, nada cuenta, una loca o travesti horrorosa, no sale del armario, no se libera, no es la Ochoa, y unos malos muy malos, tres o trescientos anuncios en las cercanías mediante, será por avisar y no traicionar, que deben ser, por lo menos, del gobierno funcionarios (¿puede haber o imaginarse algo más espantoso atroz, semejante horror sin solución?), pero todo es apenas esbozo, no queda muy claro más que como tópico vago o superficial enunciado, se apunta y no se da (a nada).
¿Es un vidente, un nigromante, un superhéroe, un visionario, el oráculo de delfos, psicotrónico, la bruja Lola, Marlene Dietrich en Sed de mal, un loco o enajenado, evilio perturbado, un pagafantas, un menda, un peligroso comunista, el azote de los rojos, la bomba atómica, la de neutrones, un viejo pellejo, no ve una puta mierda, daredevil, el libro de Eli, Homero, Tiresias, el informe, discapacitado, un memo, se lo inventa todo, el sexto sentido, un meteorito, Hirohito, un muerto, regreso al futuro, un ninja, un asesino, en combate desparecido, jinete pálido, Minority Report, K. Dick, recuérdame, el dolor de ahora es el placer de siempre, importa algo? No, no mucho, un rábano, o nada.
La historia de los novios críos es muy floja tonta, los malotes algo más adolescentes son muy pobres, la de la madre es engañosa ya que se da a entender una cosa todo el rato** y al final es otra o la contraria o tal vez la misma, y la del mago que viene del norte es muy tétrica, evanescente o directa y simplemente chorra.
¿Qué, por tanto, nos queda? Bueno, las escenas, algunas, en sí mismas, una a una, si no le pides al olmo peras, algunos buenos diálogos, matices o comentarios, quizás alguna simpática cita o inteligente requiebro narrativo, más, todo ello, en las palabras depuradas que en las imágenes fofas y su montaje solo eficiente está la posible gracia de todo esto, de esta obra maja mustia desvaída, anémica, lírica floja.
Podría ser Raíces profundas esotérica, Destino oculto para niños, Cuenta conmigo con diosecillo de por medio y muchos diábolos trajeados rampando asolando, el mal y el bien siempre peleando, podría ser muchas más y al final es ninguna ya que las diferentes tramas no están muy bien engarzadas entre sí ni lo suficientemente desarrolladas aunque la película, a su humilde pequeño modo, esté bien resuelta y en su primera mitad sobre todo tenga momentos de buena escritura o de creación de situaciones con interés y sentido, no tanto más adelante que se apelmaza atora y quizás menos todavía en su parte final demasiado alargada, forzada y tan triste bella como por los pelos cogida, almibaradamente amarga, elegíacamente facilona.
Es un cuentecico con chicha pero sin fuste, desleído (a pesar de tanto escritor o libro, horizontes perdidos, Dickens, Ben Johnson que aquí, inmensa pena, no mucho corre, Pasternak), en el que hay una mala, la madre*, una hada marica buena como todas, corazón salvaje, Coover, Hopkins, tres pimpollos, dos sobre todo, es comparsa el otro, nada cuenta, una loca o travesti horrorosa, no sale del armario, no se libera, no es la Ochoa, y unos malos muy malos, tres o trescientos anuncios en las cercanías mediante, será por avisar y no traicionar, que deben ser, por lo menos, del gobierno funcionarios (¿puede haber o imaginarse algo más espantoso atroz, semejante horror sin solución?), pero todo es apenas esbozo, no queda muy claro más que como tópico vago o superficial enunciado, se apunta y no se da (a nada).
¿Es un vidente, un nigromante, un superhéroe, un visionario, el oráculo de delfos, psicotrónico, la bruja Lola, Marlene Dietrich en Sed de mal, un loco o enajenado, evilio perturbado, un pagafantas, un menda, un peligroso comunista, el azote de los rojos, la bomba atómica, la de neutrones, un viejo pellejo, no ve una puta mierda, daredevil, el libro de Eli, Homero, Tiresias, el informe, discapacitado, un memo, se lo inventa todo, el sexto sentido, un meteorito, Hirohito, un muerto, regreso al futuro, un ninja, un asesino, en combate desparecido, jinete pálido, Minority Report, K. Dick, recuérdame, el dolor de ahora es el placer de siempre, importa algo? No, no mucho, un rábano, o nada.
La historia de los novios críos es muy floja tonta, los malotes algo más adolescentes son muy pobres, la de la madre es engañosa ya que se da a entender una cosa todo el rato** y al final es otra o la contraria o tal vez la misma, y la del mago que viene del norte es muy tétrica, evanescente o directa y simplemente chorra.
¿Qué, por tanto, nos queda? Bueno, las escenas, algunas, en sí mismas, una a una, si no le pides al olmo peras, algunos buenos diálogos, matices o comentarios, quizás alguna simpática cita o inteligente requiebro narrativo, más, todo ello, en las palabras depuradas que en las imágenes fofas y su montaje solo eficiente está la posible gracia de todo esto, de esta obra maja mustia desvaída, anémica, lírica floja.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
* Gracioso siniestro comportamiento: la madre sospecha/teme constantemente que sea pedófilo el extraño viejo, tiene reparos al dejarlo con su hijo, no se fía ni un piano, pero hete aquí que en un momento dado lo necesita porque no tiene a nadie con el que dejar al nene y, de repente, se le olvidan sus temores o miedos más acendrados y ya, se ve, no le importa tanto lo que sea o pueda ser ese ser humano tan raro, para al final donde dije digo digo diego y, para desahogar su rabia, dolor y frustración, vuelve a parecérselo, pederasta, claro.
** Se insinúa todo el tiempo que se la estaba follando el jefe con el más o menos, a la fuerza ahorcan, de algo hay que sobrevivir, de ella consentimiento, de la necesidad virtud (se hace cumplida, en ese sentido, referencia a la compra compulsiva de vestidos y a las constantes ausencias "laborales" de ella hasta con un plano ominoso del jefe escuchando mientras le da plantón a su hijo, en botella y blanco como se desparrama la leche), para al final resultar que no nada, falsa alarma, mucho peor me lo pones, y que la fuerza viola golpea el miserable cabestro cuando tal que así ya no te lo esperabas. Vaya.
Y no se explica casi ningún misterio, de hecho, la parte más triste o trágica de todo es que los dos amigos mueran tan prematuramente como si estuvieran marcados por el lugar a sangre y fuego, el pueblo de los malditos, y él se acabase salvando al salir de allí pitando como alma que lleva el diablo con/gracias al dinero del que se llevan, suponemos, preso, directo al infierno, de su ángel de la guarda, Clarence, también, todavía, sin alas, como si Hopkins (Richard se ve que no) Brautigan lo hubiera sabido/salvado de la quema de algún (a su) modo, quién sabe, ya decimos que pasan de largo por todo.
Es bonita y tontita, necesitaba de más metraje y tonelaje, de un director más potente y consciente, de una mayor densidad y profundidad en los hechos narrados nada más que aquí solo presentados o sugeridos, pero pese a todo eso se deja ver con agrado y cariño, con el debido permiso, con el espíritu contrito, y hasta si quieres llorar, si tienes ganas, hambre atrasada, te lo ponen a huevo, es generosa en ese aspecto, torero, a ojo de buen cubero, libre caño, pinturero chorro.
No hay mejor regalo que un carnet de adulto de la biblioteca o más bien dos mil pavos del ala en tu mano, el dinero, en efectivo, contante y sonante, o la vida, el lector o el jugador, ambos dos, el observador, de cartas el contador, el que ve a la gente tal cómo es porque la quiere o, por lo menos, le interesa, o el que la destruye porque la teme, no la entiende, en la infancia se vive y después, si hay suerte, como mucho, se sobrevive, huye, ya me bañé en este río una vez, tempus fugit.
Paradoja tan real: Anton Yelchin, el protagonista chaval, fue el único que murió, tan joven y soprendentemente y de un modo tan insólito, de los tres, él se quedó, en el cine, no como Winona Ryder, más sabia, en Noche en la tierra, que ni siquiera, a tanto mal, se acercó ni en broma.
** Se insinúa todo el tiempo que se la estaba follando el jefe con el más o menos, a la fuerza ahorcan, de algo hay que sobrevivir, de ella consentimiento, de la necesidad virtud (se hace cumplida, en ese sentido, referencia a la compra compulsiva de vestidos y a las constantes ausencias "laborales" de ella hasta con un plano ominoso del jefe escuchando mientras le da plantón a su hijo, en botella y blanco como se desparrama la leche), para al final resultar que no nada, falsa alarma, mucho peor me lo pones, y que la fuerza viola golpea el miserable cabestro cuando tal que así ya no te lo esperabas. Vaya.
Y no se explica casi ningún misterio, de hecho, la parte más triste o trágica de todo es que los dos amigos mueran tan prematuramente como si estuvieran marcados por el lugar a sangre y fuego, el pueblo de los malditos, y él se acabase salvando al salir de allí pitando como alma que lleva el diablo con/gracias al dinero del que se llevan, suponemos, preso, directo al infierno, de su ángel de la guarda, Clarence, también, todavía, sin alas, como si Hopkins (Richard se ve que no) Brautigan lo hubiera sabido/salvado de la quema de algún (a su) modo, quién sabe, ya decimos que pasan de largo por todo.
Es bonita y tontita, necesitaba de más metraje y tonelaje, de un director más potente y consciente, de una mayor densidad y profundidad en los hechos narrados nada más que aquí solo presentados o sugeridos, pero pese a todo eso se deja ver con agrado y cariño, con el debido permiso, con el espíritu contrito, y hasta si quieres llorar, si tienes ganas, hambre atrasada, te lo ponen a huevo, es generosa en ese aspecto, torero, a ojo de buen cubero, libre caño, pinturero chorro.
No hay mejor regalo que un carnet de adulto de la biblioteca o más bien dos mil pavos del ala en tu mano, el dinero, en efectivo, contante y sonante, o la vida, el lector o el jugador, ambos dos, el observador, de cartas el contador, el que ve a la gente tal cómo es porque la quiere o, por lo menos, le interesa, o el que la destruye porque la teme, no la entiende, en la infancia se vive y después, si hay suerte, como mucho, se sobrevive, huye, ya me bañé en este río una vez, tempus fugit.
Paradoja tan real: Anton Yelchin, el protagonista chaval, fue el único que murió, tan joven y soprendentemente y de un modo tan insólito, de los tres, él se quedó, en el cine, no como Winona Ryder, más sabia, en Noche en la tierra, que ni siquiera, a tanto mal, se acercó ni en broma.