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Voto de Ferdydurke:
6
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Drama. Romance
Relato costumbrista sobre una pequeña ciudad estadounidense. El narrador explica cómo ha transcurrido la vida en Grovers Corners, una pequeña población de New Hampshire, entre 1901 y 1913. George Gibbs, el hijo del médico, y Emily Webb, la hija del director del periódico local, son compañeros de instituto y empiezan a salir juntos. (FILMAFFINITY)
9 de julio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los otros. Los muertos. Vida en sombras.
La vida solo se puede apreciar o disfrutar desde la distancia, como todo, de verdad, es decir, desde la muerte, y la muerte consiste principal y esencialmente en olvidar la vida, lo vivido, proyectarse hacia lo otro, lo declinado, lo derruido, el futuro, vacío de contenido, espejismo, callejón sin salida, por lo tanto, trampa definitiva, agonía.
La existencia es un círculo vicioso, una vana ilusión, una manzana que contiene un gusano, que roe, desde dentro, no para, nunca descansa, ni parpadea o perdona, no cesa, no da puntadas sin hilo, un pudridero, una gusanera. La santa compaña.
Una pasiva agresiva temible caza a un pánfilo del carajo, las justas luces, que intenta escapar en vano (como Winona hacía en aquella novela de Wharton versión Scorsese con Daniel), hacer las américas, batear un rato. Hablemos de amor y todo eso, también de aquello. La Historia del mundo. La reproducción humana. Ellas y ellos. Haciendo patria. Levantando país.
La Historia de un pueblo pequeño es la del universo entero, la danza de la muerte, la reina de la fiesta, la que desde su atalaya lo contempla todo con su nada fina ironía, más bien una fría implacable sorna.
Observar es morirse, para fijarse hay que estar muerto en vida, los más vivos son los animales, aquellos seres que no tienen conciencia, capacidad de desdoblarse, para salir y verse desde fuera, viven el instante (infinito/redundante/enfermo/efímero). Humano es lo contrario. Parajoda.
Es una película, por todo ello, mucho, que habla de la desaparición, del arte como forma de extinción, una obra sobre la verdad, aquella que solo se puede encontrar desde el otro lado, cuando ya no hace falta, no nos sirve. Es una reflexión contrita espeluznante sobre la nada, la farsa, las falsas apariencias, la inutilidad de todo, es una broma macabra, un chiste feo, fiero, terrible. Se pitorrea la parca, de todos nosotros. ¿Lo merecemos?
La vida solo se puede apreciar o disfrutar desde la distancia, como todo, de verdad, es decir, desde la muerte, y la muerte consiste principal y esencialmente en olvidar la vida, lo vivido, proyectarse hacia lo otro, lo declinado, lo derruido, el futuro, vacío de contenido, espejismo, callejón sin salida, por lo tanto, trampa definitiva, agonía.
La existencia es un círculo vicioso, una vana ilusión, una manzana que contiene un gusano, que roe, desde dentro, no para, nunca descansa, ni parpadea o perdona, no cesa, no da puntadas sin hilo, un pudridero, una gusanera. La santa compaña.
Una pasiva agresiva temible caza a un pánfilo del carajo, las justas luces, que intenta escapar en vano (como Winona hacía en aquella novela de Wharton versión Scorsese con Daniel), hacer las américas, batear un rato. Hablemos de amor y todo eso, también de aquello. La Historia del mundo. La reproducción humana. Ellas y ellos. Haciendo patria. Levantando país.
La Historia de un pueblo pequeño es la del universo entero, la danza de la muerte, la reina de la fiesta, la que desde su atalaya lo contempla todo con su nada fina ironía, más bien una fría implacable sorna.
Observar es morirse, para fijarse hay que estar muerto en vida, los más vivos son los animales, aquellos seres que no tienen conciencia, capacidad de desdoblarse, para salir y verse desde fuera, viven el instante (infinito/redundante/enfermo/efímero). Humano es lo contrario. Parajoda.
Es una película, por todo ello, mucho, que habla de la desaparición, del arte como forma de extinción, una obra sobre la verdad, aquella que solo se puede encontrar desde el otro lado, cuando ya no hace falta, no nos sirve. Es una reflexión contrita espeluznante sobre la nada, la farsa, las falsas apariencias, la inutilidad de todo, es una broma macabra, un chiste feo, fiero, terrible. Se pitorrea la parca, de todos nosotros. ¿Lo merecemos?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tanta tumba. Muere hasta el apuntador.
No somos nada.
Es John Ford y Pedro Páramo, El corazón del ángel, El sexto sentido, Ghost, La noche de los muertos vivientes, El fantasma y la señora Muir, Otra vuelta de tuerca...
Astracanada cursi truculenta donde lo naíf y el napalm se dan la mano.
Viene a decir que tras los más cuuuuuuuute o bucólico de aspecto inocente, se agazapa el espanto, nadie está a salvo, la vida como un mecanismo siniestro, juguete roto, un horror (increíblemente aburrido, come caga duerme despierta come) que además, el colmo, (siempre) se acaba.
Es Fargo y Forrest Gump o el intento desesperado, muy fracasado, a través de la lobotomía, de lograr la salvación. Con la estupidez no engañas nadie, mal atajo, de mal pagador truco, se las sabe todas la de la guadaña, no te vale. Con hacer vuelo rasante no es suficiente, perfil bajo, da igual el modo, al hoyo.
Nunca pasa nada, uno salen de plano y otros entran escena, se turnan, previsible irremediablemente hasta el game over.
La historia esta la cuenta, obviamente, sí, ella, la misma, la santa, la eterna, la muerte.
Por eso está bien, vale la pena.
No somos nada.
Es John Ford y Pedro Páramo, El corazón del ángel, El sexto sentido, Ghost, La noche de los muertos vivientes, El fantasma y la señora Muir, Otra vuelta de tuerca...
Astracanada cursi truculenta donde lo naíf y el napalm se dan la mano.
Viene a decir que tras los más cuuuuuuuute o bucólico de aspecto inocente, se agazapa el espanto, nadie está a salvo, la vida como un mecanismo siniestro, juguete roto, un horror (increíblemente aburrido, come caga duerme despierta come) que además, el colmo, (siempre) se acaba.
Es Fargo y Forrest Gump o el intento desesperado, muy fracasado, a través de la lobotomía, de lograr la salvación. Con la estupidez no engañas nadie, mal atajo, de mal pagador truco, se las sabe todas la de la guadaña, no te vale. Con hacer vuelo rasante no es suficiente, perfil bajo, da igual el modo, al hoyo.
Nunca pasa nada, uno salen de plano y otros entran escena, se turnan, previsible irremediablemente hasta el game over.
La historia esta la cuenta, obviamente, sí, ella, la misma, la santa, la eterna, la muerte.
Por eso está bien, vale la pena.