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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Drama. Comedia Jean dejó a su familia y a su Borgoña natal hace diez años. Al enterarse de la inminente muerte de su padre, regresa a la tierra de su infancia. Él se reencuentra con su hermana, Juliette, y con su hermano, Jérémie. Su padre murió justo antes del inicio de la cosecha. En el espacio de un año, al compás de las cuatro estaciones, los tres jóvenes se recuperarán y reinventarán su fraternidad, floreciendo y madurando junto con el vino que producen. (FILMAFFINITY) [+]
8 de noviembre de 2017
1 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atención, amigos. Parece que hay un problema. Me informan que a nuestro crítico de turno se le ha mojado un zapato, el dedo gordo del pie, el agua ha penetrado el grueso y dichoso calcetín y esta humedad ha llegado a la piel, qué faena fea que peligra la cena.
¿Qué hacemos con él? ¿Qué opináis? ¿Le mandamos a casa y que venga otro ya que seguro que le nubla el juicio el agua que corre loca por su cuerpo o más bien somos más prudentes, apechugamos con él y esperamos a que transcurran los acontecimientos, ya se andará?
Qué mala suerte hemos tenido con este crítico, tan pobre como una rata almizclera que no tiene ni para zapatos impermeables, rácano que se gasta los (cuatro) cuartos en otros vicios nefandos, putas, muchas, a todas horas, por hordas, o tan perezoso y desastroso y zarrapastroso que no toma la precaución de ir bien abrigado como debiera, cerrado a cal y canto.
¿Y si se nos constipa? ¿Y si le tenemos que dar la baja? ¿Y si se ha hecho una herida con el roce, se le pudre la pupa, esta se gangrena y hay que amputarle la pierna en un repente dios no lo quiera? ¿Un crítico cojo daría mala imagen en la empresa, en las fiestas de la alta eximia sociedad, tratando con los productores, actores y directores en la ansiada búsqueda de la entera absoluta inmarcesible imparcialidad? ¿Con un ciego en la Organización no es ya suficiente, no basta, no sería exceder el cupo de incapaces los pobres impedidos un gran inconveniente? ¿Y el sordo? ¿Y el mudo? ¿Y qué me pasará a mí, que soy el que hago los informes, cuando la Organización los lea? ¿Y si no los puedo hacer porque no los hay, ya que ese crítico sin nombre al final murió de lepra o tal vez de tifus y pena en esa deriva enferma? ¿Me echarán del trabajo, ya no seré más redactor de informes críticos ni para la NASA por compasión siquiera? ¿Y mis esperanzas familiares y expectativas laborales tan altas que casi el cielo rozan, arriman el alma?
Qué desgracia más grande la mía tengo yo sin merecerlo ni un poco, absurdo, sin comerlo ni beberlo, sin parte ni culpa ninguna, con este crítico.
Le observo y parece que no se queja. Está en silencio y aparenta concentración. Tocaré madera y rezaré todo lo que sé o sepa para que él pueda acabar haciendo su labor o tarea y yo la mía. Quid pro quo.
Todos necesitamos trabajar para ganarnos el pan. Así está escrito desde siempre. Por los siglos de los siglos. Amén. Es nuestro destino. Desde la Biblia por lo menos hasta ahora mismo no se ha encontrado otra mejor solución o remedio a nuestra lamentable condición, sangre sudor y lágrimas.
Estoy tan nervioso y preocupado por esta imprevista situación que escribo y así me desahogo. Es más, voy a aprovechar para decir por fin todo lo que siempre quise decir y no me atreví de una vez por todas.
Este crítico nunca me gustó. Ni un pelo. Desde el principio arrugué el ceño, nada más presentármelo. Ni hablar de cuando tuve que leer su primer escrito por llamarlo de alguna buena manera, no hacer del árbol caído más leña, muero el perro se acabó la rabia. Qué ínfulas. Cuánta ignorancia y pretenciosidad juntas. Qué estilo desalmado y desmañado, cuánta sobreabundancia adjetiva sin venir a qué. Tantas vueltas y digresiones para nada. Dios, qué sufrimiento será para su linaje. Y qué me decís de su forma engurruñada, todo junto y apretado, sin un relajo ni espacio, ni aparte un puto punto por si acaso. Y de su actitud antisocial, de su egoísmo sin huellas apenas y su continuo yoísmo y autismo a espuertas. En fin, que si es por mí ya lo hubiera despedido desde el mismo principio. De hecho, un día así lo dije harto de vino (y no me hicieron caso y ahora con muchas creces grandes como acres ocres lo estamos de veras pagando). Fui a la sede central de la Organización, con más miedo que vergüenza, lo confieso, y dije que estaba hasta el coño, que no podía más con el crítico que me habían asignado, que era él o yo, hasta ahí podíamos llegar. Estupefacto me quedé con lo que me contaron. Sin voz anduve varios días. Epatado. Espantado. Espantajo. Hepático. Hierático. Con conjuntivitis. Que no le podían echar. Imposible. ¿Enchufado?, pregunté exaltado. (Estaba claro, si no de qué iba a estar escribiendo todo el santo día para no aportar nada de provecho, ningún salero). No, peor, me contestaron. El pobre no sirve para nada, es el primo del amigo de la novia de la madre del alcalde de la república del país... que nadie aguanta y, al parecer, tiene la ilusión, se cree el desgraciado, que es escritor. Jajajaja Por eso le dejan. Era esto o el frenopático. En verdad es una labor social, pura caridad. Pero claro, el pringado lo hace gratis. ¿Qué? ¿Que no cobra? Nada, ni un céntimo. Por amor al arte. Jajajaja. (Me parto, me dio un terrible ataque de risa y me disloqué la mandíbula. Todavía me duele cuando mastico o me crujen los dientes) Ahora lo entiendo todo. Qué desdichado. Ahora, además de parecerme un pelmazo de impresión y horror, también me da pena, lástima, hasta una profunda conmiseración siento por él.
Esperad, que se ha encendido la lucecita roja y me informan que sí, que el capullo ya ha escrito otra crítica. Veremos.
Recemos.
Sufriremos.
Venceremos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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