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Voto de Ferdydurke:
3
6,7
20.557
Intriga. Drama. Thriller
Un prestigioso abogado (Harrison Ford) de la oficina del fiscal del distrito es acusado de la violación y muerte de una colega (Greta Scacchi) con la que mantuvo una tórrida relación extramatrimonial. A pesar de que se declara inocente, parece que todas las pruebas evidencian su culpabilidad. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2020
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una rubia auténtica. Los sobornados. Tesis. Tigre. El vasco. El diafragma. Sois unos destructores. Salvados. Sobrevenido. Yo maté a Kennedy. Los pelos de la burra.
Se caga en todo (aquí no hay cuotas, minorías, colectivos, agravios milenarios, asiáticos, latinos, Raul Julia ni hostias en vinagre; todos son corruptos, sinvergüenzas e ineptos, sobornados, borrachos y ninfómanos, idiotas y muy débiles), en todas las razas, sexos, géneros, oficios, condiciones, actividades, categorías, cargos y modos, los negros, las mujeres, los abogados, los jueces, la familia, las leyes, los esposos, las madres, los jefes, los políticos, los forenses y hasta los niños son malos (ese chaval que apunta tan malas maneras, que copia en clase, lleva chuletas y hace trampas en los exámenes, normal, por otra parte, con semejantes padres), y así hasta el infinito.
Se acostaba con los procuradores y los conserjes, con los fiscales y los defensores, con los profesores y los superiores, con los conocidos y los desconocidos, los gordos y los flacos, se acostaba hasta con la muerte en persona si algo pintaba y tenía futuro y no tenía problema con nada esa zorra rubia tan malvada y arribista y pistonuda.
La película es juerga negra, cosa fina, de apariencia banal, tópica e incluso sentimental, parque de atracciones superficial, y de fondo oscuro, terrible, de odio a la humanidad entera, cada iniciativa queda retratada en su culpa y miseria.
Malsana, fullera, fallera, tramposa, convencional, lo mismo de siempre, la misma materia prima morbosa y grandilocuente, pero peor, más exagerada y más terrorífica todavía, y, por eso también, mejor, más divertida y delirante si cabe.
Pakula rueda con eficacia y fuerza clásica, con rotundidad explicativa, aclaradora.
Ford es muy mal actor, pero aquí tiene algún buen momento y hasta nos llora.
El resto, la fotografía, el guion y demás complementos están bien predispuestos.
Es el cine de juicios de toda la vida con intriga, asesinatos, sorpresas y requiebros, giros, socavones y misterios, y mucha jodienda, por supuesto.
Se pasa bien, pero es una grotesca historia muy inflada y ridícula.
Se caga en todo (aquí no hay cuotas, minorías, colectivos, agravios milenarios, asiáticos, latinos, Raul Julia ni hostias en vinagre; todos son corruptos, sinvergüenzas e ineptos, sobornados, borrachos y ninfómanos, idiotas y muy débiles), en todas las razas, sexos, géneros, oficios, condiciones, actividades, categorías, cargos y modos, los negros, las mujeres, los abogados, los jueces, la familia, las leyes, los esposos, las madres, los jefes, los políticos, los forenses y hasta los niños son malos (ese chaval que apunta tan malas maneras, que copia en clase, lleva chuletas y hace trampas en los exámenes, normal, por otra parte, con semejantes padres), y así hasta el infinito.
Se acostaba con los procuradores y los conserjes, con los fiscales y los defensores, con los profesores y los superiores, con los conocidos y los desconocidos, los gordos y los flacos, se acostaba hasta con la muerte en persona si algo pintaba y tenía futuro y no tenía problema con nada esa zorra rubia tan malvada y arribista y pistonuda.
La película es juerga negra, cosa fina, de apariencia banal, tópica e incluso sentimental, parque de atracciones superficial, y de fondo oscuro, terrible, de odio a la humanidad entera, cada iniciativa queda retratada en su culpa y miseria.
Malsana, fullera, fallera, tramposa, convencional, lo mismo de siempre, la misma materia prima morbosa y grandilocuente, pero peor, más exagerada y más terrorífica todavía, y, por eso también, mejor, más divertida y delirante si cabe.
Pakula rueda con eficacia y fuerza clásica, con rotundidad explicativa, aclaradora.
Ford es muy mal actor, pero aquí tiene algún buen momento y hasta nos llora.
El resto, la fotografía, el guion y demás complementos están bien predispuestos.
Es el cine de juicios de toda la vida con intriga, asesinatos, sorpresas y requiebros, giros, socavones y misterios, y mucha jodienda, por supuesto.
Se pasa bien, pero es una grotesca historia muy inflada y ridícula.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Era la amante esposa hasta que se le hincharon los ovarios, comprensiva, generosa y lista, hacía la colada, la comida, las camas, la cocina, planchaba, fregaba, esperaba, todo ese horror cada día le acompañaba como un fantasma a sus espaldas en la soledad de ama de casa, frustrada, carcomida, ofendida, deprimida, pero todo tiene un límite y al final llegó el final.
Y en ese final quiso que el marido se enterara de todo (por cierto, me convencieron mucho, y gustado bastante, sus ricas explicaciones criminales, todos los lógicos movimientos asesinos tan verosímiles y entretenidos, todo ese andamiaje relleno de inyecciones seminales, vasos, vinos y demás utilería indispensable en estos casos un tanto complicados y algo desagradables pero igualmente necesarios para que la vida siga su curso a pesar de todo) para tenerlo de rehén para siempre jamás, temeroso de volvérsela a jugar a la dueña de la caja de las herramientas.
Mucho me tema, por lo visto e intuido, que en un futuro nada lejano la asesina confesa e impune de esta hermosa película le cogerá el gusto a eso del matarile, dejará la universidad definitivamente, la casa, a Harrison y a su hijo y se irá con los Marines a sembrar la paz por el mundo e implantar la santa democracia allá por donde pase.
Consejo postrero: es mucho mejor no de tanto follar ya que una de dos, o te matan o te mueres y se acaba lo del grato y alzado gozar.
Y en ese final quiso que el marido se enterara de todo (por cierto, me convencieron mucho, y gustado bastante, sus ricas explicaciones criminales, todos los lógicos movimientos asesinos tan verosímiles y entretenidos, todo ese andamiaje relleno de inyecciones seminales, vasos, vinos y demás utilería indispensable en estos casos un tanto complicados y algo desagradables pero igualmente necesarios para que la vida siga su curso a pesar de todo) para tenerlo de rehén para siempre jamás, temeroso de volvérsela a jugar a la dueña de la caja de las herramientas.
Mucho me tema, por lo visto e intuido, que en un futuro nada lejano la asesina confesa e impune de esta hermosa película le cogerá el gusto a eso del matarile, dejará la universidad definitivamente, la casa, a Harrison y a su hijo y se irá con los Marines a sembrar la paz por el mundo e implantar la santa democracia allá por donde pase.
Consejo postrero: es mucho mejor no de tanto follar ya que una de dos, o te matan o te mueres y se acaba lo del grato y alzado gozar.