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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
4
Drama Leonor (Anna Castillo) quiere marcharse de casa, pero no se atreve a decírselo a su madre. Estrella (Lola Dueñas) no quiere que se vaya, pero tampoco es capaz de retenerla a su lado. Madre e hija tendrán que afrontar esa nueva etapa de la vida en la que su mundo en común se tambalea. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jamón, jamón.
Cuando le quitas a algo todo, te queda nada o (muy) poco.
Minimalismo en off, fuera de campo y de juego, nada subrayado y todo sugerido, nada importante y todo delicado, ninguna acción o comentario de rompe y rasga y sí mucho silencio engrudo impuro, de acuerdo, eso cuenta o hace y gusta es cierto en cuanto a prestigio y reconocimiento, palmada en la espalda, buena muchacha, a mí el primero, obvio, raigambre, solera, reputación (crítica), apuntarse un tanto, (hacer) una muesca (en tu revólver bañado en oro), quedar (las espadas en todo lo) alto como Dios, pero hacerlo bien, eso es otra cosa, ese es el verdadero problema, que resulta, como es el caso la mayor parte del tiempo, a fuerza de querer ser (parecer/aparentar) natural, real o auténtico, impostado, artificioso, ensayado, exagerado, ortopédico, el intento, antinatural esa mudez soterradamente histérica, antihumana esa soledad turbia embarazosa escuchimizada embarrada, ajeno o extranjero ese tono lúgubre y espeso suavemente ominoso, la negación de la palabra y el diálogo y la risa y la vida y el ruido y la furia más que como cuento de brujas buenas en pleno akelarre bajo la almohada, (todo) eso, ese es su (posible) real interés, a la contra o involuntariamente, que cada vez somos más (¿y queremos ser más así, por imitación, con la esperanza no tan vana de que nos lancen el cacahuete?) así, más gringos o noruegos, más de Minnesota, Oslo o Rekiavik, escandinavos, protestantes norteamericanos desnortados (pero con mucho menos dinero y la más mínima influencia o capacidad de decisión, las migas o las sobras), y mucho menos de Murcia o Santander, cada vez menos ateos católicos apostólicos romanos mediterráneos comunitarios jaleos berlanguianos, bulliciosos, chismosos y todos a una como Fuenteovejuna, preferimos ser las parodias de los reflejos de los ecos de los que copiamos a los que nos mandan lo que decimos y lo que hacemos, lo que hay que ser ahora, buenos esclavos, obedientes chicos, yermos, cagados de miedos, Solas, silenciosos, pesarosos, deprimidos, anestesiados, lobotomizados, sodomizados, drogados, aislados, enclaustrados, repetitivos, ignorantes, aburridos, ignorantes, muertos, ¡salimos ganado, lo uno por lo otro?
Se desliza (deambula como un sonámbulo narcotizado por un infierno en sordina, pesadilla de tranquilizante, bromuro hasta en el alma) tenuemente como una llama que se apaga en un terreno o suelo resbaladizo, viscoso, que a veces a punta o acierta, de tanto que, desesperadamente, lo intenta, con algún detalle sutil inteligente, pero que la mayor parte del tiempo es (acarrea/depara) solo racanería estética (puritanismo formal abstinente penitente, tormento y flagelo, las brujas de salem), anemia, asepsia, copia (certificada).
Quiere ser pequeña y, a la vez, trascendente, una nadería que descubra o ilumine alumbre un mundo privado y la cosa no da para tanto, como para de lo íntimo congelado catátonico hibernado hacer una oda o un canto a/de algo, por mucho que le pongas tiento, cuidado o artesanía orfebrería no dejan de ser las trivialidades banales anodinas de dos personas muertas en vida contadas o tratadas con el empaque y la intención tal vez Bergmaniana (Béla Tarr, Fernando Franco, Haneke) si cuela o suena la flauta, la lotería toca, el gordo y la gorda tanto se montan mutuamente, arriba y abajo, suerte, de tal modo que en en lugar de ensalzarlas o reivindicarlas (a tus titilantes anoréxicas asustadizas temblorosas criaturitas de duda y espanto preñadas), las aplastas o anulas con una apuesta formal tan radical (teniendo en cuenta el contexto y el lugar) y poco adecuada para lo que serían en verdad ellas si las dejaras volar libres y les quitaras todo el peso (tanta capa de cebolla austera pretenciosa infecciosa, o de serpiente de piel muda) inane de tu impronta o autoría rampante que las carga, si no las sacrificaras calculada malamente en el altar de tu cine, sin no las cambiaras o vendieras por el aplauso de los que cuentan o trafican con este tan maltratado y envilecido arte, si te olvidaras por un momento de hacer carrera y más de quererlas.
No está mal, pero está muy lejos de estar bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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