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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
8
Drama A partir de la representación de una pieza religiosa en un teatro de la ciudad de Macon, donde hay una especie de epidemia de esterilidad, durante 1650, una joven explota a su hermano pequeño a través de las donaciones que recibe. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exuberancia barroca en la que cabe el universo entero.
La forma es una obra de teatro con música, eso dicen, una especie de ópera hablada o suma de cuadros en movimiento o representación abigarrada de la corte de los milagros (entre futurista, alucinada y, más o menos, veraz históricamente; como un repaso a la historia del arte durante un tiempo reconcentrado, pura esencia destilada).
El motivo es la alusión a la simbología cristiana, su reinterpretación irónica, sarcástica, lo mismo que exaltadora y libérrima. El nacimiento milagroso del elegido, el que acabará con la sequía y la enfermedad, el portador de la buena nueva.
El lugar es Macon, Francia. La época es el siglo XVII.
El tema es la lucha por el poder entre la Iglesia, el príncipe Médici y la usurpadora autoproclamada virgen y madre del mesías. Juegos palaciegos e intrigas religiosas a través de las que se explota al niño (una continua mercadería y delirante subasta) y se sacrifica a la madre (a las dos).
El tono es como el de una tragedia shakespereana dentro de un cuadro flamenco y con música de Purcell o Monteverdi.
La forma cinematográfica es rica y variada, pero predomina el plano secuencia, el travelling suave y constante y el plano medio fijo.
Los colores también son diversos y fundamentales; con el rojo dominante que da la fuerza de la sangre y el poder, del asesinato y el boato, y que contrasta con el blanco de la pureza y la virginidad, con el negro de la muerte y la desgracia, el dorado del dinero y la luz y el azul fantasmagórico y pesadillesco.
De fondo, se juega con la eterna historia de amor fatal entre el hijo "científico" del obispo y la trapacera virgen madre, que también supone el enfrentamiento entre la superstición pagana y el orden corrupto eclesial.
Como idea recurrente, se habla del mundo como representación y farsa, bufonada y máscara. La película es un proceso de sublimación y distanciamiento irónico de la ilusión de realidad. Un ejercicio deslumbrante de escatología, en su doble acepción, tanto la de la finalidad religiosa como la puramente residual o fluvial.
La mirada de Greenaway ocupa todo el arco, desde la máxima exaltación de la belleza a la concreción sórdida del cuerpo o la abyección moral más depravada. Juega con ideas y símbolos y desprecia el psicologismo y el realismo naturalistas. Es un creador total, abrumador, sorprendente, riquísimo, apabullante.
Un escándalo de hermosura y humor esquinado. Una orgía de violencia y lirismo. Un retablo de las maravillas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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