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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
3
Comedia. Thriller Isabel se debate entre la necesidad de sentirse valorada como actriz, sus inseguridades, su temor a envejecer, su coquetería y sus contradicciones. Una noche, es la anfitriona de una cena muy especial: su marido Ángel, que es guionista, y Susana, la exmujer de Ángel, y directora de cine, quieren convencer al actor argentino Diego Peretti para que protagonice una película. Pero en un momento dado ocurre algo inesperado que sorprende a ... [+]
5 de febrero de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los brincos o El amanecer de los muertos o El ángel exterminador.
Parte de un error muy gordo, de una premisa imposible increíble, no hay actriz en el mundo tan tonta, desnortada o depravada degenerada como para casarse (o acostarse, salvo tal vez la encantadora Heather Graham en Bowfinger y aquí la siempre tan atractiva Belén Rueda) con el escritor y no con el director o directora (vale mucho más la pena que el pene, lesbiana, se lleva, está de moda, ya era hora o tocaba, que lo tiran, dos por una), o el productor (si eres lista o más trepa o tienes más si cabe tragaderas) si quieres llegar antes a la ansiada línea (recta) de meta, eso lo enseñan en primero de carrera, en las mejores academias, en las entrañas o entretelas, ríete tú de Cristina Rota y toda la tropa, a sabiendas, lo de asesinar a quien haga falta por supuesto que también, showgirls, pero eso se da por descontado, va en el cargo u oficio.
A partir de ahí, ya nada se sostiene ni es mínimamente creíble y/o comprensible e instructivo si una misma, por ejemplo, por lo que sea o fuera, quiere abrirse camino en esas procelosas aguas infestadas de pirañas, tiburones, morsas, leones marinos, anguilas, de tarados, gilipollas, descerebradas y majaderos, de seres sin moral, criterio o escrúpulo ninguno, con la personalidad hecha fosfatina y el alma tan desnuda, o, simplemente, si uno quiere entretenerse algo un rato, un poco, si acaso.
Los diez negritos de Agatha Christie si esta hubiera nacido en España, pobre, y se hubiera hecho guionista, las desgracias nunca vienen solas, o directora incluso de cine, todo mal, es lo que toca, la cuota, a la fuerza ahorcan.
El tiempo de los monstruos de Sabroso en peores condiciones, con menos mala leche e ingenio si cabe.
Perfectos desconocidos sin Álex de la Iglesia ni nada, no arrienda la ganancia ni tampoco la vagancia, pierde la guerra por goleada.
Seis personajes en busca de autor y ahí siguen, buscando, hurga, el territorio del amor.
Es una tontería profundamente aburrida porque sus propias reglas las sabotea a cada poco y porque sus giros de guion empeoran cada vez más las posibles alegrías o gracias o sentido (cómico) de la historia, los cuales además sorprenden al principio o el primero y después el pito del sereno, se ven venir a kilómetros, se antojan absurdos caprichos sin ninguna relación real con lo que se está contando y demuestran, por otro lado, sal en la herida, que está todo manga por hombro y no como forma de caos liberador o luminoso, no, sino que como chapuza cósmica o limitación o despropósito, dejación de funciones, no hay nadie al volante, mejor abandonarse a lo fácil o tonto cuando la comedia necesita, más que nadie o nada, mano de hierro, rigor científico milimétrico, mimo, decoro, cáculo.
Eduard Fernández es Buenafuente gordo y subiendo.
Belén Rueda cumple cuarenta y cincuenta a la vez, ubicua, multiversa, milgrosa, diez años no son nada, un mito, las sienes plateadas.
Patricia Montero es más tópica todavía sin peluca, la bailarina calva, que con ella, tetas, más tetas.
María Pujalte se salva, algo.
Fele pelele.
Y Peretti pobre, nacer en Argentina y (para) acabar haciendo cine en España, de mal en peor, la raza degenera y el alma se espachurra, la ley de Murphy, pesadillesco, qué pecado cometí al haber, ese desagradable triste inconveniente, nacido, Dios mío, quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza, dimito, tranquilos, me caso con Mari Jose.
Es mala pero hay que reconocer que ciertos segundos, nunca llegan al minuto, llenan la película de pequeños diminutos del calvario alivios, ya sean frases (ahí voy), expresiones (Pujalte REC) faciales, leves ocurrencias menudencias o algunos tal vez ingenios que te salvan de la quema (a lo bonzo, dame más gasolina) definitiva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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