Esta primera película de David Lean me enganchó desde el principio. Describe en unos pocos planos de forma resuelta el proceso de construcción de un barco. A partir de ahí cuenta las relaciones de los marinos con sus familias, con sus desconsoladas esposas, la entrada en la guerra contra los alemanes. Todo esto lo resuelve mediante flashbacks que enlazan la historia principal. En plena Segunda Guerra Mundial los ingleses se lanzaron a hacer esta película, estando la contienda todavía sin resolver, en pleno año 42. Quizá por eso, la película sea propagandística y se nota la intención motivadora de un país que estaba siendo literalmente hundido en los mares por los submarinos alemanes. No en vano, la realización de David Lean ya apuntaba maneras y se nota su ya característico estilo en algunas secuencias, como en la de la fotografía de la familia, en la que el plano arranca desde la composición aberrante del grupo reflejado en la lente de la cámara del fotógrafo. Excelentes también los actores y la música, firmada por el guionista y co-director Noël Coward, que puso corazón y alma en este proyecto.