Forjando al tipo duro. Madurando al Bogart más icónico. Elevando al bandido a estatus de galán.

El pasado arrastra mochilas de misticismo. Reverencias de nuevas generaciones que forjan caminos sin carisma. Desechando amores que idolatran y buscando refugio en faldas de simpleza bondadosa.

El destino desemboca sin excusas en el esperado mar de la tragedia. Sin mascotas maldecidas que ladren por un futuro de retiro eterno.

Cuando la espera es maravillosa, el clímax espera sin problemas. Y es que el interés asciende por sinuosas carreteras tocando cimas que reclaman su lugar.

Personajes construidos con esmero que tropiezan con esbozos que huyen de las tramas sin interes. Enmarcados en un blanco y negro que te acerca a ellos y los camufla con la luz. Jugando con montajes efectivos y provocando la ilusión de un niño entretenido.