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Voto de RandolphCarter:
6
5,0
4.065
Terror
La película retoma desde donde finalizó Halloween 2007 y un año luego de los acontecimientos. En Halloween 2, Zombie explica como Laurie trata de superar y olvidar lo que sucedió el año anterior, como el Dr. Loomis capitaliza esos eventos en un libro biográfico de orden cronológico y de como Michael Myers continúa en la búsqueda de Laurie Strode, tratando de reunir a su familia. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2010
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva ida de olla del amigo Rob Zombie, polifacético y multidisciplinar maestro de lo macabro, que en esta ocasión se embarca en una secuela desquiciada, salvajemente libre y nada complaciente de su "Halloween" de 2007. Se trata de una nueva vuelta de tuerca a los personajes supervivientes de su predecesora: Laurie es una maniaco-depresiva al borde del colapso psicológico, Loomis se ha tornado en el ambicioso escritor de un sórdido bestseller en el que desgrana las atrocidades cometidas por Michael Myers y este último merodea inexorablemente como un sanguinario vagabundo en pos de su hermana, dejando a todo prójimo con el que se topa como un ristra de morcillas malagueñas, acuciado por las visiones de su madre y de un caballo blanco (sic). Este representa nomeacuerdoqué símbolo derivativamente pseudofreudiano (Por cierto Rob, citar a Freud en psicología está más obsoleto que usar un ábaco en matemáticas), pero que tampoco es fundamental, vaya.
La cuestión es que las virtudes del film devienen a la vez sus defectos. Por una parte, es de alabar la frescura y saber hacer de Zombie como realizador, en lo que se demuestra ya un valor consolidado; con pulso firme maneja el tempo narrativo y los recursos de la cámara extraordinariamente bien, mención aparte del uso de su estupenda banda sonora. Lo malo es que tamaña calidad como director es inversamente proporcional a su calidad como guionista, ya que bascula la trama con la indecisión de querer abarcar demasiado al pretender profundizar en sus tres planos y unidimensionales personajes-eje principales (Myers, Laurie y Loomis), restando efectividad al conjunto matarifeño. No tengo nada en contra de querer desarrollar personajes en un slasher más allá de los consabidos gritos polifónicos, pero sólo si éstos resultan interesantes y/o nos conducen a resoluciones inesperadas. Aquí no lo son en absoluto y la historia se muestra harto predecible.
Empieza muy bien, con unos primeros minutos que nos ofrecen un Rob Zombie de lo más rumboso (atención a las teles donde salen The Moody Blues cantando "Nights in White Satin" acompañando a la acción), pero pasado el estupendo inicio, la narración se pierde en los derroteros menos afortunados y más discutibles de la carrera del director. Secuencias para la memoria tiene, lo que pasa es que son tantas como las secuencias para el olvido, ofreciendo un despiporre irregular, que cojea sobretodo en su precipitada resolución.
(Sigue en spoiler sin revelar nada)
La cuestión es que las virtudes del film devienen a la vez sus defectos. Por una parte, es de alabar la frescura y saber hacer de Zombie como realizador, en lo que se demuestra ya un valor consolidado; con pulso firme maneja el tempo narrativo y los recursos de la cámara extraordinariamente bien, mención aparte del uso de su estupenda banda sonora. Lo malo es que tamaña calidad como director es inversamente proporcional a su calidad como guionista, ya que bascula la trama con la indecisión de querer abarcar demasiado al pretender profundizar en sus tres planos y unidimensionales personajes-eje principales (Myers, Laurie y Loomis), restando efectividad al conjunto matarifeño. No tengo nada en contra de querer desarrollar personajes en un slasher más allá de los consabidos gritos polifónicos, pero sólo si éstos resultan interesantes y/o nos conducen a resoluciones inesperadas. Aquí no lo son en absoluto y la historia se muestra harto predecible.
Empieza muy bien, con unos primeros minutos que nos ofrecen un Rob Zombie de lo más rumboso (atención a las teles donde salen The Moody Blues cantando "Nights in White Satin" acompañando a la acción), pero pasado el estupendo inicio, la narración se pierde en los derroteros menos afortunados y más discutibles de la carrera del director. Secuencias para la memoria tiene, lo que pasa es que son tantas como las secuencias para el olvido, ofreciendo un despiporre irregular, que cojea sobretodo en su precipitada resolución.
(Sigue en spoiler sin revelar nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se nota que el realizador ha tenido toda la libertad por parte de los productores, condición sine qua non para que volviera a las riendas de la saga, y eso se palpa en que esta secuela posee un tono mucho más cercano a experimentos como “La casa de los mil cadáveres” o “Los renegados del diablo”, que a la propia “Halloween”. Pero flaco favor ha hecho a las rastreras arcas de los hermanos Weinstein, aviesos practicantes del usufructo y la usura rampante, ya que pinchó irremisiblemente en las taquillas americanas, por no mencionar que por estos lares, ya ni asomarse. En definitiva, una nueva pieza de horror de autor, inclasificable, bizarra e irregular, pero apreciablemente valiente y singular en el anodino panorama del actual cine de terror norteamericano, que amplía aún más si cabe el espeluznante fresco de la white trash sureña que puebla todos y cada uno de sus films.
Ahora sí, SPOILER:
El plano final de Laurie (espléndida Scout Taylor-Compton) en el psiquiátrico recuerda sobremanera a la famosa secuencia de “La naranja mecánica” que recorría el bar Moloko hasta la cara de Malcolm McDowell, también homenajeado por Zombie en su videoclip “Never Gonna Stop (The Red Red Kroovy)”.
Ahora sí, SPOILER:
El plano final de Laurie (espléndida Scout Taylor-Compton) en el psiquiátrico recuerda sobremanera a la famosa secuencia de “La naranja mecánica” que recorría el bar Moloko hasta la cara de Malcolm McDowell, también homenajeado por Zombie en su videoclip “Never Gonna Stop (The Red Red Kroovy)”.