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Estados Unidos Estados Unidos · Bon Temps (Louisiana)
Voto de RandolphCarter:
9
Terror. Drama Los Woodhouse, un matrimonio neoyorquino, se mudan a un edificio situado frente a Central Park, sobre el cual, según un amigo, pesa una maldición. Una vez instalados, se hacen amigos de Minnie y Roman Castevet, unos vecinos que los colman de atenciones. Ante la perspectiva de un buen futuro, los Woodhouse deciden tener un hijo; pero, cuando Rosemary se queda embarazada, lo único que recuerda es haber hecho el amor con una extraña ... [+]
10 de junio de 2010
38 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente film de Roman Polanski que debería ser un tratado de cómo disponer una intriga hacia un clímax espeluznante. Mediante la paulatina revelación de los hechos, con una escrupulosa y elegante puesta en escena, el director nos atrapa desde el principio hasta su sobrecogedor final sin necesidad de estridencias ni espectacularidades, sino con el buen oficio de un genio del suspense. La cinta se sostiene también gracias a un portentoso plantel de actores (John Cassavetes, Ralph Bellamy, Ruth Gordon, etc.) y ante todo, sobre la impresionante caracterización de Mia Farrow, en una espléndida actuación que ha pasado a los anales del cine de terror psicológico.

La parejita ¿ideal? se dispone a alquilar un piso en Nueva York. Él es un actor de segunda fila al que el éxito se niega a llamar a a su puerta, y ella, ama de casa que espera quedarse encinta. Desde el momento en que toman posesión del apartamento, una serie de sucesos aparentemente inconexos se irán encadenando en un diabólico plan cuyo fin trascenderá la mayor de las perversidades…

Creo que no se revela nada al comentar que desde que Rosemary tiene “el sueño”, queda claro por dónde van a ir los tiros. La construcción de los mecanismos del suspense no está tanto sobre la sorpresa, sino que se edifica sobre la información que nosotros poseemos y ella no, ya que no recuerda la pesadilla, provocando que al ir dos pasos por delante de la protagonista, nos angustie irremisiblemente su imparable descenso a los infiernos.

Como decía Hitchcock, ni más ni menos: Pon a dos personas hablando en una mesa. De repente les estalla una bomba y mueren. Lo que consigues es sorprender al espectador. Ahora bien, enfoca a dos personas hablando en una mesa. Enseña una bomba en cuenta atrás oculta bajo ella. Vuelve a filmarlos hablando. Muestra la cuenta atrás hacia la explosión mientras parece que ninguno de ellos se da cuenta… eso es tensión. Polanski lo sabe y domina ese arte, orquestando una sinfonía paranoica y conspiratoria con mano maestra.

Por último sólo cabe resaltar su impresionante tramo final, en el que culmina todo perfectamente ante la atónita mirada del espectador. Ahí radica la grandeza del buen terror sugerido por encima del explícito: la espeluznante expresión de Mia Farrow cuando descubre “eso” deja mayor impronta en nuestra imaginación que cualquier efecto especial en nuestra retina. ¡Ah!, casi se me olvida advertiros que, si vais a verla por primera vez…

¡Que Dios os coja confesados!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RandolphCarter
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