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Estados Unidos Estados Unidos · Bon Temps (Louisiana)
Voto de RandolphCarter:
10
Intriga. Drama Leonard Vole (Tyrone Power), un hombre joven y atractivo, es acusado del asesinato de la señora French, una rica anciana con quien mantenía una relacion de carácter amistoso. El presunto móvil del crimen era la posibilidad de heredar los bienes de la difunta. A pesar de que las pruebas en su contra son demoledoras, Sir Wilfrid Roberts (Charles Laughton), un prestigioso abogado criminalista londinense, se hace cargo de su defensa. (FILMAFFINITY) [+]
4 de octubre de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada uno tiene sus aficiones. La de Sir Wilfrid Roberts (Charles Laughton) es la emoción del tribunal, el defender lo indefendible con su gran talento como abogado; pero tanta pasión y ciertas costumbres poco saludables, tienen su precio. El imbatible letrado vuelve al hogar tras padecer un infarto, teniendo que aguantar los cuidados de su insoportable enfermera, que le priva de lo bueno de la vida: el coñac, los puros y los casos de homicidio.

Tras recibir la visita de Leonard Vole (Tyrone Power), sospechoso de asesinar a una señora con la que se veía asiduamente para cobrar su herencia, se siente fascinado y vigorizado por el caso, por lo que desoye cualquier prescripción facultativa para recuperar todos sus viejos hábitos. Tras someterle a su particular prueba del monóculo, Wilfrid cree al acusado y acepta representarle, pero la intervención de la enigmática esposa (Marlene Dietrich) hará temblar los cimientos de la ley, del tribunal y del propio Roberts...

Billy Wilder, uno de los mayores genios que haya parido Hollywood, realizó este peliculón, mi intriga judicial favorita junto a "12 Hombres sin piedad" y "Matar a un Ruiseñor", que entraría en el grupo de films "serios" del realizador, junto a otras genialidades como "El ocaso de los dioses" o "Perdición", entre otras. Ello no es impedimento para unos cuantos momentos auténticamente hilarantes propios del director, sobre todo en el tira y afloja entre Laughton y la enfermera; pero “Testigo de cargo” es ante todo un thriller magnético, con una trama salpimentada con características propias del cine negro: un crimen, una femme fatale y un misterio por resolver.

En el aspecto interpretativo, primordial en una película que se apoya ante todo en la labor de sus protagonistas, he de decir que para mí, Charles Laughton es uno de los mejores actores que ha habido. Pocos me fascinan tanto con su domino de la escena; ese inabarcable torbellino de talento y kilos de más, cuyo voraz apetito hace que se engulla a cualquiera que ose compartir plano con él. "Testigo de cargo", aún siendo un film estructuralmente impecable, no sería lo mismo con otro en su papel.

Añadiendo a esto el estupendo cinismo que desprende el relato, sobre todo en sus ácidos diálogos (“Nunca me desmayo porque no estoy segura de caer con elegancia“), el resultado es una película cumbre, que desemboca en uno de los finales reveladores más impactantes de la historia del género. Y quien no esté de acuerdo, que se pase por spoiler. En definitiva, una afortunada conjunción de elementos que convierten a “Testigo de cargo” en uno de mis películas favoritas de toda la vida. Con dos cojones, Billy.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RandolphCarter
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