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Estados Unidos Estados Unidos · Bon Temps (Louisiana)
Voto de RandolphCarter:
9
Drama Las hermanas Jane y Blanche Hudson fueron estrellas infantiles de Hollywood, pero sus carreras siguieron trayectorias muy distintas. Mientras que Jane, al crecer, fue olvidada por el público, Blanche se convirtió en una actriz de éxito. Tras un misterioso accidente de coche, Blanche quedó postrada en una silla de ruedas al cuidado de su hermana Jane, que disfruta atormentándola. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremendo thriller cristalizado en excelso duelo interpretativo, un drama que atrapa desde el primer momento y no te suelta hasta el final. Jane Hudson (Bette Davis) es una inestable ex-estrella infantil venida a menos, una antigua gloria que ha vivido las últimas décadas a la sombra del éxito de su hermana Blanche (Joan Crawford), una de las actrices más reconocidas de Hollywood caída en desgracia, ya que quedó postrada en una silla de ruedas. Su estado, según nos dejan entrever, fue accidentalmente causado por la primera una noche de borrachera, por lo que desde entonces, una vive dependiente de la otra: Jane depende económicamente de Blanche, y Blanche depende físicamente de Jane. Tras ciertos sucesos, la incipiente locura de la Davis desemboca en la tortura psicológica y maltrato por inanición a su impedida hermana. El juego entre las dos por sobrevivir, la relación amor-odio que se profesan mutuamente, se irá deshilachando en una espiral in crescendo de maldad y violencia. Las sádicas estrategias de Jane por resarcirse burlonamente y con crueldad de Blanche y los intentos de supervivencia de ésta resultan en un angustioso juego claustrofóbico con tintes de tragedia shakesperiana.

Robert Aldrich dirige un film elegante y perturbador, una trama exquisitamente sórdida sobre la envidia y las consecuencias de los sueños rotos defendido por dos de las mejores actrices de todos los tiempos, que elevan el caché de la propuesta a la categoría de clásico de la intriga y el terror psicológico. Hay que recalcar también que el film no es tan lineal como parece a simple vista, pues ciertas confesiones al final pueden hacer cambiar el rasero con el que juzgamos a las protagonistas y a la misma historia.

Si os extrañáis de que no ganara más Óscar que el dedicado al vestuario, tened en cuenta que la competencia fue feroz en 1962, año memorable en la historia de la cinematografía estadounidense, ya que “Qué fue de Baby Jane” pugnaba contra gigantes como “Lawrence de Arabia”, “Matar a un Ruiseñor”, “Días de Vino y Rosas” y “El Milagro de Anna Sullivan”, entre otras.
RandolphCarter
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