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Estados Unidos Estados Unidos · Bon Temps (Louisiana)
Voto de RandolphCarter:
9
Drama Desde finales del siglo XIX, se producen emigraciones masivas a los Estados Unidos. A bordo de lujosos trasatlánticos, además de elegantes burgueses, viajan también emigrantes. Danny, el maquinista del Virginia, encuentra a un niño abandonado sobre un piano, lo adopta y le impone el nombre de Novecento ("siglo XX" en italiano). El barco es el hogar del niño, y los pasajeros, sus ventanas al mundo. Tras la muerte de Danny, alguien ... [+]
23 de septiembre de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suelo ser alérgico a las ñoñerías cuando resultan artificiosas, cuando veo que la emoción se busca con recursos facilones, queriendo epatar al respetable mediante secuencias edulcoradas, conjugando violines en crescendo con escenas altas en sacarosa que normalmente me resultan sonrojantes y/o patéticas.

Pero por otra parte hay films que a uno le tocan realmente la fibra, que mediante buen gusto y pasión, no sentimentalismo, logran ponerte los pelos como escarpias. "La leyenda del pianista en el océano" es una de ellas. Un film semidesconocido para el gran público dirigido por Giuseppe Tornatore, aquel que nos deslumbrara hace ya dos décadas con su "Cinema Paradiso" y que aquí consiguió en mi opinión su segunda mejor obra.

Y es que tiene ese aliento de las grandes historias que merecen ser contadas. Max (Pruitt Taylor Vince) se dirige a vender su bien más preciado, su trompeta de jazz, a una pequeña tienda de instrumentos. Antes de cederla definitivamente pide que le dejen tocarla por última vez. Al entonar los compases de cierta melodía, el dueño coge un disco destartalado y lo pone en marcha. Es la misma canción tocada a piano. A Max se le encoge el corazón. El dueño le pregunta si sabe quién es el pianista que interpretó semejante maravilla. A partir de aquí contará la historia de su amistad con Novecento (Tim Roth), el pianista más prodigioso que jamás haya existido, cuya leyenda dice que nunca llegó a bajar del mismo barco en que nació.

Un film realizado con sumo gusto y elegancia, épica e íntima, cómica y dramática; de esas cuyo recuerdo permanece en la memoria aún mucho tiempo después de haberlas visto. Se da la rara conjunción de que destaca en todos sus aspectos: los intérpretes lo bordan, el diseño de producción es impecable, los diálogos memorables (ese discurso final...) y la música de Ennio Morricone es simplemente excelente. Resaltaría sobre todo momentazos como el increíble duelo de pianistas de Novecento contra el proclamado creador del jazz Jelly Roll Morton y la secuencia de la grabación del disco cuando él ve a la chica de sus sueños, comenzando a transmitir lo que siente a través de la pieza que interpreta.

La historia de un genio que tenía mucho más que ofrecer que el común de los mortales, pero que a su vez no era capaz de un acto tan simple como bajar una escalerilla y entrar en el mundo al que tantas veces miró con deseo desde el mar. Una joya a reivindicar y redescubrir para todo aquel que tenga amor por la música y sangre en las venas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RandolphCarter
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