El inane mundo de Netflix y sus caras producciones alcanza cotas de pseudo-arte con esta tremebunda y verista adaptación (o más bien inadaptación de la novela "Sin novedad en el frente" de Remarque).
Ni de lejos se acerca a la original y fiel adaptación de Lewis Milestone de 1930 (una auténtica obra maestra) y, lejos de ello, la nueva versión alemana apuesta por la violencia extrema, el gore y las disertaciones políticas (que para nada existen en el material original).
Es una película perfecta en el apartado técnico y visual pero resulta aburrida, carente de sentido y desproporcionada en el tratamiento antibelicista que subyace en su guión.
Así las cosas, no terminamos por conectar con sus protagonistas y, mucho menos, ubicarlos dentro del relato; tampoco se comprenden las escapadas infortunadas a la granja a robar huevos y gansos (absurda la venganza del niño granjero); los interludios políticos resultan peyorativos y maniqueos (con unos alemanes humanitarios y unos franceses malvados); el ataque fraticida final sobra (no tiene sentido tras el armisticio); la música no converge con la imagen y carece de alma (más bien se ajustaría a una película de ciencia-ficción); la escenografía abusa del invierno perpetuo, la oscuridad, el barro y la lluvia; y, así un largo etcétera de misivas erróneas.
Pero, ¿quién soy yo para juzgar a una película premiada en los Óscar, junto a la bazofia de "Todo a la vez en todas partes"? Probablemente esté equivocado y la película sea cojonuda.